martes, mayo 09, 2006

El Salvador: Evitemos la privatización del agua

Licda. Norma Guevara de Ramirios

En tiempo post electoral se estrenan sillas ministeriales y de entidades autónomas como el Instituto Salvadoreño del Seguro Social y la Administración Nacional de Acueductos y Alcantarillados ANDA; es obvio que al señor Saca le interesa alejarse de la imagen de jefe de campaña que le acarreó tanto cuestionamiento y condena de muchos sectores; pero más cierto es que la derecha que ha visto crecer sus capitales con el manejo de los servicios públicos básicos tiene en su agenda puntos rezagados como la privatización del agua y quizá buscando empujarla se coloca a un cuadro que con hablar fluido tenga la habilidad de presentar como buenas las más amargas y empobrecedoras acciones de privatización.

Estudios de costos, fondos para la inversión inicial y diseños administrativos encaminados al manejo privatizado del agua están en las manos del gobierno arenero esperando «el momento apropiado», y tales son las declaraciones iniciales de César Funes y los anuncios del Presidente Saca, que se puede concluir que creen ellos que es la hora de privatizar el agua. Las noticias rodeadas hasta de paisaje bucólico indican que se pinta ante la opinión pública la inversión millonaria de Anda en apertura de pozos y en manejo de la administración del agua por JUNTAS DE AGUA o entidades municipales como preocupación por servir mejor cuando lo que anuncian es un nuevo y amargo capítulo de privatización.

Ciertamente muchas comunidades necesitan agua potable, muchas tienen conexiones pero no reciben, mucho agua se pierde en las cañerías rotas y todos estos problemas deben ser atendidos y resueltos por ANDA; pero la costumbre de gobiernos privatizadores es justamente descuidar los servicios básicos públicos, crear la sensación de que las entidades estatales son inoperantes, incapaces de resolver los problemas mientras la gente lo que necesita es recibir los servicios a cualquier costo incluso el de la privatización, pues el cansancio de acudir a las entidades estatales termina por agobiar y cansar la paciencia y es así como se prepara sicológicamente la aceptación de las privatizaciones; con el problema del agua potable en nuestra patria esa preparación ha venido siendo hecha incluso con robos millonarios de los propios administradores.

Se realiza tala indiscriminada de árboles, se depredan bosques con alta capacidad de recarga acuífera, se agotan las reservas, pero se afirma que no hay problemas porque los funcionarios públicos de la derecha gobernante son irresponsables, debido al afán desmedido de enriquecimiento personal mediante las privatizaciones.

Sus políticas que benefician a unos pocos y perjudican a las mayorías requieren de esa preparación sicológica y del abandono político en la gestión pública y esta realidad demanda de una conducta ciudadana de vigilancia activa, que pueda evitar la aprobación de leyes privatizadoras del agua o de la implantación de procesos de privatización como preludios de leyes a posteriori. Lo grave de este proceso encaminado a la privatización de este servicio público radica en la manera desconcentrada en que pueden impulsarla con proyectitos por aquí y por allá presentados por los sofistas neoliberales como soluciones a problemas que a la par lleven la cola de privatización, pues ésta montada sobre inversión inicial de recursos públicos, se dedicará a sacar ganancias mientras pueden y luego nos abandonan dejando graves problemas: bombas caras que no podrá reponer la gente pobre o que servirá como justificativo de precios todavía más altos en el servicio.

No cabe duda que debemos ponernos alertas para evitar el engaño gubernamental, que debemos rechazar falsas soluciones a problemas tan graves como la carencia de agua potable y esta tarea requiere de información de las entidades ambientalistas, pero sobre todo de conciencia política de la gente para aprender a demandar servicios públicos y a recibir servicios públicos y no privatizaciones. Los gobiernos municipales ganados por la derecha arenera facilitarán la privatización, en estos lugares la organización de la gente será clave para evitarlo, en las ciudades grandes, donde esperan las mayores ganancias debemos unimos población, entidades ambientalistas estudiosas de este problema con los gobiernos locales concientes para garantizar que lo público siga siendo público y que cese el asalto al bolsillo de la gente mediante la ola privatizadora.

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