Redacción Diario Co Latino
La dirigencia de ARENA –empezando por su presidente Elías Antonio Saca, también presidente de la República– y su grupo parlamentario fracasaron en su propósito de declarar “Hijo Meritísimo de El Salvador” al exmayor Roberto D´Aubuisson, a quien la Comisión de la Verdad señala como autor intelectual del magnicidio de Monseñor Oscar Arnulfo Romero y cerebro de los escuadrones de la muerte que asesinaron a miles de personas durante los años ochenta.
D´Aubuisson también fundó al partido ARENA y fue candidato a la presidencia de la República, cargo al que, según algunos analistas, el gobierno de Estados Unidos no le permitió llegar.
Objeto del mismo reconocimiento sería el expresidente José Napoleón Duarte, quien al mando del ala más conservadora de la democracia cristiana, pactó con la Fuerza Armada y con el gobierno estadounidense para dirigir la guerra contrainsurgente que causó la muerte a más 75 mil personas.
La fracción legislativa oficialista tenía el apoyo de sus tradicionales aliados del PCN y PDC para homenajear a su fundador, pero retrocedieron al iniciar la sesión plenaria, debido a la presión de más de un centenar de activistas de derechos humanos y familiares de víctimas de los escuadrones de la muerte.
Entre los representantes de organizaciones ciudadanas que protestaban en las instalaciones de la Asamblea Legislativa, figuraban personalidades de reconocida estatura moral como María Julia Hernández, directora de Tutela Legal del Arzobispado de San Salvador; María Silvia Guillén, directora de la Fundación de Estudios para la Aplicación del Derecho (FESPAD) y David Morales, extitular adjunto de la Procuraduría para la Defensa de los Derechos Humanos (PDDH).
¡Asesino!, ¡Asesino!, era el grito colectivo que aludía al extinto líder de derecha, mientras el pleno legislativo iniciaba la sesión que se perfilaba extremadamente confrontativa. “Nosotros vamos a dar la batalla, la verdad está de nuestro lado”, había dicho el coordinador parlamentario del FMLN, Salvador Sánchez Cerén en conferencia de prensa y después a las organizaciones que repudiaban el objetivo de la derecha legislativa. El parlamentario de izquierda argumentó que el reconocimiento a D´Aubuisson irrespeta las recomendaciones de la Comisión de la Verdad y violenta resoluciones de la ONU y varios Tratados Internacionales.
Los diputados del Frente respaldaban desde sus curules el sentir de los manifestantes, mostrando afiches con la imagen de Monseñor Romero y de otras víctimas de los escuadrones de la muerte. También, empleados del Parlamento invadieron el pleno mostrando una inmensa fotografía del arzobispo mártir.
Minutos después, por petición de uno de los vicepresidentes del Congreso, Rodolfo Parker, los dictámenes de la Comisión de Cultura y Educación que planteaban el reconocimiento al fundador de ARENA y a Duarte, fueron retirados. Los luchadores sociales se retiraron de Parlamento cantando victoria. De momento, las propuestas continuarán en el seno de la referida comisión, por lo que se mantiene la posibilidad de llevarlas nuevamente al pleno para intentar su aprobación.
La retractación de ARENA se concretó cuando el PCN, alegando falta de seguridad en el pleno, le retiró su apoyo. “También ha sido determinante el reclamo del Arzobispado de San Salvador”, indicó un diputado que prefiere el anonimato. También se mencionaron las presuntas presiones de un grupo de congresistas estadounidenses, que habría reclamado al gobierno del presidente Saca por pretender darle honores a un “violador de los derechos humanos”.
La dirigencia de ARENA –empezando por su presidente Elías Antonio Saca, también presidente de la República– y su grupo parlamentario fracasaron en su propósito de declarar “Hijo Meritísimo de El Salvador” al exmayor Roberto D´Aubuisson, a quien la Comisión de la Verdad señala como autor intelectual del magnicidio de Monseñor Oscar Arnulfo Romero y cerebro de los escuadrones de la muerte que asesinaron a miles de personas durante los años ochenta.
D´Aubuisson también fundó al partido ARENA y fue candidato a la presidencia de la República, cargo al que, según algunos analistas, el gobierno de Estados Unidos no le permitió llegar.
Objeto del mismo reconocimiento sería el expresidente José Napoleón Duarte, quien al mando del ala más conservadora de la democracia cristiana, pactó con la Fuerza Armada y con el gobierno estadounidense para dirigir la guerra contrainsurgente que causó la muerte a más 75 mil personas.
La fracción legislativa oficialista tenía el apoyo de sus tradicionales aliados del PCN y PDC para homenajear a su fundador, pero retrocedieron al iniciar la sesión plenaria, debido a la presión de más de un centenar de activistas de derechos humanos y familiares de víctimas de los escuadrones de la muerte.
Entre los representantes de organizaciones ciudadanas que protestaban en las instalaciones de la Asamblea Legislativa, figuraban personalidades de reconocida estatura moral como María Julia Hernández, directora de Tutela Legal del Arzobispado de San Salvador; María Silvia Guillén, directora de la Fundación de Estudios para la Aplicación del Derecho (FESPAD) y David Morales, extitular adjunto de la Procuraduría para la Defensa de los Derechos Humanos (PDDH).
¡Asesino!, ¡Asesino!, era el grito colectivo que aludía al extinto líder de derecha, mientras el pleno legislativo iniciaba la sesión que se perfilaba extremadamente confrontativa. “Nosotros vamos a dar la batalla, la verdad está de nuestro lado”, había dicho el coordinador parlamentario del FMLN, Salvador Sánchez Cerén en conferencia de prensa y después a las organizaciones que repudiaban el objetivo de la derecha legislativa. El parlamentario de izquierda argumentó que el reconocimiento a D´Aubuisson irrespeta las recomendaciones de la Comisión de la Verdad y violenta resoluciones de la ONU y varios Tratados Internacionales.
Los diputados del Frente respaldaban desde sus curules el sentir de los manifestantes, mostrando afiches con la imagen de Monseñor Romero y de otras víctimas de los escuadrones de la muerte. También, empleados del Parlamento invadieron el pleno mostrando una inmensa fotografía del arzobispo mártir.
Minutos después, por petición de uno de los vicepresidentes del Congreso, Rodolfo Parker, los dictámenes de la Comisión de Cultura y Educación que planteaban el reconocimiento al fundador de ARENA y a Duarte, fueron retirados. Los luchadores sociales se retiraron de Parlamento cantando victoria. De momento, las propuestas continuarán en el seno de la referida comisión, por lo que se mantiene la posibilidad de llevarlas nuevamente al pleno para intentar su aprobación.
La retractación de ARENA se concretó cuando el PCN, alegando falta de seguridad en el pleno, le retiró su apoyo. “También ha sido determinante el reclamo del Arzobispado de San Salvador”, indicó un diputado que prefiere el anonimato. También se mencionaron las presuntas presiones de un grupo de congresistas estadounidenses, que habría reclamado al gobierno del presidente Saca por pretender darle honores a un “violador de los derechos humanos”.
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