San Salvador, 10 jul (PL) Un gran número de niñas que se hallan hoy prostituidas en El Salvador quedaron atrapadas en las redes de los explotadores sexuales, mediante engañosas ofertas de trabajo estable y bien remunerado.
La especialista de la Organización Internacional del Trabajo (OIT) en esta nación centroamericana, Guadalupe Portillo, dio cuenta de ello en un reportaje publicado este lunes por el diario La Prensa Gráfica.
En tanto, Edwin Recinos, encargado de repatriaciones de menores del Instituto Salvadoreño para el Desarrollo de la Niñez y Adolescencia (ISNA), explicó que las menores suelen ser llevadas a lugares, cuya fachada es un disfraz.
"Pueden ser aparentemente salas de belleza, cafetines, salas de masaje e incluso en bares, barras shows, donde se les exige que mantengan relaciones con clientes", destacó.
Otras son enviadas a Estados Unidos y Europa, donde sobrevivir será su única meta y muy pocos lo logran.
"El problema de este delito es que se desarrolla en la clandestinidad, por lo que carecemos de un número exacto de víctimas", afirmó Recinos.
Uno de los grandes errores a la hora de enfrentar el fenómeno desde el punto de vista social es ver la explotación sexual mitificada.
La OIT considera que existen, entre otros, los siguientes: "Son prostitutas y ese es su trabajo. Es un trabajo fácil. Están en eso porque les gusta. Son unas vagabundas, no les gusta estudiar. Ganan mucho dinero".
Anabel Aguilar, psicóloga del ISNA, alertó que las víctimas pueden entrar en crisis al verse descubiertas en su "práctica laboral" y sentir vergüenza, confusión y baja autoestima, entre otros factores.
Son recurrentes los casos de niñas que, obligadas a sustentar a su familia o ayudar económicamente a uno de sus parientes más cercanos, se ven envueltas en redes de comercio sexual, sin saberlo, hasta que se les exige cumplir con su rol dentro de ellas, aseguró.
La OIT enfatizó en la prevención represiva de la trata y la explotación sexual de menores, que implica la sanción tanto a proxenetas, como a clientes e intermediarios.
En opinión de Portillo, "la legislación salvadoreña tiene lo suficiente para sancionar a las personas", pero la Policía debe contar con los mecanismos necesarios para iniciar investigaciones.
Sin embargo, los diputados Rodolfo Parker, Mariela Pinto y Blanca Flor Bonilla, estimaron que la normativa penal necesita mejorar para responsabilizar a proxenetas y traficantes.
La representante de la OIT llamó la atención sobre la manera en que se asume la víctima, que no reconoce serlo.
A menudo culpan a policías y fiscales de ocasionar la pérdida de su trabajo sexual pagado y los ven como sus enemigos, subrayó.
El ISNA alertó que la responsabilidad no es sólo de las instituciones, sino también de la sociedad, que debe denunciar y dar a conocer el fenómeno.
Recientemente la comisión de la mujer, la familia y la niñez del congreso salvadoreño se pronunció a favor de crear una ley regional para frenar la explotación sexual de menores en Centroamérica por considerar que las legislaciones vigentes tienen múltiples vacíos.
Estadísticas del Cuerpo de Agentes Metropolitanos indican que en San Salvador existen al menos cuatro mil centros de prostitución, de los cuales más de la mitad se disfrazan de cafeterías.
También se practica la prostitución en cervecerías, restaurantes, cantinas, billares, hospedajes, moteles, salones de baile, salas de masaje y pensiones, resalta.
La especialista de la Organización Internacional del Trabajo (OIT) en esta nación centroamericana, Guadalupe Portillo, dio cuenta de ello en un reportaje publicado este lunes por el diario La Prensa Gráfica.
En tanto, Edwin Recinos, encargado de repatriaciones de menores del Instituto Salvadoreño para el Desarrollo de la Niñez y Adolescencia (ISNA), explicó que las menores suelen ser llevadas a lugares, cuya fachada es un disfraz.
"Pueden ser aparentemente salas de belleza, cafetines, salas de masaje e incluso en bares, barras shows, donde se les exige que mantengan relaciones con clientes", destacó.
Otras son enviadas a Estados Unidos y Europa, donde sobrevivir será su única meta y muy pocos lo logran.
"El problema de este delito es que se desarrolla en la clandestinidad, por lo que carecemos de un número exacto de víctimas", afirmó Recinos.
Uno de los grandes errores a la hora de enfrentar el fenómeno desde el punto de vista social es ver la explotación sexual mitificada.
La OIT considera que existen, entre otros, los siguientes: "Son prostitutas y ese es su trabajo. Es un trabajo fácil. Están en eso porque les gusta. Son unas vagabundas, no les gusta estudiar. Ganan mucho dinero".
Anabel Aguilar, psicóloga del ISNA, alertó que las víctimas pueden entrar en crisis al verse descubiertas en su "práctica laboral" y sentir vergüenza, confusión y baja autoestima, entre otros factores.
Son recurrentes los casos de niñas que, obligadas a sustentar a su familia o ayudar económicamente a uno de sus parientes más cercanos, se ven envueltas en redes de comercio sexual, sin saberlo, hasta que se les exige cumplir con su rol dentro de ellas, aseguró.
La OIT enfatizó en la prevención represiva de la trata y la explotación sexual de menores, que implica la sanción tanto a proxenetas, como a clientes e intermediarios.
En opinión de Portillo, "la legislación salvadoreña tiene lo suficiente para sancionar a las personas", pero la Policía debe contar con los mecanismos necesarios para iniciar investigaciones.
Sin embargo, los diputados Rodolfo Parker, Mariela Pinto y Blanca Flor Bonilla, estimaron que la normativa penal necesita mejorar para responsabilizar a proxenetas y traficantes.
La representante de la OIT llamó la atención sobre la manera en que se asume la víctima, que no reconoce serlo.
A menudo culpan a policías y fiscales de ocasionar la pérdida de su trabajo sexual pagado y los ven como sus enemigos, subrayó.
El ISNA alertó que la responsabilidad no es sólo de las instituciones, sino también de la sociedad, que debe denunciar y dar a conocer el fenómeno.
Recientemente la comisión de la mujer, la familia y la niñez del congreso salvadoreño se pronunció a favor de crear una ley regional para frenar la explotación sexual de menores en Centroamérica por considerar que las legislaciones vigentes tienen múltiples vacíos.
Estadísticas del Cuerpo de Agentes Metropolitanos indican que en San Salvador existen al menos cuatro mil centros de prostitución, de los cuales más de la mitad se disfrazan de cafeterías.
También se practica la prostitución en cervecerías, restaurantes, cantinas, billares, hospedajes, moteles, salones de baile, salas de masaje y pensiones, resalta.
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