El máximo representante diplomático del país, Alí Rodríguez Araque, dijo que esta decisión, dada a conocer por el Departamento de Estado norteamericano, se produce en momentos en que ese país “resguarda y mima” a Luís Posada Carriles.
Este lunes, el Departamento de Estado de los Estados Unidos, informó que impondrá una prohibición a la venta de armamento de cualquier tipo a Venezuela, excusándose en la presunta falta de apoyo que ha brindado el gobierno nacional, a la denominada “Lucha contra el terrorismo” que ha venido promoviendo durante los últimos años, la administración de George W. Bush.
La excusa con la cual se fundamenta esta pretensión de bloquear la compra de armas para la defensa de la soberanía de Venezuela, radica en la ya repetida pero nunca demostrada información, según la cual, se le estaría brindando refugio a grupos armados colombianos, que llevan operando en ese país, más de 50 años.
A continuación, el comunicado emitido por la Cancillería de la República Bolivariana de Venezuela, en respuesta al anuncio de los EEUU, de prohibir la venta de armas a Venezuela:
“El gobierno norteamericano ha escalado nuevas alturas de cinismo y desvergüenza al intentar vincular a Venezuela con su particular visión del terrorismo internacional. Afirma que Venezuela no está “colaborando suficientemente” en la lucha contra el terrorismo.
Si de apoyar el virtual genocidio que se viene practicando contra el pueblo de Irak y que, por el contrario, no se le condene con todas las fuerzas en todos los escenarios posibles, es no “colaborar”, Venezuela no está dispuesta hacerlo bajo ningún concepto o pretexto. Si condenar la pretensión de imponerle al pueblo de Irán la renuncia a su derecho legítimo a desarrollar tecnología nuclear con fines pacíficos, bajo la amenaza extrema de emprender ataques militares en su contra, es no “colaborar”, Venezuela responde orgullosamente que jamás se prestará, sean cuales sean las presiones, a exigencias de tal naturaleza.
La opinión pública conoce el énfasis que ha puesto la actual administración, con el Presidente Bush a la cabeza, en la tesis de que “No sólo es terrorista quien incurre en actos de terrorismo, sino aquel que le brinda abrigo a terroristas”. Pues bien, esa tesis permite afirmar sin temor a errar, que las actuales autoridades norteamericanas son terroristas. De igual manera, la opinión pública mundial conoce suficientemente la protección que se le está brindado al más criminal de los terroristas del hemisferio occidental, Luís Posada Carriles, connotado asesino a sueldo de la CIA. La opinión pública conoce de la orden dictada por las actuales autoridades norteamericanas para poner en libertad a dos acusados por terrorismo en los tribunales venezolanos –Antonio Colina y Germán Varela- por haber colocado bombas en las representaciones diplomáticas de España y Colombia, países amigos de los Estados Unidos de Norteamérica. La administración del Presidente Bush, sencillamente no ha dado respuesta a la solicitud de extradición que la justicia venezolana ha hecho ante su gobierno para que, en cumplimiento de los tratados existentes y de la ley internacional, extradite estos criminales a Venezuela, para que rindan cuenta de sus actos ante la justicia. Por el contrario, los escudan tras miserables acusaciones como el peligro de que esos criminales sean torturados.
¿Qué es lo que se trata de ocultar tras estas acusaciones contra Venezuela?
El fondo del problema no es la fementida lucha contra el terrorismo. El fondo de estas despreciables acusaciones radica en la inútil campaña de desprestigio dirigida a aislar a Venezuela, desestabilizar su gobierno democrático y preparar las condiciones políticas para el ataque. Para ello, entre otras acciones, quieren colocarla en condiciones de incapacidad para defenderse. De allí su prohibición de vender armas y los servicios correspondientes en este ámbito. De allí también las presiones para impedir que Venezuela adquiera los medios de defensa, incluso de simple vigilancia de sus fronteras, tal como ha ocurrido con las negociaciones para adquirir aeronaves de España y de Brasil. De allí también las acusaciones de que Venezuela está lanzada en una carrera armamentista. Demasiada puerilidad para poder ocultarla con acusaciones y acciones descaradas. Han intentado, igualmente, separar a Venezuela de muy queridos hermanos en el continente y en el mundo. Han fracasado y seguirán fracasando.
La República Bolivariana de Venezuela, al tiempo de denunciar ante el mundo esta nueva fase de la estrategia norteamericana para derrocar a nuestro gobierno democrático e imponer, como lo ha hecho tantas veces en este continente y en el mundo, una dictadura obsecuente, ratifica que no cederá ante las presiones, que resistirá a pié firme los ataques de la naturaleza que sea y aconseja no confundir las expresiones cobardonas y oportunistas de algunos, con la voluntad de nuestro pueblo. Este error lo han cometido muy recientemente con otros pueblos que pagan el precio de su dignidad, pero que también hacen pagar el precio de la agresión.
Nuestro país tiende su mano amiga al pueblo norteamericano, pero no dudará en cerrar el puño para responder la agresión, tanto la verbal como la material que emprenda un gobierno inmoral y de naturaleza agresiva como el que actualmente rige su destino. Nuestro pueblo confía en la sabiduría del pueblo norteamericano y está seguro que sabrá imponer su voluntad ante quienes no sólo asesinan a otros pueblos, sino que llevan al sacrificio inútil a sus propios hijos”.
