miércoles, mayo 10, 2006

MILES DE MADRES BUSCAN DIARIAMENTE EL SUSTENTO PARA SUS HIJO


Reyna Castillo transporta en una carretilla, junto a los productos que vende, a su hijo Oscar Arnoldo Castillo, de 5 años. Castillo es una de las miles de mujeres que a diario luchan por la subsistencia de sus familias, sin importarles las inclemencias del tiempo. Felicidades madres trabajadoras, en este su día.


Ricardo Chicas Segura
Redacción Diario Co Latino

En las calles encontramos todos los días a miles de mujeres que luchan constantemente por sacar adelante a sus hijos. No importa los sacrificios que hagan bajo el sol o la lluvia, cargan sus ventas de frutas, verduras, cosméticos, ropa, alimentos u otros para conseguir el sustento diario. Muchas veces la ganancia no sobrepasa los 5 dólares, cantidad que al final del día tiene que repartirse entre los acreedores y para la inversión en nuevos productos para vender al siguiente día.

La vergüenza se deja a un lado, los gritos ofreciendo los productos se oyen en la capital, ante los posibles compradores, pues para estas mujeres que muchas veces sirven de padres y madres, sólo importa darle una oportunidad de subsistencia a sus familias.


Rosa María del Carmen Gálvez, es una de éstas madres, ella se encarga de una clínica de pequeña cirugía, en las cercanías del parque Centenario, en las que atiende emergencias, heridas, raspones, pone inyecciones, sueros y otros. Andrea Abigail Gálvez, de 7 años, siempre le acompaña al trabajo, ya que Rosa María no tiene quien cuide a su pequeña.

La Rubén Darío, la 22 de abril, la cuarta calle poniente, la calle Arce y alrededores del mercado central, son los lugares donde se encuentran a muchas madres en la “rebusca”, Reina Castillo, quien vende productos en polvo en una carretilla, también transporta a su hijo Oscar Arnoldo Castillo de 5 años. “La vida es muy dura” dice Castillo, quien gana poco, pero con esto trata de darle salud, educación y alimentación al pequeño.

“No le tengo fe a las guarderías para dejar a mi hijo, prefiero que ande conmigo, porque ya he visto casos de niños que les pegan y los maltratan”, dijo, mientras empujaba su carreta.

Estas dos madres, Rosa y Reina, agradecen por tener siquiera una oportunidad para subsistir. Sin embargo, en la capital existen muchas mujeres que no encuentran como trabajar y se dedican a pedir en las aceras para sostener a sus hijos.

El amor parece ser el motor que las mueve aunque muchos consideran a las mujeres que trabajan en la venta callejera como “mal educadas, malcriadas o violentas”, sin entender que esa es la forma de defenderse y defender a sus crías ante los embates de esta sociedad.

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