jueves, junio 01, 2006

La salud dos años después de puras promesas

Por STISSS

Dos años han pasado de un gobierno sin sentido. Muchos señalamos en el momento oportuno que la gestión de Antonio Saca era una “burbuja publicitaria” que no tardaría en desintegrarse y la realidad se encargó en darnos la razón.

El próximo primero de junio se cumplirá el segundo año de la administración Saca en un contexto de crisis generalizada, producto de las mezquinas políticas neoliberales impulsadas por la derecha nacional y la falta de un verdadero proyecto de gobierno que tenga como base promover el desarrollo integral de la nación.


Como explicamos en la edición anterior, en términos económicos El Salvador va en caída libre. Con un crecimiento económico estancado y la ausencia de un proyecto de desarrollo productivo, que a su vez, se traduce en mayor inflación y trae como efecto inmediato alza en el costo de la vida, desempleo y pobreza.

Otro aspecto esencial de la crisis es la bancarrota del Ejecutivo, que enfrenta un enorme hoyo fiscal, es decir, no tiene ni un cinco para enfrentar las obligaciones que le competen, en especial en el área social, como atención en servicios básicos y seguridad ciudadana, por lo que debe recurrir a más endeudamiento externo.

Esta crisis no es nueva, ya en la anterior gestión de Francisco Flores la problemática económica era insostenible. Pero hábilmente, al llegar al poder, Saca impulsó una estrategia mediática y ejecutó una serie de paliativos aislados, como FOSALUD, Red Solidaria, reformas dentro del ISSS, etc. Acciones que le permitieron disimular la crisis y manipular a la población, generando falsas esperanzas durante el periodo electoral.

Maquillaje que no resistió por mucho tiempo, ni los anuncios y vayas publicitarias lograron contener la avalancha de críticas, incluso de mismos sectores de derecha, la realidad se impuso con mucho más fuerza que antes.

La situación de la salud pública dos años después

El gobierno de Saca, a diferencia de sus antecesores, ha intentado de formarse una imagen pública humanista e incluso se atrevió a afirmar, durante el auge de la campaña electoral, que lo social sería el centro de su administración. Pero al realizar un análisis sobre estado de los servicios públicos en el país podemos aseverar con toda solvencia que en el gobierno actual no existe una verdadera política de desarrollo social y solo se ejecutan acciones dispersas, sin rumbo claro y que a la larga solo buscan perfumar el deterioro social.

En el caso de los servicios de salud, el Ministerio del ramo no cuenta con los recursos necesarios para poder atender la demanda ni en el nivel básico y mucho menos el hospitalario. Las recientes epidemias de diarrea y enfermedades respiratorias pusieron al descubierto esta realidad.

En lo que va del año más de 40 infantes han muerto por gastroenteritis, pero la cifra se duplica según Medicina Legal, ya que de cada 14 muertes ocho no consultaron servicios de salud formales y la cifra puede ir en aumento si tomamos en cuenta, que solo en los últimos siete días se reportaron 9,423 casos, una cifra alarmante, efecto inmediato de las condiciones infrahumanas en las que vive la mayoría de la población, sin agua potable y mal alimentados.

A esto se suma, la falta de medicinas, personal médico y equipo, problemática que se agravará aun más debido a la falta de los 18.2 millones de dólares que el ministerio de salud percibía con el cobro de la cuota voluntaria. El afamado Fondo Solidario para la Salud (FOSALUD) no cubre ni siquiera la atención básica en los niveles primarios, porque las Unidades de Salud bajo este nuevo régimen lo que han hecho es utilizar recursos ya asignados, como personal, inmobiliario y medicinas lo que impide ampliar la atención de manera real.

La supuesta ampliación de la cobertura para los hijos e hijas de los afiliados al Instituto Salvadoreño del Seguro Social (ISSS) hasta los doce años fue toda una farsa, ya que como el mismo Director, Nelson Nolasco lo afirma la Institución solo cuenta con un plan básico y no hay especialidades, por lo que en la mayoría de ocasiones remiten a los pacientes al Hospital Benjamín Bloom.

Lo más lamentable es que el gobierno no tiene respuestas claras de qué hacer y cómo solucionar la problemática. La Reforma Nacional de Salud, presentada por el Consejo Nacional de Salud Pública propuso la creación de un sistema integrado, cuyo principal enfoque es que sea el Seguro Social el que cubra financieramente la red de salud nacional. De hecho Saca proyectó recientemente que el ISSS deberá cubrir el 60 %, ¿de qué manera? No fue especificada.

La realidad es que la administración que los gobiernos areneros han tenido en el Seguro Social se ha caracterizado por la corrupción y un mal manejo administrativo, lo que impide que se brinde una atención de calidad y eficiente.

Esta contradicción demuestra una vez más que el gobierno de Antonio Saca se encuentra navegando a la deriva y que las recetas neoliberales para curar las enfermedades solo han provocado una infección generalizada…

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