viernes, mayo 12, 2006

Disputa de la Alcaldía de la Capital y el Asunto del Poder del Estado

Fundación Salvadoreña para la Promoción Social y el Desarrollo Económico
¡Movilización Social para el Desarrollo Humano!


En el terreno en que la lucha política electoral por la disputa del poder del Estado fue central, fue en la pelea por la quedarse con la Alcaldía de la capital del país y sus perspectivas con vistas a las elecciones de 2009.

La votación nacional principalmente para diputados, también para concejos municipales y en particular para alcaldes, Saca la manejó como el medio para ganar más votos para “disfrutar una gobernabilidad tranquila” para los próximos tres años que se sintetizaba a diario con el lema de que “un voto por los diputados, era un voto por Tony Saca”.


Al proclamar el mismo día domingo 12 de marzo como ganador de la Alcaldía de la capital a su candidato, Tony Saca cometió un error político, el cual no podía corregir ni salir de otro modo que no fuera con el aseguramiento de fraude electoral. Y esto fue lo que intentaron los areneros que controlan el TSE, el Registro Electoral, el DOCUSAL, el Registro Nacional de Personas Naturales, a la PNC y resto del aparato estatal.

El paso dado en esa dirección, Saca arrastró a toda la derecha y el aferramiento al “gane” de la Alcaldía elevó su pelea a nivel nacional y al mismo tiempo adquirió el carácter de lucha por el poder estatal. Rebasó los llamados de la derecha a la conciencia de la población para que la favorecieran con su voto. Entre más alargaba el tiempo para los preparativos del fraude, más se hundía Saca en su desgaste y debilitamiento político y el rechazo a la burda maniobra, incluso dentro del propio campo de la derecha que tardó unos momentos en expresarse, por los enormes riesgos que implicaba el desborde de ansias de poder de Saca.

Lo más importante consistió en que a través de la votación mayoritaria a favor de la candidata del FMLN en las elecciones municipales, el pueblo se pronunció por el poder y dispuesto a luchar por la defensa de su voluntad y la victoria electoral. Y es que en la medida en que la derecha dilataba la respuesta mediante el fraude y se enredaba en sus maquinaciones al respecto, crecía el estado de ánimo del pueblo a defender lo conquistado con formas de lucha políticas y sociales necesarias para ese momento concreto.

El pueblo derrotó a Saca y su partido ARENA y no estaba dispuesto a dejarse arrebatar el triunfo después de haber vencido al miedo y terror electoral de la derecha. La gente decidió expresarse por encima de todo asistiendo a la Plaza Cívica y pronunciarse desde cualquier lugar del país, incluso desde aquellos en los que claramente hubo fraude y de esa manera ARENA pudo caerle encima a Alcaldías.

Cuando el día martes 14 de marzo, uno de los principales medios de prensa que representa una de las corrientes de pensamiento de la burguesía y en general de la derecha en primera página de hecho se pronunció por el triunfo electoral del FMLN, algo inusual en el país en los últimos tiempos, fue como una advertencia acerca de las graves consecuencias políticas que el fraude podría traer.

Por supuesto que esa información, difundida el martes por la mañana, había sido decidida en la noche del lunes 13 de marzo porque el martes por la noche el otro medio de la derecha decidió que su periódico del miércoles también se pronunciara, más tajantemente, en el mismo sentido. Pero lo principal de la coyuntura ocurrió ese día miércoles 15 de marzo por la tarde y noche, cuando casi espontáneamente un río de gente partió de la Plaza Cívica hacia el hotel donde el TSE consumaría el fraude, mediante el conteo de los votos impugnados.

El pueblo que partió de la mencionada plaza con disposición a la “defensa del voto” y el poder, a su paso se le fue sumando más pueblo con el mismo estado de ánimo. El confrontación política electoral por la Alcaldía de San Salvador, impuesta por la derecha arenera y Saca especialmente, generó claros síntomas insurreccionales no vistos en elecciones anteriores, pero si vistos en las elecciones de los últimos tiempos en América Latina y el Caribe, Bolivia y Haití, por ejemplo.

Después de los acontecimientos electorales del 12 de marzo, la derecha mira el futuro inmediato lleno de nubarrones políticos. Está asustada porque el pueblo está despertando y porque los pueblos en América Latina y el Caribe también están despertando. San Salvador, la capital salvadoreña, está rodeada de ciudades y pueblos que forman el Área Metropolitana; la mayoría con población que se movilizó por la defensa de la victoria política de Violeta Menjívar, candidata a Alcaldesa por el FMLN. El Área Metropolitana es “roja” y los síntomas insurreccionales cercaron a la capital, el centro del corazón de nuestro país.

