Ángel Fernández
Las palabras vestidas con sus mejores y sus más hermosos sonidos desfilan cuando alguien hace la pregunta: ¿Qué es el fútbol soccer o asociación? Sería bueno adelantarse y señalar que un caballero inglés, Charles Wreford Brown, de porte y estilo impecable en sus días de jugador del equipo Corinthians, fue el padrino del bautizo del fútbol soccer, porque jugando con la palabra asociación -association-, gritó inesperadamente: ¡SOCCER! Charles fue un miembro activo en la elaboración de las Reglas de Fútbol, lo cual le tomó alrededor de diez años de su vida, desde que el 26 de octubre de 1863 se reunió con miembros y capitanes de once colegios de los alrededores de Londres para tomar la pluma que escribía con el oro del talento en lugar de simple tinta. Tal afirmación es válida, porque únicamente la regla del fuera de lugar u offside ha sido modificada (1926) para dejar en dos en lugar de tres los defensores que señalan el libre tránsito de los atacantes. Otras cuestiones sobre el arbitraje y la aplicación de las penas o castigos a los jugadores también han sido tratadas, a fin de impedir queja misma naturaleza vigorosa del juego llegue a dominar sobre la habilidad y técnica del lado artístico.
Pero, además de historia, ¿qué es el fútbol? En su origen -siglo XVIII-, dominó el planeta tierra a través de las hazañas de sus jugadores y sacerdotes. En los tiempos modernos, la fuerza de las inabarcables redes de comunicación por satélites que sustentan la prensa, la radio y la televisión, han dado al fútbol una proyección monumental, tanto que nueve mil millones de espectadores estarán atrapados, jugada por jugada, durante la Copa del Mundo en canchas norteamericanas.
El fútbol es un juego a dos tiempos de cuarenta y cinco minutos cada uno, donde la destreza en el pase es el principio elemental del juego de conjunto y su esencia misma. Es el "tuya... mía.... tuya.... mía, ¡Goool!", que de diálogo se convierte en amistad y conquista. Con la cuota del dribling -eludir al rival- o regate, el juego se llena de sabor, pero en estos días de defensas que se atrincheran y endurecen la pierna y aun muestran los tacos de las suelas de sus zapatos para ablandar, el dribling es como las dos o tres gotas de sazón de la buena comida: la exactitud da al fútbol su verdadera dimensión. Los pases son aéreos o a ras de la yerba del terreno de juego, y requieren de diferentes técnicas para ser manejados y controlados con propiedad. Entre aéreo y a ras, hay una buena variedad de técnicas para manejar el balón con propiedad. Por esta razón, y por los rechaces de las defensivas, algunos llaman al fútbol "el arte de lo impensado".
¿Qué es el fútbol? ¿Es ese estadio y esa ciudad que saltan los fines de semana con sus gritos de batalla a favor del equipo de casa? ¿Es el placer de los pases y las combinaciones entre dos y aun tres y más jugadores, y las jugadas de engaño -fintas- y la culminación con el disparo a la portería, el gol? El fútbol tiene tantas variantes y posibilidades que los técnicos han estado ensayando a mover a los once jugadores en distintos planos para aprovechar mejor las posibilidades del fútbolista, y para emplear mayor número de su fuerza, en determinadas posiciones. La estrategia, cuyo empleo se vuelve detonante a través de una preparación física a fondo, es parte fundamental del juego. Correr es clave y por ello muchos han discutido sobre qué fue primero, ¿el atleta o él fútbolista? Los métodos de preparación son tan amplios como el libro de medicinas para el catarro o resfriado. El fútbol es definitivamente para atletas. Los guardametas, porteros o arqueros tienen tanta movilidad y fuerza que pueden frenar avances enemigos y provocar ofensivas o contraataques rápidos. Rapidez es otro elemento vital, porque hoy los delanteros tienen una milésima de segundo para resolver sus remates dentro del área, donde se recrudecen las acciones. Un técnico. Helenio Herrera, que pasó entre las balas de la II Guerra Mundial en los campos de Francia, decía que con esa milésima de segundo se logra la gloria, similar a tomar un nido de ametralladoras. Helenio creó el sistema del candado catenaccio, una defensiva a toda prueba.
En Helenio empieza la idea, que toma mayor vigor cada día, de que se empieza defendiendo, controlando, y se termina triunfando. Una mayoría de los entrenadores o técnicos -entre ellos Bora Milutinovic de Norteamérica-, creen en el helenismo.
¿Qué es el fútbol? En Argentina cantaban que era la gran escapatoria del espíritu de los fines de semana y algunas noches. El fútbol como válvula de escape para la tensión, recomendado por los neurólogos.
¿Qué es el fútbol? En los pueblos es el grito de orgullo o de desesperación. En Inglaterra y Europa toda se ha acentuado al arrebato. Ahí parece no tener límite y es tónico para acelerar el sentimiento de club, de barrio, de ciudad, de patria. Veo las fotos de las celebraciones en Europa e Inglaterra, y las manifestaciones de los políticos palidecen. No hay ninguna otra expresión de un deporte mundial que sea similar. El fútbol es único desde las tierras de los hielos al Ecuador; de los mares a las alturas de Bolivia -que celebra su aparición en el Mundial de EEUU con el júbilo de los cóndores- es el fútbol una expresión a nivel mundial.
Como el título de "Rey de los Deportes" estaba ocupado por el béisbol, se me ocurrió bautizar al fútbol "El juego del hombre". Pero el fútbol es Deporte Rey y tiene su corte encabezada por el rey brasileiro de Tres Corazones, Edson Arantes Do Nascimiento, "Pelé". Puede ser oportuno señalar que "Pelé" fue comentarista a mi lado en dos Copas del Mundo -1978 y 1982- Argentina y España. Dos Mundiales que tienen en su misma entraña una de las razones buscadas para describir qué es el fútbol.
El fútbol es la fiesta de los pueblos, de las naciones, de los jóvenes de todo el mundo. Es un juego sencillo que se ha ido arraigando en los corazones más y más, con una fuerza irresistible.
Para el poeta mexicano Salvador Novo, el fútbol es:
«...un árbol de grueso tronco y
ramas locas, que se ha enraizado
en las botas y el corazón de los
hombres, milenios antes de Jesucristo.»
Salvador tocó el balón, como lo hizo el pintor Rufino Tamayo, o como muchos presidentes, sacerdotes y aun el Papa Wojtyla, que fue guardameta en su natal Polonia. Es un juego que enamora: golpee usted un balón, véalo levantarse y gritará emocionado, porque el virus le alcanzó.
(*) Fragmento del libro del autor Esto es fútbol soccer. El juego del hombre. México, Aguilar, 1994. Reproducido con permiso de la editorial.
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