Licda. Norma Guevara de Ramirios
El Presidente Saca ha empezado a gastar el tiempo de sus dos últimos años, pero antes de dos años, El Salvador tiene que pronunciarse y decidir en elecciones si continúa con una economía estancada en la que pierden más los medianos, pequeños, las y los trabajadores; o iniciar un nuevo capítulo de su historia; deberá pronunciarse por continuar el estrangulamiento de la democracia y el atropello al estado de derecho o recuperar la construcción de una sociedad democrática como quedó establecido en el pacto firmado en Chapultepec para poner fin a la dictadura militar. Esas elecciones deben ser libres, justas, equitativas, transparentes y ello requiere resolver la conducta fraudulenta y de imposición de las instituciones a través de reformas electorales que eviten dejar a la interpretación de un Magistrado Presidente la aplicación de la ley.
Dos aspectos centrales que marcarán un avance significativo son el voto residencial, y la depuración del registro electoral. La mayoría de partidos excepto Arena se han pronunciado por establecer para el 2009 y en todo el país la modalidad de voto residencial; también se han pronunciado por una auditoría efectiva al registro electoral.
Se trata de dos reformas que permitan a la ciudadanía expresarse con libertad y garanticen que voten sólo y exclusivamente personas salvadoreñas. Parece mentira que una cosa tan natural en cualquier proceso electoral de otro país tenga que revestir en nuestro país un estatus de demanda, de reivindicación política, pero esto ocurre así justamente porque el sistema electoral salvadoreño ha retrocedido a partir de una conducta del partido oficial en los diferentes espacios estatales que controla incluso en contra de la ley.
Se espera mucho de la Organización de Estados Americanos una auditoría al Registro Electoral y sus bases, el Registro de Personas Naturales, y otras fuentes como el registro de personas privadas de sus derechos políticos derivado de una condena judicial o los registros de defunciones; pero a decir verdad, la OEA se está tardando mucho si esperamos que su trabajo arroje conclusiones que se apliquen antes de los comicios del 2009. Además las entidades salvadoreñas principalmente el TSE y el RNPN deben actuar con responsabilidad y esto no se percibe así.
Un Registro Transparente, fiscalizable, originado en la existencia real de ciudadanas y ciudadanos salvadoreños es una exigencia legítima, es lamentable que a pocos años de creado un nuevo sistema de identificación de ciudadanos se tengan dudas, pero es que hay razones para dudar cuando se presentan diferentes tipos de irregularidades y si se bloquea la fiscalización o vigilancia que la Constitución consigna como un derecho y un deber de todos los partidos políticos.
En lo correspondiente a la organización de las elecciones el paso más trascendental es el voto residencial, somos el único país centroamericano que mantiene un sistema obsoleto al organizar los centros de votación por letras iniciales de los apellidos para cada municipio en vez de crearle a la ciudadanía condiciones para que ejerza su derecho mediante circunscripciones menores en sitios cercanos a la vivienda, en cantones grandes, en conglomerados urbanos comunes donde la gente se conoce entre sí. Si la ciudadanía tiene certeza de ver votando a sus vecinos y no a desconocidos, el proceso electoral se legitima.
El TSE se declaró incapaz de realizar este cambio en el año 2004 y poco hizo para crear sus propias capacidades, luego en el 2006 a penas escogió 7 municipios pequeños para realizar un proyecto piloto, pero después de vistos los resultados positivos del mismo ha continuado sin avanzar en su preparación, está llegando la hora en la cual a pesar del respaldo de los partidos políticos al establecimiento del voto residencial, todo apunta a que otra vez salgan alegando falta de preparación o de financiamiento. Todavía es tiempo y la Asamblea debería establecerlo por ley para forzar la preparación del TSE.
El tiempo para reformas justas está llegando a su fin, reformas retrógradas pueden ser aprobadas y ello sería grave, la población organizada, la sociedad civil tiene una palabra que decir a este respecto, esta manera de expresar la soberanía popular es mucho más importante y trascendental, pero este pronunciamiento sobre las reglas de nuestro sistema electoral debe hacerse ahora si queremos mejorar nuestra democracia.
