sábado, mayo 26, 2007

A propósito del viaje del Presidente Saca a Irak

Editorial de Mauricio Funes
Publicado en Co-Latino


¿Y de donde sale el dinero para los viajes de los funcionarios públicos y amigos cercanos al Presidente de la República?

Aprovechando la estadía en Jordania y Egipto, el Presidente Saca decidió visitar el contingente militar destacado en Iraq.

Dice la prensa que el viaje ya había sido planeado con anticipación, pero que por razones de seguridad se mantuvo en el más completo sigilo.


Nadie sabía, sólo el alto mando castrense. Ni los periodistas, invitados especiales del gobierno, tenían en su agenda semejante parada por tierras árabes.

Siguiendo la tradición de los grandes, Bush y Blair, Saca decidió visitar a la tropa, pasar revista y enviar un mensaje de respaldo a la labor desarrollada por el contingente destacado en Al Kut, provincia de Babil.

Aunque no estoy de acuerdo con la presencia de tropa en Irak, ya que se trata de una ocupación militar que no ha conducido a fortalecer el proceso de paz y reconstrucción en esa parte del mundo, es de entender las razones políticas y hasta ideológicas que llevaron al mandatario a hacer una parada por el campamento salvadoreño.

La verdad que no existe ningún beneficio tangible para el país derivado de esa presencia que no sea la renovación por el gobierno de Estados Unidos del estatus de protección temporal, conocido por sus siglas en inglés como TPS.

Por lo demás, mal momento para visitar Iraq, siendo que la mayoría demócrata en el Congreso que discute en estos momentos la reforma migratoria que afectará a miles de salvadoreños indocumentados que viven en Estados Unidos, insiste en que el ejército de ese país debe salir de territorio iraquí a la brevedad posible.

En política exterior no sólo hay que estar del lado de los justos sino también de los que suman más y no cabe duda que luego de las elecciones de medio período en Estados Unidos, los demócratas son los que tienen el control de ambas cámaras del congreso y probablemente en un año se harán también del control del ejecutivo.

Pero, como decía antes, más allá de las comprensibles razones políticas e ideológicas del Presidente Salvadoreño ¿qué hacían los otros funcionarios y amigos que le acompañaban?

En las cámaras de televisión y en la prensa escrita de este día los salvadoreños pudimos ver al Ministro de la Defensa, al Ministro de Seguridad Pública, al Secretario Privado de la Presidencia, al Secretario de Comunicaciones y al Primer Designado a la Presidencia. Semblanteados, por supuesto, de una muchedumbre de reporteros gráficos, camarógrafos, entrevistadores de televisión y periodistas en general, todos invitados especiales del gobierno.

Como me comentaba un colega este mismo día luego de desayunarse con las fotos de la visita: “Para enterarse de lo que fue hacer el Presidente Saca en Jordania, Egipto y el campamento Delta en Iraq, no se necesitan periodistas de los medios nacionales.” Entre un boletín de prensa oficial y la información recogida por estos reporteros no hay ninguna diferencia.

El único beneficio personal de la gira para algunos de estos periodistas y funcionarios fue que conocieron tierras lejanas y vistieron el uniforme militar, con lo que aplacaron más de alguna ansiedad autoritaria, arraigada en lo más profundo de sus psiquis personal.

Pero a parte de esta digresión, lo que más me preocupa es el sentido de las misiones oficiales y la justificación de la presencia de funcionarios públicos que poco o nada tienen que ver con la naturaleza de la misión realizada.

¿Qué tiene que hacer el Ministro de Seguridad Pública en Iraq?

El Presidente de la República puede argumentar que en tanto Comandante en Jefe de las Fuerzas Armadas fue a visitar a un contingente que le debe obediencia. Puede decir, incluso, que junto con el Ministro de la Defensa, fue a recibir el parte militar que da cuenta de las acciones que les han sido asignadas a un poco más de 400 efectivos destacados en ese país...

Pero... y el jefe de la Policía ¿qué tiene que hacer en una visita de este tipo? ¿Acaso no lo acabábamos de ver rindiendo un informe del grave problema de la delincuencia en el país como para dejar vacía la plaza y acéfala la institución? ¿Quién pagó y cuánto gastó en ese viaje?

Una cosa es aprovechar la gira por Jordania y Egipto y otra es hacer un solo tirón de aquí a Medio Oriente para alcanzar al Presidente en su visita política a la Fuerza Armada en territorio ocupado ilegítimamente.

Aún más. ¿ Qué “pitos tocaba en ese entierro” el Primer Designado a la Presidencia si la función constitucional que debe cumplir es únicamente la de reemplazar al Presidente en ausencia de éste.

Según nuestra Constitución, cuando faltare el Presidente de la República es el Vicepresidente el que debe sustituirle y sólo en ausencia de éste es que entra el primer designado a la Presidencia a asumir las responsabilidades de jefe político del gobierno.

Por su peso cae que el Primer Designado solo se convierte en funcionario público cuando sustituye al Presidente.

Mientras eso no ocurra es un ciudadano más como cualquier otro.En la medida, entonces, que se encontraba de viaje con el Presidente no puede asumir la función de designado presidencial puesto que las funciones a representar son ejercidas por el propio Presidente.

¿Quién paga y cuanto cuesta el viaje del Primer Designado Presidencial? Y un asunto más: ¿Qué rol jugó en esa visita el Secretario de Comunicaciones de la Presidencia? ¿Cuántas veces habló en representación del Presidente y asumió su papel de vocero presidencial en esta gira?

¿Cuál fue la razón de llevarse al Secretario de Comunicaciones si los periodistas invitados hicieron las veces de publicistas del gobierno? Contradictoriamente, en momentos de austeridad, que es cuando el gobierno se debería apretar más el cinturón, es cuando más gastos onerosos y sin justificación aparecen en la escena diaria del ejercicio público.

Dice el gobierno que no tiene para medicinas y equipar lo hospitales públicos del país. Qué tampoco hay para pagarle más a los policías. Que no alcanza el presupuesto público para aumentar las pensiones.

O que hay que recurrir al endeudamiento externo para aumentar el gasto social. En cambio, por lo que se ve, sí hay para pagar la estadía en el Medio Oriente de una comitiva integrada por funcionarios que no aportaron nada a la gira y de periodistas amigos del Presidente.

Cada una de estas salidas presidenciales como la de otros funcionarios de gobierno, a juzgar por la cantidad de personas invitadas, los viáticos asignados, los hoteles visitados, y las conexiones de avión que deben realizarse, equivale al salario mensual de un poco más de 200 agentes de la PNC. Probablemente, hasta se puedan pagar las medicinas del cuadro básico que necesita uno de los Hospitales Públicos del país.

O incluso, quién quita que con ese dinero se pueda cubrir una parte de los aumentos que demandan aquellos que ganan la pensión mínima mensual.

A lo mejor las cantidades en juego no se pueden comparar con lo que el gobierno necesita para cumplir sus atribuciones, pero revela una actitud hacia el financiamiento de las prioridades en una gestión gubernamental. Este es un ejercicio que todos deberíamos hacer en el país al momento de pagar nuestros impuestos.

Así como se quiere responsabilizar a la oposición por la falta de recursos para el financiamiento del gasto social, habría que evaluar en qué se gastan los pocos dineros con los que cuenta el Estado y si las partidas autorizadas satisfacen o no una necesidad indispensable en el quehacer gubernamental.

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