martes, febrero 27, 2007

Autoridades se contradicen en muertes de policías

Alexis Henríquez
cartas@elfaro.net

El ministro de Gobernación de ese país sostiene que los pandilleros recluidos en El Boquerón asesinaron a los cuatro policías acusados del homicidio de tres diputados salvadoreños y su motorista. El director de la PNC de El Salvador, sin embargo, asegura que su homólogo guatemalteco le informó que un comando armado ingresó al penal a perpetrar las muertes. El presidente guatemalteco incluso habló de una “guerra” entre bandas de crimen organizado.

El ministro de Gobernación de Guatemala, Carlos Vielmann, dijo este lunes que una “revuelta entre los prisioneros” del penal de máxima seguridad de El Boquerón provocó el asesinato exclusivo de los cuatro policías de la división contra el crimen organizado acusados del homicidio de tres diputados salvadoreños y su motorista.


Vielmann aseguró que dentro de la penitenciaría, donde hay un aproximado de 300 reos considerados de alta peligrosidad y bajo supuestas medidas estrictas de seguridad, reaccionó un grupo de pandilleros que estaban molestos por la llegada de los policías.

Él ministro señaló que, cuando los internos estaban en formación, se dijo que en la zona de mujeres, donde estaban recluidos los policías, había una fuga de agua. “Les dicen (a los custodios) que hay un desagüe rebalsándose. Entra gente que no tenía que entrar. Seis personas accesaron. Es evidente que las siete puertas fueron abiertas por los llaveros. Son siete puertas las que se pasaron, no fueron violentadas. La reacción fue muy lenta”, explicó el funcionario.

La versión oficial, lanzada 24 horas después del asesinato de los policías, contrasta con la de testigos que aseguran haber visto a hombres encapuchados y armados entrar al penal. Una versión que también recibió el director de la Policía de El Salvador por parte de su homólogo guatemalteco el domingo por la noche.

En una entrevista con TCS, Rodrigo Ávila confirmó que el director de la policía guatemalteca, Erwin Sperisen, le informó por teléfono la noche del domingo que un grupo comando fuertemente armado había ingresado a la penitenciaría y asesinado a los Policías. “La versión que me dio a mí el director es que ingresó un grupo de sujetos vestidos como guardias penitenciarios y que este grupo sobrepasó los límites de las instalaciones donde pueden llegar armados. Introdujeron esas armas de fuego y otras a las zonas donde supuestamente no pueden ingresar. Se movió a los reos imputados y se les dio muerte. Para mí estos sujetos son parte de una estructura criminal al interior de la policía y en este momento se temía que se pudiera abrir la caja de Pandora”, dijo.

Esta versión fue rechazada por el ministro guatemalteco, que aseguró que aclarará todas las dudas a las autridades de seguridad salvadoreñas que el martes llegarán a Guatemala para cuestionar el desarrollo de la investigación en torno al asesinato de los diputados al Parlacen Eduardo D´Aubuisson, William Pichinte y Ramón González, así como el supernumerario Gerardo Ramírez. “Respetamos las declaraciones del director de la policía, pero no la compartimos”, dijo Vielmann.

Ayer mismo, el presidente guatemalteco, Óscar Berger, daba otra versión: "Hay una guerra (entre grupos del crimen organizado) que ha ocasionado la muerte violenta de cuatro testigos importantes que podrían aportar mucho al proceso", dijo. “Parece que pasaron libremente por ocho puertas y tienen que haber muchos implicados en esto”. Ayer mismo fueron detenidos el director de la prisión de El Boquerón y 22 guardias más, sospechosos de encubrimiento.

El ministro Vielmann reveló ayer que hubo una alerta de la Policía al director de la penitenciaría a las 10:00 de la mañana del domingo sobre un atentado en contra de los Policías. Sobre la alerta, el subjefe del Ministerio Público, Cándido Bremen, dijo no tener información. “No hay información oficial, se venía rumoreando que se les iba dar muerte, desconozco si esa información la tenía la gente de Centros Penitenciarios”, dijo.

Tras finalizar la toma del recinto penitenciario y realizarse una requisa por parte del Ministerio Público y la Policía Nacional Civil de Guatemala, se encontraron 73 celulares y 52 cargadores; 36 libras de marihuana, cinco desarmadores, siete piezas tipo cuchillas, y en el área de la guardia una pistola plateada, calibre 40 milímetros. Los primeros despachos periodísticos señalaron que los policías murieron por disparos de un arma AK-47, que es usada por los guardias del recinto. Es el mismo tipo de arma con que fueron asesinados los diputados al Parlacen. Sin embargo, Vielmann dijo que tendrían que esperar los exámenes forenses, puesto que encontraron diferentes tipos de calibre de balas en la zona donde fueron asesinados los agentes.

Varios testigos que no quisieron identificarse dijeron a la agencia de noticias AP que los visitantes al penal fueron sacados a empujones por la guardia de presidios mientras entraban hombres armados. Una vez salió toda la visita dominical de esa cárcel, se escucharon disparos dentro.

La batalla en Guatemala

El presidente salvadoreño, Elías Antonio Saca, dijo en Estados Unidos que permanece en contacto con su homólogo guatemalteco, Óscar Berger, a quien le ha pedido toda su colaboración para esclarecer el caso. “Le he pedido al gobierno de Guatemala que ponga no solo sus buenos oficios, sino su preocupación máxima en esto, porque la situación se ha vuelto grave”, señaló.

Berger ha dicho que existe una gran vinculación del crimen organizado tanto en la muerte de los policías como de los diputados. El presidente guatemalteco señaló la semana pasada que el asesinato de los parlamentarios salvadoreños tenía relación con el narcotráfico, según la información que había recibido.

Otras voces que surgieron el lunes, a raíz del asesinato de los policías, es que hay estructuras dentro de la policía que responden a la lógica de escuadrones de la muerte. “Estos grupos están operando con la complacencia de las autoridades”, dijo Otto Pérez, general retirado y candidato presidencial del Partido Patriota (de centro-derecha). “Nosotros tenemos información de cómo están estructurados y cómo operan estos grupos, con la complacencia de las autoridades”, dijo a la prensa guatemalteca.

Ávila también señaló que “es obvio que las personas que cometieron los homicidios (dentro del penal) tienen un nivel de influencia al interior de las estructuras policiales, o estructuras penitenciarias o estructuras del Estado”. Ávila y el ministro de Seguridad, René Figueroa, señalaron que tienen fuertes sospechas de que la policía guatemalteca tiene capturado a uno de los acusados del asesinato de los diputados. Pero agregaron que no han podido confirmar esta información. Vielmann señaló que “no hay otra captura”.

Ayer, por la televisión, el director de la PNC salvadoreña dijo que confiaba “en la buena voluntad de mi homólogo guatemalteco”, pero que al interior de la policía guatemalteca existe crimen organizado.

Ávila agregó que “no me gustaría estar en sus zapatos (de Sperisen), ahora tiene dos casos y este (de los policías muertos) es más complejo”.

Pese a estos señalamientos, Vielmann sostiene que “la situación es estructural pero no quiere decir que no se haga una investigación profunda”. Agregó que mantienen abierta todas las líneas de investigación y no descartan ninguna, por el momento.

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