San Salvador, 16 feb (PL) De los casi 135 deportados salvadoreños arribantes cada mes a la zona fronteriza de La Hachadura, procedentes de Estados Unidos, 81 son mujeres, indica hoy una investigación de la Fundación CARECEN Internacional El Salvador.
"Los motivos que llevan a migrar a estas mujeres no son sólo la falta de empleo y oportunidades, sino el rompimiento de los hogares constituidos por las madres solteras y casadas", apunta el estudio.
Jesús Aguilar, representante de CARECEN, afirmó que el sondeo presenta el surgimiento de un nuevo rostro de la migración, el cual tendrá un fuerte impacto en este país.
Las autoridades gubernamentales así como las organizaciones sociales debemos llegar a este grupo y tratar de orientarlo para evitar su reproducción, y así evitar otro tipo de problemas sociales, reflexionó.
Según la pesquisa, las migrantes, en un 58 por ciento no tiene empleo, un 37 tenía un trabajo informal y sólo un seis de ellas percibía un salario por encima de los 200 dólares mensuales.
En el análisis descriptivo de la investigación, el conocimiento y aplicación de las convenciones de derechos humanos son soslayados por las instituciones estatales a lo largo de la ruta del migrante, explicó Juan José Melara, investigador de la UPAN.
Las opciones son entregarse a las autoridades o buscar un trabajo, lo cual propicia la presencia de salvadoreñas en los bares, salones, restaurantes y burdeles.
Raras veces, señaló, recibieron ayuda jurisdiccional para comunicarse con sus familiares, acápite consignado en la Convención Internacional sobre la Protección de los Derechos de todos los Trabajadores Migratorios y sus Familias.
Encontramos a muchas féminas, quienes por sólo cometer la infracción migratoria, las encierran junto a comisoras de delitos mayores, y otras han sido recluidas junto a hombres, argumentó.
La falta de alimentos, agua, higiene personal, aunado a un alto porcentaje de mujeres que ratificó la ausencia de una autoridad consular de este país para verificar sus condiciones de encierro, aumenta la vulnerabilidad del sector.
"Los motivos que llevan a migrar a estas mujeres no son sólo la falta de empleo y oportunidades, sino el rompimiento de los hogares constituidos por las madres solteras y casadas", apunta el estudio.
Jesús Aguilar, representante de CARECEN, afirmó que el sondeo presenta el surgimiento de un nuevo rostro de la migración, el cual tendrá un fuerte impacto en este país.
Las autoridades gubernamentales así como las organizaciones sociales debemos llegar a este grupo y tratar de orientarlo para evitar su reproducción, y así evitar otro tipo de problemas sociales, reflexionó.
Según la pesquisa, las migrantes, en un 58 por ciento no tiene empleo, un 37 tenía un trabajo informal y sólo un seis de ellas percibía un salario por encima de los 200 dólares mensuales.
En el análisis descriptivo de la investigación, el conocimiento y aplicación de las convenciones de derechos humanos son soslayados por las instituciones estatales a lo largo de la ruta del migrante, explicó Juan José Melara, investigador de la UPAN.
Las opciones son entregarse a las autoridades o buscar un trabajo, lo cual propicia la presencia de salvadoreñas en los bares, salones, restaurantes y burdeles.
Raras veces, señaló, recibieron ayuda jurisdiccional para comunicarse con sus familiares, acápite consignado en la Convención Internacional sobre la Protección de los Derechos de todos los Trabajadores Migratorios y sus Familias.
Encontramos a muchas féminas, quienes por sólo cometer la infracción migratoria, las encierran junto a comisoras de delitos mayores, y otras han sido recluidas junto a hombres, argumentó.
La falta de alimentos, agua, higiene personal, aunado a un alto porcentaje de mujeres que ratificó la ausencia de una autoridad consular de este país para verificar sus condiciones de encierro, aumenta la vulnerabilidad del sector.
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