sábado, julio 22, 2006

"¡Parad esta mierda!"

Uri Avnery
Rebelión

Traducido, del ingles para Rebelión y Tlaxcala, la red de traductores por la diversidad lingüística, por Carlos Sanchis

UNA MUJER, inmigrante de Rusia, Se arroja al suelo totalmente desesperada delante de su casa que ha sido alcanzada por un misil, sollozando en un hebreo desgarrado: "¡Mi hijo! Mi hijo"!, creyéndolo muerto. En realidad estaba sólo herido y fue enviado al hospital.

Niños libaneses, cubiertos con vendajes en hospitales de Beirut. El entierro de las víctimas de un misil en Haifa. Las ruinas de todo un barrio devastado en Beirut. Habitantes del norte de Israel huyendo hacia el sur por los katyushas. Habitantes del sur de Líbano huyendo hacia el norte de la fuerza aérea israelí.


Muerte, destrucción. Inimaginable sufrimiento humano.

Y la visión más repugnante: George Bush en un estado de ánimo festivo sentado en su silla en St. Petersburgo, con su leal criado, Tony Blair, inclinado sobre él, y resolviendo el problema: ¿"Ves?. Lo que necesitan hacer es conseguir que Siria haga que Hezbollah detenga esta mierda, y se acabó."

Así habló el líder del mundo, y los siete enanos, "los grandes del mundo", dijeron Amén.

¿SIRIA?, PERO hace sólo unos meses fue Bush - sí, el mismo Bush - quién indujo a los libaneses a expulsar a los sirios fuera de su país. ¿Ahora quiere que intervengan en el Líbano e impongan orden?

Hace 31 años, cuando la guerra civil libanesa estaba en su apogeo, los sirios enviaron su ejército al Líbano (invitados, justamente, por los cristianos). En aquel momento, el entonces Ministro de Defensa, Simón Peres y sus socios crearon histeria en Israel. Exigieron que Israel diera un ultimátum a los sirios para impedirles llegar a la frontera israelí. Isaac Rabin, el primer ministro, dijo entonces que era cosa de puro sin sentido, porque lo mejor que podría pasarle a Israel era que el ejército sirio se desplegara a lo largo de la frontera. Sólo así la calma podrá estar asegurada, la misma calma que reinaba a lo largo de nuestra frontera con Siria.

Sin embargo, Rabin cedió a la histeria de los medios de comunicación y detuvo a los sirios lejos de la frontera. El vacío así creado fue llenado por la OLP. En 1982, Ariel Sharon empujó a la OLP fuera, y el vacío fue llenado por Hezbollah.

Todo lo que ha pasado allí desde entonces no habría pasado si nosotros les hubiéramos permitido a los sirios ocupar la frontera desde el principio. Los sirios son cautos, no actúan imprudentemente.

¿EN QUÉ estaba pensando Hassan Nasrallah, cuándo decidió cruzar la frontera y llevar a cabo la acción de guerrilla que inició el actual Sábado de Brujas?. ¿Por qué lo hizo?. ¿Y por qué en este momento?

Todos estamos de acuerdo en que Nasrallah es una persona lista. También es prudente. Durante años ha estado acumulado una gran reserva de existencias de mísiles de todas las clases para establecer un equilibrio de terror. Sabía que el ejército israelí sólo estaba esperando la oportunidad de destruirlos. A pesar de eso, llevó a cabo una provocación que le proporcionó un pretexto perfecto al gobierno israelí para atacar el Líbano con la plena aprobación del mundo. ¿Por qué?

Posiblemente fue requerido por Irán y Siria que le habían proporcionado los mísiles para que hiciera algo que desviara de ellos la presión usamericana. Y de hecho, la repentina crisis ha llevado la atención lejos del esfuerzo nuclear Iraní y parece que la actitud de Bush hacia Siria también haya cambiado.

Pero Nasrallah está lejos de ser una marioneta de Irán o de Siria. Encabeza un movimiento libanés auténtico, y calcula su propio estado de cuentas de pros y contras. Si él hubiera sido requerido por Irán y /o Siria para hacer algo - de lo que no hay ninguna prueba - y hubiera visto que era contrario a los objetivos de su movimiento, no lo habría hecho.

Quizás actuó movido por preocupaciones libanesas internas. El sistema político libanés estaba volviéndose más estable y se estaba poniendo más difícil de justificar el ala militar de Hezbollah. Una nuevo incidente armado podría ayudar (tales consideraciones tampoco nos son ajenas, sobre todo antes de los debates del presupuesto).

Pero todo esto no explica el cronometraje. Después de todo, Nasrallah podría haber actuado un mes antes o un mes después, un año antes o un año después. Debe de haber habido una razón mucho más fuerte para convencerle de entrar en semejante aventura precisamente en este momento.

Y ciertamente la había: Palestina.

DOS SEMANAS antes, el ejército israelí había empezado una guerra contra la población de la Franja de Gaza. Allí, también, el pretexto fue proporcionado por una acción de la guerrilla en la que un soldado israelí fue capturado. El gobierno israelí usó la oportunidad de llevar a cabo un plan preparado mucho tiempo antes: romper la voluntad de resistir de los palestinos y destruir al gobierno palestino recientemente elegido, dominado por Hamas. Y, por supuesto, detener los qassams.

La operación en Gaza es especialmente brutal y así es cómo aparece en las pantallas de las televisiones del mundo. Terribles imágenes de Gaza aparecen diariamente y a cada hora en los medios de comunicación árabes. Personas muertas, personas heridas, devastación. Falta de agua y de medicamentos para los heridos y enfermos. Familias enteras asesinadas. Niños que gritan con agonía. Madres llorando. Edificios derrumbándose.

