Redacción Central, 15 sep (PL) Muchos festejos se han anunciado en las naciones de Centroamérica para celebrar hoy el aniversario 185 de la independencia de esta subregión de la corona española.
Fiestas en cada nación, encuentros culturales en las fronteras de las repúblicas vecinas, y desfiles, son algunas de las actividades previstas para este día.
Sin embargo, actualmente los sueños de los próceres de todo el proceso independentista, como los del sacerdote indio Tomás Ruiz, sólo se cumplen en parte.
Y es que los gobiernos nacionales de las repúblicas nacidas poco después del 15 de septiembre, no sólo han dependido de políticas externas, sino que ni siquiera han podido sacar a sus 34 millones de habitantes de la pobreza y la desesperanza.
Hoy, los Tratados de Libre Comercio (TLC) constituyen una nueva forma de supeditación a la gran potencia económica y militar que es Estados Unidos.
Para este día, organizaciones sociales costarricenses iniciarán movilizaciones contra el TLC entre Centroamérica, República Dominicana y Estados Unidos.
Según dirigentes sociales, aprovecharán el 185 aniversario de la independencia para manifestar su oposición al tratado, actualmente en trámite en el Congreso.
Esta nación es la única de los siete firmantes del acuerdo comercial que no lo ha ratificado.
Y aunque esas organizaciones civiles no pretenden bloquear los festejos, aseguran que las acciones anti TLC serán para luchar contra un Tratado anexionista, que de alguna forma devuelve al país y a la región los yugos colonizadores.
Sobre aquellos días de lucha contra la metrópoli española, sobresalen la insurrección de San Salvador, en 1811; las dos sublevaciones de Nicaragua, en León y Granada en ese año; la conspiración de Belén en Guatemala, en 1813; y el nuevo movimiento de San Salvador en 1814.
En su conjunto, desembocaron en los acontecimientos del 15 de septiembre de 1821, cuando una junta de notables, convocada por la diputación provincial y el ayuntamiento, declaró la independencia de España.
Sin embargo, ya desde el siglo XVIII, Centroamérica comenzaba a reconocerse a sí misma, y los habitantes del área también empezaron a tomar conciencia del concepto Patria.
Pero no es hasta enero de 1808, cuando se inicia una campaña que incita la rebelión.
Por esos días, Don Antonio Larrazabal, enviado por el reino de Guatemala a las Cortes de Cádiz, advirtió que no podía existir un rey absoluto, y abogó por una constitución formal.
Larrazabal exigió libertad de imprenta, de comercio y participación activa de los centroamericanos en el gobierno.
Las peticiones fueron aceptadas por Las Cortes y acordaron limitar el poder del Rey. Sin embargo, José Bustamante, Capitán General de Guatemala, se declaró enemigo del proceso de independencia.
No obstante, en San Salvador, el 5 de noviembre de 1811 se intenta dar el Primer Grito de Independencia y aunque el movimiento fracasó debido a la falta de un plan y un entendimiento, constituyó ésta, la primera rebelión de los centroamericanos contra las arbitrariedades y abusos de Bustamante.
Las nuevas repúblicas de Guatemala, Honduras, El Salvador, Nicaragua y Costa Rica, basadas en exclusiones y con gobiernos al servicio de las clases dominantes, sólo han logrado acumular agudos problemas sociales.
De hecho, Honduras y Nicaragua figuran entre los países más pobres del continente. El Salvador prácticamente está en estado de sitio, por el incremento de los índices de violencia, generados a su vez por la falta de oportunidades de sus habitantes.
En Guatemala ninguno de los gobiernos de la posguerra ha resuelto los problemas de la población indígena guatemalteca, que constituye la mayoría de los habitantes de esta nación.
Costa Rica está al borde de un conflicto, como han advertido dirigentes de múltiples sectores sociales, si el Congreso aprueba el TLC.
Es que, desde la lejana época en que los españoles dominaban todo este rico territorio, el eje común de los centroamericanos ha sido el olvido por parte de quienes desde el trono o la silla presidencial los han representado.
