Ana Gladys Méndez
Ottawa, Canadá
En la historia salvadoreña cuando hemos mencionado a la mujer siempre se le ha visto o se recuerda ubicada en diferentes posiciones dependiendo de los diferentes períodos de nuestra historia. Por lo tanto, aquellos que repiten el famoso dicho popular “detrás de un gran hombre siempre hay una gran mujer” solamente reflejan su carácter machista reinante en el seno de nuestra sociedad.
Este carácter machista es mas que todo, producto de las inmensas desigualdades, de las injusticias sociales y de la explotación de la clase proletaria y trabajadora; así como la del pueblo en general. La aplicación de las políticas y estrategias de los grupos económicos de poder que han gobernado nuestro país han siempre obedecido y obedecen fundamentalmente a los planes trazados por el capital extranjero y a los intereses políticos de dominación y explotación del capitalismo y del imperialismo.
Nuestras generaciones de hombres y mujeres han tenido que soportar este esclavismo moderno y hacer uso de las pocas libertades que hemos gozado; libertades que han sido logradas por la constante resistencia popular heredada de nuestros antepasados que se resistieron a la colonización y a la esclavitud.
En toda esta lucha constante del pueblo salvadoreño, nosotras las mujeres hemos tenido que resistir con furia silenciosa, con la dignidad en alto y sin doblegarnos jamás, avanzando junto al pueblo y haciendo historia utilizando poco a poco los logros de nuestras generaciones pasadas y presentes. Más, sin embargo; en dulce y amoroso silencio hemos venido tejiendo la vida y el alma de nuestra sociedad salvadoreña y va siendo cada vez más evidente, ese motor creador del alma, la fábrica natural que ha moldeado a tantos hombres y a tantas otras mujeres que poco a poco han venido construyendo esa resistencia por la dignidad y por la vida que surca el espacio en un solo estallido de grito popular de que el “Pueblo Unido Jamás Será Vencido”
En este recorrido histórico las mujeres nos hemos encontrado por mucho tiempo abajo en otros momentos arriba muchas veces atrás y últimamente estamos avanzando hacia adelante junto al pueblo salvadoreños luchador y combativo por los cambios sociales, económicos y políticos.
Mas, sin embargo; cualquiera que sea la posición en la que la hayamos visto o la recordemos colocada, la mujer ha tenido necesariamente que estar a la par del hombre en el seno de nuestra sociedad para que el pueblo salvadoreño haya avanzado en la conquista de sus derechos y reivindicaciones en su lucha para conquistar una patria para todos en la que reine la justicia, la paz y la libertad fuera de cualquier yugo explotador y esclavizante.
Si bien hemos tenido por mucho tiempo que escuchar sin aceptar ese famoso dicho popular producto de esta sociedad corrupta y desigual, ahora con mucho orgullo. Podemos asegurar que tan equivocados han estado aquellos que lo popularizaron, lo repitieron y lo escribieron por que la posición permanente que a través del tiempo la mujer salvadoreña ha ocupado es la de estar siempre junto, a la par, hombro a hombro de tantos hombres y de tantas otras mujeres construyendo todos juntos la patria del futuro: “Patria de Nuestros Sueños”.
Ottawa, Canadá
En la historia salvadoreña cuando hemos mencionado a la mujer siempre se le ha visto o se recuerda ubicada en diferentes posiciones dependiendo de los diferentes períodos de nuestra historia. Por lo tanto, aquellos que repiten el famoso dicho popular “detrás de un gran hombre siempre hay una gran mujer” solamente reflejan su carácter machista reinante en el seno de nuestra sociedad.
Este carácter machista es mas que todo, producto de las inmensas desigualdades, de las injusticias sociales y de la explotación de la clase proletaria y trabajadora; así como la del pueblo en general. La aplicación de las políticas y estrategias de los grupos económicos de poder que han gobernado nuestro país han siempre obedecido y obedecen fundamentalmente a los planes trazados por el capital extranjero y a los intereses políticos de dominación y explotación del capitalismo y del imperialismo.
Nuestras generaciones de hombres y mujeres han tenido que soportar este esclavismo moderno y hacer uso de las pocas libertades que hemos gozado; libertades que han sido logradas por la constante resistencia popular heredada de nuestros antepasados que se resistieron a la colonización y a la esclavitud.
En toda esta lucha constante del pueblo salvadoreño, nosotras las mujeres hemos tenido que resistir con furia silenciosa, con la dignidad en alto y sin doblegarnos jamás, avanzando junto al pueblo y haciendo historia utilizando poco a poco los logros de nuestras generaciones pasadas y presentes. Más, sin embargo; en dulce y amoroso silencio hemos venido tejiendo la vida y el alma de nuestra sociedad salvadoreña y va siendo cada vez más evidente, ese motor creador del alma, la fábrica natural que ha moldeado a tantos hombres y a tantas otras mujeres que poco a poco han venido construyendo esa resistencia por la dignidad y por la vida que surca el espacio en un solo estallido de grito popular de que el “Pueblo Unido Jamás Será Vencido”
En este recorrido histórico las mujeres nos hemos encontrado por mucho tiempo abajo en otros momentos arriba muchas veces atrás y últimamente estamos avanzando hacia adelante junto al pueblo salvadoreños luchador y combativo por los cambios sociales, económicos y políticos.
Mas, sin embargo; cualquiera que sea la posición en la que la hayamos visto o la recordemos colocada, la mujer ha tenido necesariamente que estar a la par del hombre en el seno de nuestra sociedad para que el pueblo salvadoreño haya avanzado en la conquista de sus derechos y reivindicaciones en su lucha para conquistar una patria para todos en la que reine la justicia, la paz y la libertad fuera de cualquier yugo explotador y esclavizante.
Si bien hemos tenido por mucho tiempo que escuchar sin aceptar ese famoso dicho popular producto de esta sociedad corrupta y desigual, ahora con mucho orgullo. Podemos asegurar que tan equivocados han estado aquellos que lo popularizaron, lo repitieron y lo escribieron por que la posición permanente que a través del tiempo la mujer salvadoreña ha ocupado es la de estar siempre junto, a la par, hombro a hombro de tantos hombres y de tantas otras mujeres construyendo todos juntos la patria del futuro: “Patria de Nuestros Sueños”.
La patria de Farabundo Martí, de Feliciano Ama, de Anastasio Aquino, Modesto Ramírez, de Prudencia Ayala en 1930, la patria de las mujeres de la Liga Femenina Salvadoreña en 1947, La Patria de la Fraternidad de Mujeres Salvadoreñas en 1956, la patria de Mélida Anaya Montes en 1964, La Patria de la Asociación de Mujeres Progresistas en 1975, de Marianela García Villas, 1983. De ahí mi total acuerdo con la compañera vda. De Handal cuando expreso en el momento de acompañar los restos de su esposo y líder histórico Shafick Jorge Handal en sus funerales en el pasado febrero 2006 “esta es la primera vez que marcho detrás de ti porque siempre he estado a tu lado”.
Por lo tanto la expresión tan popular queda totalmente descalificada cuando hablamos de la mujer y particularmente de la mujer salvadoreña y sino que lo argumenten los compañeros.
Con mi dedicación a la mujer salvadoreña y particularmente a la compañera Tania Vda. Handal.
24 de Julio, 2006
No hay comentarios:
Publicar un comentario