San Salvador, 29 sep (PL) El Obispo auxiliar de San Salvador, Monseñor Gregorio Rosa Chávez, exigió hoy a las autoridades el esclarecimiento del asesinato del párroco, Ricardo Antonio Romero.
Muchos salvadorños reconocen que el Romero Flores era un pastor identificado con sus comunidades y comprometido con las causas sociales.
Según Rosa Chávez, el crimen contra el sacerdote, el lunes último, forma parte de la ola de violencia que vive el país, y que se le ha ido de las manos al gobierno desde hace tiempo.
En tal sentido, aseguró el prelado, mientras no se aborde la problemática con la prevención, rehabilitación y la reinserción, difícilmente se podrá llegar a la raíz de la violencia.
Recordó que en la carta pastoral se recalca la necesidad de un diagnóstico sobre los orígenes de ese flagelo.
El prelado también denunció el lento proceso de investigación de los asesinatos en toda la nación.
En tal sentido, aseveró que ese nuevo acto de sangre, se suma a una larga lista de víctimas que no han obtenido justicia, ni resarcimiento por los organismos de investigación y judiciales del país.
Sugirió "investigar y poner en primer plano al Crimen Organizado y al Narcotráfico; así como, presentar una propuesta concertada sobre una política contra la violencia".
Además, hizo un llamado al Gobierno para activar la institucionalidad del país de manera tal que toda la ciudadanía participe en ese proceso.
Un estudio de la Universidad centroamericana de El Salvador indica que la criminalidad en el páis deja 12 muertos y unos 500 asaltos a mano armada diariamente.
Esta nación posee una tasa de 55 homicidios por cada 100 mil habitantes, una de las más altas de Latinoamérica y del mundo.
Muchos salvadorños reconocen que el Romero Flores era un pastor identificado con sus comunidades y comprometido con las causas sociales.
Según Rosa Chávez, el crimen contra el sacerdote, el lunes último, forma parte de la ola de violencia que vive el país, y que se le ha ido de las manos al gobierno desde hace tiempo.
En tal sentido, aseguró el prelado, mientras no se aborde la problemática con la prevención, rehabilitación y la reinserción, difícilmente se podrá llegar a la raíz de la violencia.
Recordó que en la carta pastoral se recalca la necesidad de un diagnóstico sobre los orígenes de ese flagelo.
El prelado también denunció el lento proceso de investigación de los asesinatos en toda la nación.
En tal sentido, aseveró que ese nuevo acto de sangre, se suma a una larga lista de víctimas que no han obtenido justicia, ni resarcimiento por los organismos de investigación y judiciales del país.
Sugirió "investigar y poner en primer plano al Crimen Organizado y al Narcotráfico; así como, presentar una propuesta concertada sobre una política contra la violencia".
Además, hizo un llamado al Gobierno para activar la institucionalidad del país de manera tal que toda la ciudadanía participe en ese proceso.
Un estudio de la Universidad centroamericana de El Salvador indica que la criminalidad en el páis deja 12 muertos y unos 500 asaltos a mano armada diariamente.
Esta nación posee una tasa de 55 homicidios por cada 100 mil habitantes, una de las más altas de Latinoamérica y del mundo.
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