Radio Maya Visión
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Los últimos informes sobre el estado de los derechos humanos en El Salvador nos indican que el que más esta en vilo es el derecho a la vida, El Salvador ya es el país latinoamericano con más criminalidad incluso antes que Colombia donde existe un conflicto armado.
Luego de la firma de los acuerdos de paz solo fueron unos meses en que se experimento una reducción de la violencia, hoy ocurre todo lo contrario, se confirman las ejecuciones extrajudiciales con fines de limpieza social, los destinados a generar terror colectivo y los calificados con móviles no esclarecidos que siempre terminan siendo fruto del sicariato.
Los ciudadanos que son responsables se preguntaran, ¿Qué paso con los acuerdos de paz? ¿Qué pasa con la nueva Policía Nacional Civil? ¿Qué pasa con las leyes? ¿Súper manos duras? ¿Qué ocurre con tanta reforma judicial? y ¿Hacia dónde van las maras o pandillas juveniles? todo lo anterior tiene una explicación, los acuerdos de paz están quedando relegados porque en esta materia no fueron exigentes en el castigo a la impunidad, pues salidas como la ley de amnistía solo han garantizado que aquellos mismos violadores de los derechos humanos hoy estén al frente de las mafias dueñas del capital y del gobierno.
En otros países que han salido de un conflicto armados no se han abolido los cuerpos de seguridad, solo se han reformado, sin embargo hay mejores resultados que en el país nuestro, donde la Policía Nacional Civil es nueva, pero en cada momento los vemos involucrados en asaltos, extorsiones, en falsedad material e ideológica, en alteración de evidencias, participando en grupos de exterminio y hoy señalados de motivar el sicariato. Con el tema de las leyes y sus constantes reformas el problema radica en que solo se trata de una manipulación y demagogia del gobierno, haciéndole creer a la población que esta interesado en controlar la violencia aunque en el fondo ellos están claros que a la mafia le interesa la zozobra para poder hacer sus negocios, y que esta mafia esta enquistada en las estructuras de poder de represión y de control ideológico.
Lo delicado del caso es que las pandillas se convierten en tierra fértil para el sicariato que puede ser utilizado por la misma pandilla, por cualquier estructura de poder estatal, por los asesinos de la guerra que gozan de impunidad por la complicidad de la misma Fiscalia General de la Republica y hasta por civiles motivados por la misma demagogia del presidente de la republica. La conclusión es que el derecho a la vida del pueblo esta en vilo, y la pregunta es ¿hasta dónde somos responsables por no propiciar el combate a la impunidad?, el resto vendría después.
Radio Maya Visión, Comunicación Total.
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