jueves, mayo 04, 2006

Ex guerrilleros promueven turismo en cerro Guazapa

Alberto Barrera, periodista, miembro equipo editor de Raíces

“¿Y esto era de los buenos o de los malos?”, preguntó Taira, una niña de 8 años, y el veterano ex guerrillero con voz firme le contestó: “claro que de los buenos”.

Nelson Galdámez, de 36 años, al responder a la niña explicaba a una veintena de turistas la función de una trinchera construida en lo que fue una posición de la guerrilla en el cerro Guazapa, un bastión rebelde a unos 35 kilómetros al norte de San Salvador.


Nelson, quien desde los 12 años de edad combatió en la guerrilla, encabeza hoy una asociación de propietarios de tierras que promueven el turismo en la ex conflictiva zona, llevando turistas nacionales y extranjeros por senderos en los que muestran campamentos y túneles en los que se refugiaban de los bombardeos y operaciones del ejército.

Durante el trayecto, a pie o a caballo, los turistas, escucharon testimonios de cómo ex combatientes y pobladores civiles sobrevivieron a la cruenta guerra civil, que en 12 años causó 75.000 muertos y que finalizó en forma negociada en 1992.

Nelson dijo que el trabajo lo iniciaron en 2000 logrando organizar a 36 propietarios de escarpadas tierras, en las que durante el conflicto de más de una década los rebeldes montaron campamentos desde los cuales incursionaban a ciudades y puestos militares.

Pero el proyecto tuvo atrasos y lo han reiniciado por el interés de los visitantes y para fortalecerlo en busca de un mayor apoyo a la comunidad.

Durante la guerra el ejército montó innumerables operaciones con miles de soldados, que auxiliados por artillería terrestre y aérea, incursionaron en la temida zona.

Julio Melgar, un veterano de guerra de 69 años, recordó lo difícil que fueron esos años en los que asesinaron a uno de sus hijos, su padre y cuatro hermanos.

Sentado frente a los vestigios del templo católico del cantón El Zapote, Julio acomodándose su sombrero y machete al lado, recordó cómo una bomba de 500 libras destruyó en 1982 el edificio de adobe.

Antes había aludido la matanza de cuatro mujeres por grupos paramilitares en 1980.

Tres cruces de madera al lado del templo indican los lugares en que fueron sepultadas tres de esas mujeres, que integraban una de las 500 familias que habitaban el poblado cantón y que ahora luce desolado.

Mientras los turistas recogían vestigios en lo que fue la nave central del templo, Siegfried Markowis, un alemán de 48 años, suavemente entonaba “hosanna”.

Las historias contadas por los ex combatientes estremecieron a los turistas, pero atentos los escucharon y algunos se introdujeron a “los buzones” o “tatús” en los que la guerrilla y población civil se refugiaban de los bombardeos militares.

Unos kilómetros arriba mostraron “la tumba del guerrillero”, un cementerio “en recuerdo a los héroes caídos en combate”, en el que fueron sepultados unos 75 combatientes, incluyendo varios soldados, dijo Nelson.

En ese lugar, donde se ven los cimientos de una pequeña escuela, hubo un puesto de la guerrilla, protegido por una trinchera para rechazar ataques de los militares.

Al rescate de la memoria

Pero no solo los huecos que construían en la tierra les protegían de los bombardeos, también se ayudaban de cuevas y otras formaciones naturales.

Nelson mostró “la guardería”, un hueco al lado de una caída de agua en época de lluvia, en la que enviaban a más de 70 niños cuando el ejército lanzaba las bombas.

David Garay, padre de Taira, quien junto a su esposa María Delia y su otro hijo Diego, de 12 años, recordó cómo logró sobrevivir en esa escabrosa zona ex conflictiva, pues también fue parte de las Fuerzas Armadas de la Resistencia Nacional (FARN), uno de los cinco grupos armados que formaron el FMLN.

David con cierta agilidad, pese a las libras de mas, ingresó a uno de los tatús, mientras sus dos hijos impacientes le pedían permiso para hacerlo. Luego asombrados observaron la guardería, en la que se acomodaban las decenas de menores huyendo del peligro.

Aunque el interés principal del proyecto es mostrar las zonas guerrilleras y proteger el medio ambiente, el Comité de Turismo Pro-Guazapa busca resguardar la historia.

“Uno de nuestros fines es el rescate de la memoria histórica, no solo de la guerra, también lo que fue la producción del añil en los obrajes, los asentamientos indígenas, y para lo cual pretendemos construir un museo”, dijo Nelson al hablar de sus sueños.

Durante el recorrido fue mostrado un antiguo obraje en el que durante mucho tiempo, desde la dominación colonial de España, principalmente en los siglos XVIII y XIX fue explotada la planta del xiquilite para extraer el ansiado color azul que usaban en Europa.

Nelson se quejó por la falta de apoyo gubernamental al proyecto, pese a la atracción que genera en el turista.
Cifras del ministerio de Turismo indican que en 2005 visitaron el país 1,1 millones de turistas, superior a los 966.416 que lo hicieron en 2004 y los ingresos aumentaron de 424,7 millones de dólares a 644,2 millones registrados el año pasado.

Al concluir la visita, mientras Markowis disfrutaba de un refresco, dijo que “me interesó mucho ver las distintas flores y plantas, y me gustó mucho escuchar las historias” de la ex zona de guerra en El Salvador.

3 comentarios:

Anónimo dijo...

gracias estimados amigos por dar a conocer nuestra historia del cerro de guazapa les contamos que ya contamos con un local en el cual se perfila la creacion del museo de la historia guerrillera del cerro de guazapa lugar en el cual se expondran fotos y las historicas asañas de los que estubimos en este cerro historico

EL PACAYAL de R.L dijo...

en efecto lo que se a dicho es realidad se esta preparando el local para el museo pero por limitacion de recursos se esta trabajando lento pero seguro con el fin principal de darle a nuestro pueblo la verdadera historia del serro de guazapa y eso si dios nos lo permite lo estaremos cumpliendo pronto les cuento que el comite proguazapa continuamos desde el año 2000 y hoy se a constituido la Cooperativa EL PACAYAL de R.L y es dirigida por Nelson Galdamez siempre, espacio en el cual se desarrolla el mismo objetivo y gracias por su apollo.

Anónimo dijo...

GRACIAS COMPAÑEROS DEL CERRO DE GUAZAPA POR TAN GRANDE APORTE A LA HISTORIA DE NUESTRO EL SALVADOR ADELANTE LA HISTORIA ES NUESTRA Y CONTEMOSLA PARA QUE NUNCA MAS SE REPITA.