Managua, 1 sep (PL) La campaña electoral nicaragüense está tomando hoy un rumbo polarizado, sobre todo por la preocupación del sector conservador que pretende ensamblar una especie de gran coalición antisandinista.
Durante los últimos días, cada mensaje electorero o propaganda proselitista de las organizaciones liberales difunde un contenido subliminal o explícito contra el Frente Sandinista de Liberación Nacional (FSLN).
Tras dos semanas de iniciada oficialmente la contienda camino a las presidenciales de noviembre, ya casi ningún candidato opositor al ex primer mandatario Daniel Ortega habla de planes de gobierno o futura administración estatal.
La idea fija es articular algún tipo de estratagema táctica o mañosa para hipnotizar a los votantes, y conseguir derrotar en las urnas a la Gran Unidad Nicaragua Triunfa, plataforma electoral del FSLN.
En su última disertación pública, el aspirante por el gubernamental Partido Liberal Constitucionalista, José Rizo, se concentró en emitir un mensaje alarmista sobre el sandinismo y advertencias acerca del porvenir de Nicaragua.
Más temprano, Rizo había reconocido que su verdadero contendiente electoral es Ortega, a quien todos los sondeos de opinión apuntan como favorito para ganar los comicios generales del 5 de noviembre.
El banquero Eduardo Montealegre, líder de Alianza Liberal Nicaragüense, también ha intentado deslegitimar a la dirigencia del Frente Sandinista, y se autorecomienda como el único capaz de vencer en los sufragios.
Sin embargo, puntualmente, todas las encuestas han situado al ex Canciller de Nicaragua como segundón en las asignaturas de popularidad o preferencia del electorado.
El frenesí contra Ortega incluso sedujo al economista y antiguo seguidor del FSLN, Edmundo Jarquín, pretendiente presidencial por el Movimiento Renovador Sandinista.
Ninguno de estos políticos parece haber escuchado al Consejo Supremo Electoral, cuando el pasado 18 de agosto exhortó a los candidatos a desarrollar las campañas "sin ataques personales contra contrincantes o funcionarios públicos".
Lo cierto es que los sondeos han hablado. Si se cumple el viejo proverbio nicaragüense de que "por la víspera se saca el día", Daniel Ortega será el próximo Presidente de la República.
Durante los últimos días, cada mensaje electorero o propaganda proselitista de las organizaciones liberales difunde un contenido subliminal o explícito contra el Frente Sandinista de Liberación Nacional (FSLN).
Tras dos semanas de iniciada oficialmente la contienda camino a las presidenciales de noviembre, ya casi ningún candidato opositor al ex primer mandatario Daniel Ortega habla de planes de gobierno o futura administración estatal.
La idea fija es articular algún tipo de estratagema táctica o mañosa para hipnotizar a los votantes, y conseguir derrotar en las urnas a la Gran Unidad Nicaragua Triunfa, plataforma electoral del FSLN.
En su última disertación pública, el aspirante por el gubernamental Partido Liberal Constitucionalista, José Rizo, se concentró en emitir un mensaje alarmista sobre el sandinismo y advertencias acerca del porvenir de Nicaragua.
Más temprano, Rizo había reconocido que su verdadero contendiente electoral es Ortega, a quien todos los sondeos de opinión apuntan como favorito para ganar los comicios generales del 5 de noviembre.
El banquero Eduardo Montealegre, líder de Alianza Liberal Nicaragüense, también ha intentado deslegitimar a la dirigencia del Frente Sandinista, y se autorecomienda como el único capaz de vencer en los sufragios.
Sin embargo, puntualmente, todas las encuestas han situado al ex Canciller de Nicaragua como segundón en las asignaturas de popularidad o preferencia del electorado.
El frenesí contra Ortega incluso sedujo al economista y antiguo seguidor del FSLN, Edmundo Jarquín, pretendiente presidencial por el Movimiento Renovador Sandinista.
Ninguno de estos políticos parece haber escuchado al Consejo Supremo Electoral, cuando el pasado 18 de agosto exhortó a los candidatos a desarrollar las campañas "sin ataques personales contra contrincantes o funcionarios públicos".
Lo cierto es que los sondeos han hablado. Si se cumple el viejo proverbio nicaragüense de que "por la víspera se saca el día", Daniel Ortega será el próximo Presidente de la República.
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