jueves, septiembre 21, 2006

Éste es sólo uno de tantos casos que diariamente sufren los salvadoreños

Luis Alonso Argueta

Hola a todos. Mi nombre es Luis Alonso Argueta. Vivo en la comunidad de Santa Marta, Municipio de Victoria, Cabañas; soy estudiante de Bachillerato, trabajo en la agricultura y participo en el Comité Contra el SIDA (CoCoSI), donde soy encargado de un proyecto.

El día sábado 9 de septiembre de este año fui a ADES Santa Marta, una ONG que su sede está en Sensuntepeque a entregar unos documentos, ya que trabajo en coordinación con ellos.


Cuando venía de cambiar un cheque del Banco Cuscatlán de Sensuntepeque, y pasaba frente al Banco Agrícola, del mismo lugar, me detuvieron agentes de la Policía Nacional Civil (PNC), a las 11:40 de la mañana, aproximadamente.

Me pidieron mis documentos, y cedí al llamado. Me preguntaron si pertenezco a alguna mara o pandilla, contesté que no, porque es la verdad. Ellos me dijeron que yo era "marero" porque andaba vestido de esa forma; yo contesté que es la moda, además andaba un pantalón "bagui" y una camisa de vestir de esas de botones. No andaba sucio, ni tomado; (...) y andaba en mi trabajo.

Entonces, me pregunté :¿cuál es el problema que yo ande vestido de esta manera?, si nuestro sistema es el que fabrica esto.

Me dijeron que la correa me la metiera en el portacincho siguiente del pantalón, y lo hice. Como eran tres policías, uno de ellos le dijo a otro "¡córtale esa corea!". En ese momento, él sacó la cuchilla y cuando la tenía en la mano volvió a decirle lo mismo, y después me amenazó: "ponete bien esa correa, porque si no ya te voy a meter la cuchilla", y me hizo el gesto de meterme la cuchilla en el estómago.

Entonces, me dijo: "están mal amañados a intimidarnos, pero aquí la vas a cagar, hijo de puta", y me dijo que fuera al lado izquierdo del Banco Agrícola para registrarme, yo hice lo que me ordenaron. A todo esto, ya me habían quitado el bolsón y mis documentos.

Mientras me estaban registrando, uno de ellos me insultaba, me pegó dos patadas y quería obligarme a reconocer que pertenecía a una mara. Cuando yo les contestaba que no pertenezco a ninguna mara y los miraba, me decían que no les mirara la cara.

Cuando terminaron de registrarme me ordenaron que me fuera; pero cuando me di la vuelta, uno de ellos me pegó una patada. Entonces, les dije: "ustedes, más que yo, saben de los derechos de las personas, y saben que lo que están haciendo es una injusticia".

Como ciudadano que pago mis impuestos para que ellos tengan su salario, tengo derecho a pedirles el número de identificación, y eso hice. Saqué una libreta que andaba y comencé a anotar el número de placa. En ese instante se dirigieron a mí, me esposaron y me quitaron de nuevo mis cosas y mi DUI.

Me llevaron y me fueron golpeando hasta el puesto de la PNC, de Sensuntepeque, y me metieron a las bartolinas.

Cuentan mis compañeras de trabajo Araceli Méndez y Carolina Laínez, quienes vieron cuando me llevaban, que el mero jefe de la PNC de dicho puesto las maltrató verbalmente y las amenazó con meterlas presas.

En todo esto, los agentes me perdieron el DUI, aunque yo más creo que ellos me lo escondieron y lo agarraron quién sabe para qué.

Cuando estaba dentro de las bartolinas, llegó mi mamá a preguntar los motivos de la detención, y uno de los agentes la maltrató verbalmente, haciéndole creer que era una madre irresponsable.

Al día siguiente, el domingo 10 de este mes, fue mi familia a visitarme, y la trataron mal. Ese mismo día, más tarde, me dijeron que era el jefe el que me que quería sacar para golpearme. Después, uno de los agentes fue a la bartolina, donde estaba junto con otro que ya había estado antes, y me trató de hijo de puta, maricón, y no me quería dejar ir al servicio sanitario. Como sólo sacan dos veces por día al servicio a los detenidos, al fin me sacaron a mí. Cuando fui al sanitario, el policía me amenazó y me dijo que cuando saliera de la retención, me iban a andar vigilando de cerca.

E scribo esto para todos aquellos que un día fueron golpeados y no tuvieron el valor de escribirlo y divulgarlo, y para todos los que creen que estos problemas pueden cambiarse.

¿Cómo es posible que nuestro sistema, que tanto habla de libertades, nos reprima por la forma de vestir, esas formas que el mismo sistema promueve en su publicidad?
Tenemos un sistema corrupto, donde policías, iglesias, gobierno y los ricos están aliados a los pandillas.

Los policías trafican armas con los delincuentes, las iglesias duermen al pueblo haciéndoles creer que todo es por voluntad de Dios, el gobierno engaña al pueblo con sus campañas y los ricos invaden el país con basura de todo tipo: golosinas, McDonald´s, pizzas, etc., construyen grandes centros comerciales y cubren extensiones de terreno que deberían ocuparse para construir viviendas para los pobres que no tienen casa.

Si crees que esto es indigno, divúlgalo a todos tus amigos…

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