Diario Co Latino
La esperanza para los empresarios y gobierno salvadoreño no es el mercado estadounidense, sino los connacionales que viven allá, por lo que la migración se convierte para ellos en el “gran negocio”, “en tanto el TLC, para los que lo negociaron, es un mecanismo, para golpear el agro y seguir provocando emigración”, sostuvo César Villalona, economista.
Villalona, participó ayer, junto a otros ponentes, en el foro denominado “El Impacto del TLC entre El Salvador-Estados Unidos y la Experiencia Mexicana», organizado por la escuela de Ciencias Sociales de la Universidad de El Salvador (UES).
Según él, no hay ninguna intención de reactivar el agro. Es más, con el tratado con Estados Unidos, se generará más migración, por la impotencia de poder competir. La migración produce el efecto de intercambio comercial efectivo: más salvadoreños se van, más mandan remesas para consumir en El Salvador y además consiguen un potencial mercado salvadoreño en Estados Unidos.
Según este profesional, la emigración masiva causada por el TLC, llevará a que la gente deje sus tierras ante la quiebra de sus cultivos, las cuales podrán ser arrendadas por los millonarios del país que son los que podrán subsistir con el TLC. Si una cooperativa, quiebra y sus socios emigran, querrán vender la tierra, pero la Constitución tiene limitación con relación a la tenencia de las mismas, sin embargo todo está calculado, aseguró. “En la Asamblea Legislativa ya hay una ley de arrendamiento de tierras, aunque no se puede comprar podrán adquirirla por medio de esta modalidad», explicó.
El anteproyecto de ley para el arrendamiento de parcelas está desde el año pasado y fue promovido por el ejecutivo y respaldado por la Alianza Republicana Nacionalista (ARENA). “A aquellos que les vaya mal con el TLC, puedan darla en arrendamiento, como por ejemplo a los Poma, dueños de Metrocentro, para que de esa manera no violen la Constitución”, manifestó el ponente.
Según Villalona, la ley permitiría que el 90% de lo que producen esas parcelas sea de los que la cultivan, mientras que los dueños obtendrían un 10% de las ganancias. “Si el empresario le hace mejoras a esas tierras, digamos que le construye un beneficio de café, y la quiere recuperar tiene que pagarle al que hizo los cambios», afirma Villalona. “Según la Constitución ninguna persona, física ni jurídica puede tener más de 245 hectáreas de tierra, aunque sabemos que hay empresarios que tienen mucho más con presta nombres”, indicó.
No se podrá exportar frutas frescas, solamente congeladas; tampoco carne de cerdo ni sopa de garrobo, chipilín, y otra serie de productos que se han estado promocionando. A cambio, El Salvador recibirá este año 68 mil toneladas de arroz sin impuestos. La producción nacional es de 22 mil toneladas.
“El arroz, sino desaparece este año desaparece el que viene; en el caso de las hortalizas van a entrar un 20 por ciento sin arancel este año; en el caso del maíz, con una cuota pequeña no hay mucho problema por el momento, aunque la cuota seguirá aumentando”, afirma.
En 5 a 6 años el impacto va hacer muy fuerte por el lado de los granos básicos, por el lado de la carne, la de pollo. Hortalizas, no, igual el café y la caña. De acuerdo a Villalona, con esto se estará consiguiendo una nueva modalidad de tenencia y la cúpula empresarial se va dedicar básicamente al negocio de la fruta para vender en Estados Unidos, como mango y melón congelados.
“Qué campesino, con 2 manzanas de maíz va a vender mangos, esperar 5 años, y luego congelar el mango y venderlo hacia Estados Unidos. Eso es imposible”, manifestó.
“Ese es el negocio al que se va a dedicar la cúpula empresarial: (cuando se apropie de la tierra del campesinado arruinado), fruta para exportación. Ya tienen la planta de procesamiento en San Miguel y van a montar otra en San Luis Talpa y en Acajutla”, manifestó.
