La necesidad de elevar los niveles de lucha
Este Primero de Mayo conmemoramos un nuevo aniversario del Día Internacional de los Trabajadores. Un día que en el Chile de hoy tiene un enorme significado y es que al recordar la lucha impulsada por los Mártires de Chicago en pos de las ocho horas laborales diarias, no podemos sino contrastar lo poco que hemos avanzado. Hoy en nuestro país es común el trabajar 10 y hasta 12 horas diarias, una precariedad que golpea con particular fuerza a los jóvenes.
El 60% de los trabajadores jóvenes no tiene contrato definido, igual porcentaje que percibe menos de 200 mil pesos. Asimismo, la mitad de los chilenos hoy no tiene derecho a jubilación y es la conjunción del sistema de capitalización individual creado en dictadura, con la enorme precariedad del mercado del trabajo, hace que buena parte de los chilenos no alcance los ahorros suficientes para la pensión mínima o la asistencial.
Esta realidad hace indispensable hoy que el mundo de los trabajadores, que somos la inmensa mayoría de los chilenos, asuma que la resolución de sus problemas pasa necesariamente por sus propias manos.
Las últimas tres décadas en la historia chilena demuestran que no existe voluntad desde el poder institucional para enfrentar y resolver los agobiantes problemas de la masa trabajadora, muy por el contrario, un recuento serio de las políticas impulsadas hasta ahora dan cuenta que en el centro de la política pública están los intereses del empresariado, como un reciente y elocuente ejemplo es la ya tristemente célebre Agenda Pro Crecimiento, que justamente contiene como una de sus ideas centrales el profundizar la desregulación del mercado del trabajo. Por otro lado, esta misma historia reciente demuestra que sólo con movilización y lucha, los sectores postergados pueden conquistar los derechos que nunca debieron ser conculcados.
Asumir la responsabilidad de las transformaciones justas y necesarias que requiere Chile, pasa no sólo por entender a la movilización como llave maestra, sino también dotar de mayor “valor agregado” a esa misma movilización. Ya no basta con visibilizar los conflictos a través de marchas y petitorios, es necesario pensar la movilización como instrumentos generadores de crisis al sistema, de fisuras al modelo desde donde comenzar a instalar nuevas formas de relaciones sociales. Porque tenemos la razón, es indispensable generar la fuerza. Contra el Imperialismo, Soberanía Nacional.
Contra la Oligarquía, Soberanía Popular
Este Primero de Mayo conmemoramos un nuevo aniversario del Día Internacional de los Trabajadores. Un día que en el Chile de hoy tiene un enorme significado y es que al recordar la lucha impulsada por los Mártires de Chicago en pos de las ocho horas laborales diarias, no podemos sino contrastar lo poco que hemos avanzado. Hoy en nuestro país es común el trabajar 10 y hasta 12 horas diarias, una precariedad que golpea con particular fuerza a los jóvenes.
El 60% de los trabajadores jóvenes no tiene contrato definido, igual porcentaje que percibe menos de 200 mil pesos. Asimismo, la mitad de los chilenos hoy no tiene derecho a jubilación y es la conjunción del sistema de capitalización individual creado en dictadura, con la enorme precariedad del mercado del trabajo, hace que buena parte de los chilenos no alcance los ahorros suficientes para la pensión mínima o la asistencial.
Esta realidad hace indispensable hoy que el mundo de los trabajadores, que somos la inmensa mayoría de los chilenos, asuma que la resolución de sus problemas pasa necesariamente por sus propias manos.
Las últimas tres décadas en la historia chilena demuestran que no existe voluntad desde el poder institucional para enfrentar y resolver los agobiantes problemas de la masa trabajadora, muy por el contrario, un recuento serio de las políticas impulsadas hasta ahora dan cuenta que en el centro de la política pública están los intereses del empresariado, como un reciente y elocuente ejemplo es la ya tristemente célebre Agenda Pro Crecimiento, que justamente contiene como una de sus ideas centrales el profundizar la desregulación del mercado del trabajo. Por otro lado, esta misma historia reciente demuestra que sólo con movilización y lucha, los sectores postergados pueden conquistar los derechos que nunca debieron ser conculcados.
Asumir la responsabilidad de las transformaciones justas y necesarias que requiere Chile, pasa no sólo por entender a la movilización como llave maestra, sino también dotar de mayor “valor agregado” a esa misma movilización. Ya no basta con visibilizar los conflictos a través de marchas y petitorios, es necesario pensar la movilización como instrumentos generadores de crisis al sistema, de fisuras al modelo desde donde comenzar a instalar nuevas formas de relaciones sociales. Porque tenemos la razón, es indispensable generar la fuerza. Contra el Imperialismo, Soberanía Nacional.
Contra la Oligarquía, Soberanía Popular
Jefatura Destacamento Juvenil Mauricio Gómez Lira
Movimiento Patriótico Manuel Rodríguez
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