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Desde el sábado 23 de septiembre luego de la captura de la suegra y de la esposa del diputado suplente del PCN Roberto Carlos Silva Pereira y de su contador; empleado en el Banco Hipotecario, esta en escena un nuevo escándalo de delito del cuello blanco presuntamente cometido por el diputado Silva Pereira, acusado por la Fiscalia General de cohecho y lavado de dólares.
Los indicios que llevan a la fiscalia a presentar su requerimiento fiscal a la Asamblea Legislativa incluyen el hecho de que el diputado Silva le aparece un movimiento bancario por más de $8 millones de dólares sin una evidente fuente licita, le han detectado propiedades en la playa y en zonas residenciales del país, así como la adquisición de vehículos de lujo, a los que se le agregan la participación de empresas constructoras de su propiedad en licitaciones amañadas con alcaldías de ARENA y del PCN. Razón por la que son objeto de investigación por parte de la fiscalia.
En su defensa el diputado Silva Pereira ha dicho que la acusación de la fiscalia responde al interés político de bloquear el asenso a la presidencia del PCN con Wil Salgado a la cabeza, quien según Silva es investigado por la fiscalia junto al secretario general Ciro Cruz Zepeda y otros tres diputados pecenistas, aspecto que ha sido negado por el fiscal general, lo cual no le quita legitimidad a la presunción planteada por el diputado pecenista, por cuanto no es explicable porque la fiscalia haya tardado tanto en lanzar la acusación si desde hace mucho tiempo en el escenario legislativo era un secreto a voces el enriquecimiento mal habido del diputado Silva Pereira.
Hay que tomar en cuenta que el requerimiento de la fiscalia coincide con la exigencia planteada por el embajador de los Estados Unidos de que el gobierno arenero de muestras reales de combatir el flagelo de la corrupción que tiene infestada a la institucionalidad del estado, como condición previa para que El Salvador reciba los fondos para alcanzar las metas del milenio y no seria extraño que el pragmatismo de la derecha se imponga para resolver con un chivo expiatorio no solo la demanda de los gringos sino tambien la piedra en el zapato que representa Wil Salgado, pues no debe olvidarse que la cuña duele más cuando es del mismo palo, al margen del desenlace de este caso, bien podría agregarse a los casos impunes, lo que parece obvio es que el enriquecimiento vertiginoso del diputado Roberto Carlos Silva Pereira necesariamente involucra a más personajes que le acompañan en acciones propias del crimen organizado, cuyos tentáculos se encuentran en altas esferas del poder factico y estatal que deben ser erradicadas para beneficio de la administración de justicia.
Radio Maya Visión, Comunicación Total.
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