Fiestas en cada nación, encuentros culturales en las fronteras de las repúblicas vecinas, y desfiles, son algunas de las actividades previstas para este día.
Sin embargo, actualmente los sueños de los próceres de todo el proceso independentista, como los del sacerdote indio Tomás Ruiz, sólo se cumplen en parte.
Y es que los gobiernos nacionales de las repúblicas nacidas poco después del 15 de septiembre, no sólo han dependido de políticas externas, sino que ni siquiera han podido sacar a sus 34 millones de habitantes de la pobreza y la desesperanza.
Hoy, los Tratados de Libre Comercio (TLC) constituyen una nueva forma de supeditación a la gran potencia económica y militar que es Estados Unidos.
Para este día, organizaciones sociales costarricenses iniciarán movilizaciones contra el TLC entre Centroamérica, República Dominicana y Estados Unidos.
Según dirigentes sociales, aprovecharán el 185 aniversario de la independencia para manifestar su oposición al tratado, actualmente en trámite en el Congreso.
Esta nación es la única de los siete firmantes del acuerdo comercial que no lo ha ratificado.
Y aunque esas organizaciones civiles no pretenden bloquear los festejos, aseguran que las acciones anti TLC serán para luchar contra un Tratado anexionista, que de alguna forma devuelve al país y a la región los yugos colonizadores.
Sobre aquellos días de lucha contra la metrópoli española, sobresalen la insurrección de San Salvador, en 1811; las dos sublevaciones de Nicaragua, en León y Granada en ese año; la conspiración de Belén en Guatemala, en 1813; y el nuevo movimiento de San Salvador en 1814.
En su conjunto, desembocaron en los acontecimientos del 15 de septiembre de 1821, cuando una junta de notables, convocada por la diputación provincial y el ayuntamiento, declaró la independencia de España.
Sin embargo, ya desde el siglo XVIII, Centroamérica comenzaba a reconocerse a sí misma, y los habitantes del área también empezaron a tomar conciencia del concepto Patria.
Pero no es hasta enero de 1808, cuando se inicia una campaña que incita la rebelión.
Por esos días, Don Antonio Larrazabal, enviado por el reino de Guatemala a las Cortes de Cádiz, advirtió que no podía existir un rey absoluto, y abogó por una constitución formal.
Larrazabal exigió libertad de imprenta, de comercio y participación activa de los centroamericanos en el gobierno.
Las peticiones fueron aceptadas por Las Cortes y acordaron limitar el poder del Rey. Sin embargo, José Bustamante, Capitán General de Guatemala, se declaró enemigo del proceso de independencia.
No obstante, en San Salvador, el 5 de noviembre de 1811 se intenta dar el Primer Grito de Independencia y aunque el movimiento fracasó debido a la falta de un plan y un entendimiento, constituyó ésta, la primera rebelión de los centroamericanos contra las arbitrariedades y abusos de Bustamante.
Las nuevas repúblicas de Guatemala, Honduras, El Salvador, Nicaragua y Costa Rica, basadas en exclusiones y con gobiernos al servicio de las clases dominantes, sólo han logrado acumular agudos problemas sociales.
De hecho, Honduras y Nicaragua figuran entre los países más pobres del continente. El Salvador prácticamente está en estado de sitio, por el incremento de los índices de violencia, generados a su vez por la falta de oportunidades de sus habitantes.
En Guatemala ninguno de los gobiernos de la posguerra ha resuelto los problemas de la población indígena guatemalteca, que constituye la mayoría de los habitantes de esta nación.
Costa Rica está al borde de un conflicto, como han advertido dirigentes de múltiples sectores sociales, si el Congreso aprueba el TLC.
Es que, desde la lejana época en que los españoles dominaban todo este rico territorio, el eje común de los centroamericanos ha sido el olvido por parte de quienes desde el trono o la silla presidencial los han representado.
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