RNV/ MinCI
Visite nuestra página Web. www.minci.gov.ve
Ministerio de Comunicación e Información - Dirección de Medios Internacionales
Ministry of Communication and Information – International Media Department
Este lunes, el Departamento de Estado de los Estados Unidos, informó que impondrá una prohibición a la venta de armamento de cualquier tipo a Venezuela, excusándose en la presunta falta de apoyo que ha brindado el gobierno nacional, a la denominada “Lucha contra el terrorismo” que ha venido promoviendo durante los últimos años, la administración de George W. Bush.
La excusa con la cual se fundamenta esta pretensión de bloquear la compra de armas para la defensa de la soberanía de Venezuela, radica en la ya repetida pero nunca demostrada información, según la cual, se le estaría brindando refugio a grupos armados colombianos, que llevan operando en ese país, más de 50 años.
A continuación, el comunicado emitido por la Cancillería de la República Bolivariana de Venezuela, en respuesta al anuncio de los EEUU, de prohibir la venta de armas a Venezuela:
“El gobierno norteamericano ha escalado nuevas alturas de cinismo y desvergüenza al intentar vincular a Venezuela con su particular visión del terrorismo internacional. Afirma que Venezuela no está “colaborando suficientemente” en la lucha contra el terrorismo.
Si de apoyar el virtual genocidio que se viene practicando contra el pueblo de Irak y que, por el contrario, no se le condene con todas las fuerzas en todos los escenarios posibles, es no “colaborar”, Venezuela no está dispuesta hacerlo bajo ningún concepto o pretexto. Si condenar la pretensión de imponerle al pueblo de Irán la renuncia a su derecho legítimo a desarrollar tecnología nuclear con fines pacíficos, bajo la amenaza extrema de emprender ataques militares en su contra, es no “colaborar”, Venezuela responde orgullosamente que jamás se prestará, sean cuales sean las presiones, a exigencias de tal naturaleza.
La opinión pública conoce el énfasis que ha puesto la actual administración, con el Presidente Bush a la cabeza, en la tesis de que “No sólo es terrorista quien incurre en actos de terrorismo, sino aquel que le brinda abrigo a terroristas”. Pues bien, esa tesis permite afirmar sin temor a errar, que las actuales autoridades norteamericanas son terroristas. De igual manera, la opinión pública mundial conoce suficientemente la protección que se le está brindado al más criminal de los terroristas del hemisferio occidental, Luís Posada Carriles, connotado asesino a sueldo de la CIA. La opinión pública conoce de la orden dictada por las actuales autoridades norteamericanas para poner en libertad a dos acusados por terrorismo en los tribunales venezolanos –Antonio Colina y Germán Varela- por haber colocado bombas en las representaciones diplomáticas de España y Colombia, países amigos de los Estados Unidos de Norteamérica. La administración del Presidente Bush, sencillamente no ha dado respuesta a la solicitud de extradición que la justicia venezolana ha hecho ante su gobierno para que, en cumplimiento de los tratados existentes y de la ley internacional, extradite estos criminales a Venezuela, para que rindan cuenta de sus actos ante la justicia. Por el contrario, los escudan tras miserables acusaciones como el peligro de que esos criminales sean torturados.
¿Qué es lo que se trata de ocultar tras estas acusaciones contra Venezuela?
El fondo del problema no es la fementida lucha contra el terrorismo. El fondo de estas despreciables acusaciones radica en la inútil campaña de desprestigio dirigida a aislar a Venezuela, desestabilizar su gobierno democrático y preparar las condiciones políticas para el ataque. Para ello, entre otras acciones, quieren colocarla en condiciones de incapacidad para defenderse. De allí su prohibición de vender armas y los servicios correspondientes en este ámbito. De allí también las presiones para impedir que Venezuela adquiera los medios de defensa, incluso de simple vigilancia de sus fronteras, tal como ha ocurrido con las negociaciones para adquirir aeronaves de España y de Brasil. De allí también las acusaciones de que Venezuela está lanzada en una carrera armamentista. Demasiada puerilidad para poder ocultarla con acusaciones y acciones descaradas. Han intentado, igualmente, separar a Venezuela de muy queridos hermanos en el continente y en el mundo. Han fracasado y seguirán fracasando.
La República Bolivariana de Venezuela, al tiempo de denunciar ante el mundo esta nueva fase de la estrategia norteamericana para derrocar a nuestro gobierno democrático e imponer, como lo ha hecho tantas veces en este continente y en el mundo, una dictadura obsecuente, ratifica que no cederá ante las presiones, que resistirá a pié firme los ataques de la naturaleza que sea y aconseja no confundir las expresiones cobardonas y oportunistas de algunos, con la voluntad de nuestro pueblo. Este error lo han cometido muy recientemente con otros pueblos que pagan el precio de su dignidad, pero que también hacen pagar el precio de la agresión.
Nuestro país tiende su mano amiga al pueblo norteamericano, pero no dudará en cerrar el puño para responder la agresión, tanto la verbal como la material que emprenda un gobierno inmoral y de naturaleza agresiva como el que actualmente rige su destino. Nuestro pueblo confía en la sabiduría del pueblo norteamericano y está seguro que sabrá imponer su voluntad ante quienes no sólo asesinan a otros pueblos, sino que llevan al sacrificio inútil a sus propios hijos”.
RNV/ MinCI
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