Radio Maya Visión
www.radioguanaca.net
Jóvenes estudiantes protestaron el viernes 16 de febrero contra la desaparición forzada, que en nuestro país fue practicada rutinariamente por la pasada dictadura militar y que luego de los Acuerdos de Paz ha sido y es ensayada de forma selectiva por los gobiernos de ARENA, a diario por los medios de comunicación se conocen de personas que desaparecen pero que por su condición social, política y económica no hay reclamos permanentes. Sin embargo cuando se trata de ciudadanos vinculados a la política activa caemos en la cuenta que la desaparición forzada persiste en El Salvador y se ejecuta de forma organizada y en completa impunidad.
Un ejemplo elocuente de esta practica de represión política, la encontramos en el caso del joven Omar Chavez, quien luego de ser liberado de una captura arbitraria de la PNC fue desaparecido y desde hace casi dos años su padre Mario Chavez reconocido dirigente social de Quezaltepeque sufre los efectos de la impunidad de un sistema que oculta los delitos que provienen de las autoridades constituidas. Otro ejemplo de esta forma de represión lo hallamos en la desaparición el 7 de febrero del presente año del joven Francisco Contreras Bonifacio, militante del FMLN y por cuya desaparición protestaron el 16 de febrero organizaciones de estudiantes universitarios que señalaron a una unidad de la PNC como la responsable de este hecho delictivo.
Como ya es su costumbre el jefe de la impunidad Rene Figueroa atribuyo el hecho a las pandillas, modalidad que utilizan para evadir toda investigación e incluso de los asesinatos políticos que son atribuidos a la violencia común, tal como han sido manejados los asesinatos de otros dos jóvenes militantes del FMLN. La desaparición forzada y el asesinato político son dos graves violaciones a los derechos humanos no obstante pertenecer a un pasado oprobioso de nuestra historia política son delitos de estado presentes que deben ser rechazados con toda energía por el movimiento popular.
Radio Maya Visión, Comunicación Total.
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Jóvenes estudiantes protestaron el viernes 16 de febrero contra la desaparición forzada, que en nuestro país fue practicada rutinariamente por la pasada dictadura militar y que luego de los Acuerdos de Paz ha sido y es ensayada de forma selectiva por los gobiernos de ARENA, a diario por los medios de comunicación se conocen de personas que desaparecen pero que por su condición social, política y económica no hay reclamos permanentes. Sin embargo cuando se trata de ciudadanos vinculados a la política activa caemos en la cuenta que la desaparición forzada persiste en El Salvador y se ejecuta de forma organizada y en completa impunidad.
Un ejemplo elocuente de esta practica de represión política, la encontramos en el caso del joven Omar Chavez, quien luego de ser liberado de una captura arbitraria de la PNC fue desaparecido y desde hace casi dos años su padre Mario Chavez reconocido dirigente social de Quezaltepeque sufre los efectos de la impunidad de un sistema que oculta los delitos que provienen de las autoridades constituidas. Otro ejemplo de esta forma de represión lo hallamos en la desaparición el 7 de febrero del presente año del joven Francisco Contreras Bonifacio, militante del FMLN y por cuya desaparición protestaron el 16 de febrero organizaciones de estudiantes universitarios que señalaron a una unidad de la PNC como la responsable de este hecho delictivo.
Como ya es su costumbre el jefe de la impunidad Rene Figueroa atribuyo el hecho a las pandillas, modalidad que utilizan para evadir toda investigación e incluso de los asesinatos políticos que son atribuidos a la violencia común, tal como han sido manejados los asesinatos de otros dos jóvenes militantes del FMLN. La desaparición forzada y el asesinato político son dos graves violaciones a los derechos humanos no obstante pertenecer a un pasado oprobioso de nuestra historia política son delitos de estado presentes que deben ser rechazados con toda energía por el movimiento popular.
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