Los regímenes árabes, todos ellos dependientes de Usamérica no hicieron nada para ayudar. Puesto que ellos también están amenazados a través de los movimientos islámicos de oposición, miraban lo que estaba pasando a Hamas con cierto Schadenfreude, un sentimiento de alegría originado por el sufrimiento de los otros.. Pero decenas de millones de árabes, desde el Océano Atlántico al Golfo Pérsico, vieron, se entusiasmaron y se enfadaron con sus gobiernos, clamando por un líder que les diera socorro a sus heroicos hermanos sitiados.

Hace cincuenta años, Gamal Abd-el-Nasser, el nuevo líder egipcio, escribió que había un papel esperando para un héroe. Él decidió ser ese héroe. Durante varios años, fue el ídolo del mundo árabe, el símbolo de la unidad árabe. Pero Israel usó la oportunidad que se le presentó y lo rompió en la guerra de los Seis Días. Después de eso, la estrella de Saddam Hussein ascendió al firmamento. Se atrevió a combatir a la poderosa Usamérica y lanzar mísiles sobre Israel, y se convirtió en el héroe de las masas árabes. Pero fue derrotado de una manera humillante por los usamericanos, incitados por Israel.

Hace una semana, Nasrallah se enfrentó a la misma tentación. El mundo árabe estaba clamando por un héroe, y dijo: ¡Aquí estoy yo! Desafió a Israel, e indirectamente a los Estados Unidos y a todo occidente. Empezó el ataque sin aliados, sabiendo que ni Irán ni Siria podían arriesgarse a ayudarle.

Quizás se extralimitó, como Abd-el-Nasser y Saddam antes que él. Quizás juzgó mal la fuerza del contraataque que cabía esperar. Quizás realmente creyó que bajo el peso de sus cohetes la retaguardia israelí se derrumbaría. (Como el ejército israelita creyó que la agresión israelí fracturaría a la población palestina de Gaza y a la chií en el Líbano.)

Una cosa está clara: Nasrallah no habrían empezado este círculo vicioso de violencia, si los palestinos no hubieran requerido ayuda. Ya sea por un cálculo ligero, o debido a una verdadera afrenta moral, o por ambas cosas a la vez - Nasrallah se apresuró al rescate de la sitiada Palestina.

LA REACCIÓN ISRAELÍ podría esperarse. Durante años, los comandantes del ejército habían anhelado una oportunidad para eliminar el arsenal de mísiles de Hezbollah y destruir esa organización, o por lo menos desarmarla y empujarla lejos, bien lejos de la frontera. Lo intentan hacer de la única manera que saben: causando tanta devastación que la población libanesa se levante y obligue a su gobierno a cumplir las exigencias de Israel.

¿Se lograrán estos objetivos?

HEZBOLLAH ES el auténtico representante de la comunidad de chií que constituye el 40% de la población libanesa. Junto con otros musulmanes, son la mayoría en el país. La idea de que el debilitado gobierno libanés - qué en todo caso incluye a Hezbollah - podría liquidar la organización es ridícula.

El gobierno israelí exige que el ejército libanés sea desplegado a lo largo de la frontera. Esto ahora se ha convertido en un mantra. Revela una ignorancia total. Los chiíes ocupan posiciones importantes en el ejército libanés, y no hay ninguna oportunidad en absoluto de que empezaran una guerra fratricida contra ellos.

En el extranjero, otra idea está tomando forma: que una fuerza internacional debe desplegarse en la frontera. El gobierno israelí se opone con fuerza. Una fuerza realmente internacional - diferente a las desventuradas FINUL que han estado allí durante décadas - impediría el ejército israelí hacer lo que quiera. Es más, si se desplegara allí sin el acuerdo de Hezbollah, un nueva guerra de guerrillas empezaría contra ella. ¿Semejante fuerza, sin una motivación real, vencería donde el poderoso ejército israelí fue derrotado?

A lo sumo esta guerra, con sus centenares de muertos y olas de destrucción, llevará a otro frágil armisticio. El gobierno israelí proclamará la victoria y argumentará que ha "cambiado las reglas del juego". Nasrallah (o sus sucesores) afirmarán que su pequeña organización ha sobrevivido a una de las máquinas militares más poderosas del mundo y ha escrito otro capítulo brillante de heroísmo en los anales de la historia árabe y musulmana.

Ninguna solución real se logrará porque no se habrá tratado la raíz de la cuestión: el problema palestino.

HACE MUCHOS AÑOS, estaba escuchando por la radio uno de los discursos de Abd-el-Nasser ante una gran muchedumbre en Egipto. Él disertaba sobro los logros de la revolución egipcia, cuando unos gritos surgieron de la muchedumbre: "Filastine, ya Gamal"! ("Palestina, oh Gamal"!) Después de lo cual Nasser se olvidó de lo que estaba hablando y empezó con Palestina, yendo cada vez más lejos.

Desde entonces, no ha cambiado mucho. Cuando se menciona la causa palestina, lanza su sombra sobre todo lo demás. Esto es lo que ha pasado ahora, también.

Quienquiera anhelar una solución debe saberlo: no hay ninguna solución sin arreglar el conflicto israelo-palestino. Y no hay ninguna solución al problema palestino sin negociaciones con su liderazgo electo; el gobierno encabezado por Hamas.

Si uno quiere terminar, de una vez por todas, con esta mierda - como Bush tan delicadamente dijo - ésa es la única manera.

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