La esperanza para los empresarios y gobierno salvadoreño no es el mercado estadounidense, sino los connacionales que viven allá, por lo que la migración se convierte para ellos en el “gran negocio”, “en tanto el TLC, para los que lo negociaron, es un mecanismo, para golpear el agro y seguir provocando emigración”, sostuvo César Villalona, economista.
Villalona, participó ayer, junto a otros ponentes, en el foro denominado “El Impacto del TLC entre El Salvador-Estados Unidos y la Experiencia Mexicana», organizado por la escuela de Ciencias Sociales de la Universidad de El Salvador (UES).
Según él, no hay ninguna intención de reactivar el agro. Es más, con el tratado con Estados Unidos, se generará más migración, por la impotencia de poder competir. La migración produce el efecto de intercambio comercial efectivo: más salvadoreños se van, más mandan remesas para consumir en El Salvador y además consiguen un potencial mercado salvadoreño en Estados Unidos.
Según este profesional, la emigración masiva causada por el TLC, llevará a que la gente deje sus tierras ante la quiebra de sus cultivos, las cuales podrán ser arrendadas por los millonarios del país que son los que podrán subsistir con el TLC. Si una cooperativa, quiebra y sus socios emigran, querrán vender la tierra, pero la Constitución tiene limitación con relación a la tenencia de las mismas, sin embargo todo está calculado, aseguró. “En la Asamblea Legislativa ya hay una ley de arrendamiento de tierras, aunque no se puede comprar podrán adquirirla por medio de esta modalidad», explicó.
El anteproyecto de ley para el arrendamiento de parcelas está desde el año pasado y fue promovido por el ejecutivo y respaldado por la Alianza Republicana Nacionalista (ARENA). “A aquellos que les vaya mal con el TLC, puedan darla en arrendamiento, como por ejemplo a los Poma, dueños de Metrocentro, para que de esa manera no violen la Constitución”, manifestó el ponente.
Según Villalona, la ley permitiría que el 90% de lo que producen esas parcelas sea de los que la cultivan, mientras que los dueños obtendrían un 10% de las ganancias. “Si el empresario le hace mejoras a esas tierras, digamos que le construye un beneficio de café, y la quiere recuperar tiene que pagarle al que hizo los cambios», afirma Villalona. “Según la Constitución ninguna persona, física ni jurídica puede tener más de 245 hectáreas de tierra, aunque sabemos que hay empresarios que tienen mucho más con presta nombres”, indicó.
No se podrá exportar frutas frescas, solamente congeladas; tampoco carne de cerdo ni sopa de garrobo, chipilín, y otra serie de productos que se han estado promocionando. A cambio, El Salvador recibirá este año 68 mil toneladas de arroz sin impuestos. La producción nacional es de 22 mil toneladas.
“El arroz, sino desaparece este año desaparece el que viene; en el caso de las hortalizas van a entrar un 20 por ciento sin arancel este año; en el caso del maíz, con una cuota pequeña no hay mucho problema por el momento, aunque la cuota seguirá aumentando”, afirma.
En 5 a 6 años el impacto va hacer muy fuerte por el lado de los granos básicos, por el lado de la carne, la de pollo. Hortalizas, no, igual el café y la caña. De acuerdo a Villalona, con esto se estará consiguiendo una nueva modalidad de tenencia y la cúpula empresarial se va dedicar básicamente al negocio de la fruta para vender en Estados Unidos, como mango y melón congelados.
“Qué campesino, con 2 manzanas de maíz va a vender mangos, esperar 5 años, y luego congelar el mango y venderlo hacia Estados Unidos. Eso es imposible”, manifestó.
“Ese es el negocio al que se va a dedicar la cúpula empresarial: (cuando se apropie de la tierra del campesinado arruinado), fruta para exportación. Ya tienen la planta de procesamiento en San Miguel y van a montar otra en San Luis Talpa y en Acajutla”, manifestó.
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