viernes, julio 21, 2006

Nicaragua: otro 19 de julio

Sandinistas celebran aniversario de la revolución por partida doble

Por: Pastor Valle-Garay
Senior Scholar, Universidad de York


Fue curioso. También fue verdaderamente impresionante. Este año no uno sino dos partidos sandinistas celebraron el 27 aniversario del triunfo revolucionario de 1979 contra la dictadura somocista. Dos multitudinarios actos, efectuados en dos ciudades diferentes y sin incidente alguno, conmemoraron el aniversario y marcaron el comienzo de la campaña presidencial que culminará con las elecciones de noviembre.

En Managua Daniel Ortega, eterno candidato presidencial e indiscutible líder del partido sandinista, cabalgó al podio en blanco caballo de pura raza. Algunos dicen que parecía Pancho Villa. A otros le recordaba al dictador Somoza en sus días de montar alazanes árabes para congraciarse con el pueblo. Algunas malas lenguas aseguran que la poetisa Rosario Murillo, compañera de Ortega y la supuesta “bruja” de su campaña electoral, sobrevoló el sitio en una escoba anunciando la llegada del líder del FSLN. No se comprobó pero es evidente que la Murillo lucía una indumentaria tan estrafalaria que dejaba mucho que desear para una aspirante a primera dama.

Jaime Morales Carazo, antiguo somocista, ex dirigente de la Contra en asociación con la CIA, ex enemigo acérrimo del FSLN y hoy candidato a la vice presidencia en la boleta de Ortega, ocupó un puesto a la derecha del líder del FSLN. En su discurso Morales Carazo hizo caso omiso de sus espléndidas credenciales empresariales y despotricó contra la empresa privada como el más ávido socialista. Por su parte Ortega atacó el “capitalismo salvaje” aunque se mostró conciliatorio con los Estados Unidos. Cosas veredes, amigo Sancho.

Simultáneamente en Masaya otros miles de sandinistas vitorearon al Doctor y economista Edmundo Jarquín y al cantautor Carlos Mejía Godoy, la fórmula presidencial del partido Movimiento Renovador Sandinista, al ofrecer su propia versión de la celebración del glorioso aniversario. Jarquín, ex Ministro de Cooperación Externa en el gobierno de Reconstrucción Nacional y ex Embajador en México (1981-1984) y en España (1984-1988) durante la presidencia de Ortega, nuero de la ex Presidenta Violeta Chamorro y hasta hace dos semanas alto funcionario del Banco Interamericano de Desarrollo (BID), denunció los nefastos pactos políticos entre Ortega y el ex presidente y reo Arnoldo Alemán, cuya boda apadrinó Morales Carazo. Demostrando amplio pragmatismo político Jarquín fundió sus palabras con la música de Mejía Godoy, cantautor por excelencia de la revolución. Como resultado, la fórmula Jarquín-Mejía Godoy produjo estrepitosa y exitosa reacción al ganarse las palmas y las simpatías de los presentes cuya mayoría abrumadora estaba compuesta de jóvenes.

Es inconsecuente mencionar cuál acto fue el mejor o el más concurrido o el más patriótico. En ambos sitios ondearon majestuosos la bandera nacional, el emblema rojinegro del FSLN y el espíritu revolucionario. En ambos sitios la nutrida concurrencia le demostró ampliamente a la oposición y al tío Sam que el sandinismo cuenta con extraordinario apoyo popular y que a pesar del injerencismo gringo se dispone a retomar el poder en noviembre.

Lo único lamentable en tan magna ocasión es la coexistencia de dos corrientes políticas en el sandinismo. Si ambas fuerzas unieran propósitos, como ocurrió cuando se logró la unidad de las tres tendencias sandinistas pocas semanas antes de la ofensiva final contra el somocismo, que se conmemoró este 19 de julio, no habría ni oposición ni Estados Unidos ni fuerza en el mundo capaz de detener otro triunfo arrollador del FSLN en los comicios de noviembre. Tampoco serían necesario que el pueblo de Nicaragua dividiera sus simpatías en dos diferentes actos celebrando el mismo triunfo por muy entusiastas que fuesen los actos.

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