El pueblo no sólo decidió al FMLN como la primera oposición política en la Asamblea Legislativa, borrando la calificación de Saca de “oposición estorbosa”, sino que al derrotar el fraude electoral ya preparado para la Alcaldía, salvó ante el país y la comunidad internacional a la institucionalidad estatal manoseada y corrompida con fines de la perversa maniobra electoral, aunque conserve su dudosa confiabilidad o que en realidad siga careciendo de confiabilidad.

La esencia de la democracia representativa sigue descansando en la limpieza, transparencia, pureza y credibilidad de los procesos y procedimientos ante todos. De ello depende la legitimidad de los resultados y fue del manoseo que se hizo de los procesos en las elecciones presidenciales de 2004 que el resultado fuera un presidente ilegítimo, cuyo comportamiento dictatorial en las pasadas elecciones, que se saltó abiertamente la Constitución, las leyes y enlodó los procesos y procedimientos, acentúo su deslegitimación y la de los resultados a favor de su partido.

Para las elecciones de 2004 se calculó que alrededor del 40% de los votos a favor de ARENA y Saca fueron ilegítimos; es decir, votos por el miedo a perder trabajo, empleo, ingresos por remesas, sobornos, traslado de gente de otros países producto de los acuerdos entre las derechas centroamericanas y a las abrumadoras acciones de terrorismo psicológico. Esos votos no fueron en libertad y democracia, argumentos con los cuales Saca se llenó la bocota durante las campañas electorales de 2004 y 2006. En otras palabras y siendo conservadores, un importante porcentaje del 25% de los 783.2 mil votos obtenidos por ARENA en las elecciones del 12 de marzo fueron votos ilegítimos.

¿Tendrá ARENA y la burguesía neoliberal que seguir cargando este enorme fardo político para asegurar victoria electoral en las elecciones de 2009 utilizando las mismas trampas?

Las elecciones de 2009 serán generales, esto es presidenciales, legislativas y municipales al mismo tiempo; y ello obliga a la derecha a refinar más los mecanismos y procesos para votos ilegítimos y fraude, teniendo en cuenta el revés político sufrido en las elecciones legislativas y municipales de marzo pasado al no lograr los dos objetivos principales que se propusieron de recobrar la Alcaldía de la capital, perdida desde las elecciones de marzo de 1997, e impedir que el FMLN recobrara el veto o la “llave” para decisiones con votación calificada n la Asamblea Legislativa.

Los resultados de las elecciones municipales de marzo arrojaron situaciones que requieren un análisis, políticamente y probablemente social, más detallado(*), en algunos casos en torno a la relación entre candidato, que fue quien aseguró la victoria, y la bandera de los partidos tal como ocurrió en las cabeceras departamentales de Santa Ana (que sólo votó el 46.09% del electorado) y San Miguel (que votó el 45.59%), y sin que hubiera relación directa entre votos para Alcaldes y votos para diputados.

Pero también existen casos especiales como los de Soyapango y Antiguo Cuscatlán. La primera una ciudad densamente poblada del Área Metropolitana, cuna de la zona fabril, de muchas plantas industriales y fábricas, en donde nació la clase obrera propiamente tal en los años sesenta del siglo XX al amparo del Mercado Común Centroamericano, retenida electoralmente y con alta ventaja por el FMLN, aunque solamente votó el 48.16% de la población apta para votar.

Y la segunda, Antiguo Cuscatlán, enclavada como en medio del Área Metropolitana dominada por el FMLN, es asiento de inversiones en los más grandes centros comerciales y otras actividades económicas y de servicios, propiedad de los principales agrupamientos empresariales neoliberales, incluyendo los que dominan el comercio de importación y se benefician de la apertura comercial y los TLC, retenida por quinto período consecutivo por ARENA y que votó el 63.26% del padrón electoral.

La diferencia del voto entre una y la otra ciudad es notorio, no sólo por la composición social o estructura social diferente entre ambas ciudades, sino por los motivos políticos y económicos que la tuvo gente al momento de acudir a las urnas.

El asunto es que el pueblo enfrentó otra vez la conducta perversa de la derecha dentro de los marcos de la democracia representativa, que además choca con el neoliberalismo económico, y pudo salir mejor preparado para nuevas luchas antineoliberales que se aproximan; en particular, en el terreno económico y social y más adelante, en el campo político electoral.

* La votación en las cabeceras departamentales osciló desde 60.11% del electorado en Chalatenango y que ocupó el lugar 159 en el orden correlativo según la participación electoral de la ciudadanía, hasta el 45.00% en Usulután y que ocupó el lugar número 254. En la capital votó el 53.68% del electorado, ocupando el lugar número 210. Independiente de las manipulaciones y fraudes electorales, ¿cuáles son las razones o causas que explican que en más 160 municipios haya votado más del 60% del electorado y en algunos de ellos, unos 56, los más pobres y en general más atrasados política y económicamente, haya votado más del 70% del padrón electoral? Esta es una interrogante cuya respuesta está relacionada con el tipo de revisión y reforma que debe realizarse al sistema electoral.

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