Paul Fortis
A muchos@ ya se nos fueron. A muchos@ se las asesinaron en el tiempo de la guerra por ello cantamos a nuestras madres porque para nosotros ellas estarán presentes para siempre en nuestra lucha.
Cruzaba a penas 1976 cuando en Santa Rita, Tejutepeque las primeras madres fueron asesinadas por los escuadrones de la muerte y así con el desarrollo y encrudecimiento de la guerra fueron miles de madres las que cayeron defendiendo a sus hijos@ y al pueblo salvadoreño en general. Así, cayeron Patricias, Ruths, Marías, Juanitas, Evitas y el montón de nombres que ahora llenan de rosas la campiña y las ciudades salvadoreñas.
Las Madres Salvadoreñas tuvieron la tristeza y gloria de ver partir a sus hijos al combate del cual muchos no regresaron, las madres salvadoreñas tienen el honor de haber empuñado las armas y seguir combatiendo en las trincheras políticas a los enemigos arenoides de la familia salvadoreña, por ello hoy en este glorioso día quiero saludar a las Zoilas, Silvias, Rhinas, Rositas, Blancas, Nidias y comunicar nuestro mas sentido pésame al compañero Aníbal del Comité de Ottawa cuya madrecita falleció la semana pasada en Edmonton, Canadá.
En el día de la madre el mejor regalo que podemos ofrecer a nuestros seres queridos es ser mejores revolucionarios.
A muchos@ ya se nos fueron. A muchos@ se las asesinaron en el tiempo de la guerra por ello cantamos a nuestras madres porque para nosotros ellas estarán presentes para siempre en nuestra lucha.
Cruzaba a penas 1976 cuando en Santa Rita, Tejutepeque las primeras madres fueron asesinadas por los escuadrones de la muerte y así con el desarrollo y encrudecimiento de la guerra fueron miles de madres las que cayeron defendiendo a sus hijos@ y al pueblo salvadoreño en general. Así, cayeron Patricias, Ruths, Marías, Juanitas, Evitas y el montón de nombres que ahora llenan de rosas la campiña y las ciudades salvadoreñas.
Las Madres Salvadoreñas tuvieron la tristeza y gloria de ver partir a sus hijos al combate del cual muchos no regresaron, las madres salvadoreñas tienen el honor de haber empuñado las armas y seguir combatiendo en las trincheras políticas a los enemigos arenoides de la familia salvadoreña, por ello hoy en este glorioso día quiero saludar a las Zoilas, Silvias, Rhinas, Rositas, Blancas, Nidias y comunicar nuestro mas sentido pésame al compañero Aníbal del Comité de Ottawa cuya madrecita falleció la semana pasada en Edmonton, Canadá.
En el día de la madre el mejor regalo que podemos ofrecer a nuestros seres queridos es ser mejores revolucionarios.
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