El Presidente Saca ha empezado a gastar el tiempo de sus dos últimos años, pero antes de dos años, El Salvador tiene que pronunciarse y decidir en elecciones si continúa con una economía estancada en la que pierden más los medianos, pequeños, las y los trabajadores; o iniciar un nuevo capítulo de su historia; deberá pronunciarse por continuar el estrangulamiento de la democracia y el atropello al estado de derecho o recuperar la construcción de una sociedad democrática como quedó establecido en el pacto firmado en Chapultepec para poner fin a la dictadura militar. Esas elecciones deben ser libres, justas, equitativas, transparentes y ello requiere resolver la conducta fraudulenta y de imposición de las instituciones a través de reformas electorales que eviten dejar a la interpretación de un Magistrado Presidente la aplicación de la ley.
Dos aspectos centrales que marcarán un avance significativo son el voto residencial, y la depuración del registro electoral. La mayoría de partidos excepto Arena se han pronunciado por establecer para el 2009 y en todo el país la modalidad de voto residencial; también se han pronunciado por una auditoría efectiva al registro electoral.
Se trata de dos reformas que permitan a la ciudadanía expresarse con libertad y garanticen que voten sólo y exclusivamente personas salvadoreñas. Parece mentira que una cosa tan natural en cualquier proceso electoral de otro país tenga que revestir en nuestro país un estatus de demanda, de reivindicación política, pero esto ocurre así justamente porque el sistema electoral salvadoreño ha retrocedido a partir de una conducta del partido oficial en los diferentes espacios estatales que controla incluso en contra de la ley.
Se espera mucho de la Organización de Estados Americanos una auditoría al Registro Electoral y sus bases, el Registro de Personas Naturales, y otras fuentes como el registro de personas privadas de sus derechos políticos derivado de una condena judicial o los registros de defunciones; pero a decir verdad, la OEA se está tardando mucho si esperamos que su trabajo arroje conclusiones que se apliquen antes de los comicios del 2009. Además las entidades salvadoreñas principalmente el TSE y el RNPN deben actuar con responsabilidad y esto no se percibe así.
Un Registro Transparente, fiscalizable, originado en la existencia real de ciudadanas y ciudadanos salvadoreños es una exigencia legítima, es lamentable que a pocos años de creado un nuevo sistema de identificación de ciudadanos se tengan dudas, pero es que hay razones para dudar cuando se presentan diferentes tipos de irregularidades y si se bloquea la fiscalización o vigilancia que la Constitución consigna como un derecho y un deber de todos los partidos políticos.
En lo correspondiente a la organización de las elecciones el paso más trascendental es el voto residencial, somos el único país centroamericano que mantiene un sistema obsoleto al organizar los centros de votación por letras iniciales de los apellidos para cada municipio en vez de crearle a la ciudadanía condiciones para que ejerza su derecho mediante circunscripciones menores en sitios cercanos a la vivienda, en cantones grandes, en conglomerados urbanos comunes donde la gente se conoce entre sí. Si la ciudadanía tiene certeza de ver votando a sus vecinos y no a desconocidos, el proceso electoral se legitima.
El TSE se declaró incapaz de realizar este cambio en el año 2004 y poco hizo para crear sus propias capacidades, luego en el 2006 a penas escogió 7 municipios pequeños para realizar un proyecto piloto, pero después de vistos los resultados positivos del mismo ha continuado sin avanzar en su preparación, está llegando la hora en la cual a pesar del respaldo de los partidos políticos al establecimiento del voto residencial, todo apunta a que otra vez salgan alegando falta de preparación o de financiamiento. Todavía es tiempo y la Asamblea debería establecerlo por ley para forzar la preparación del TSE.
El tiempo para reformas justas está llegando a su fin, reformas retrógradas pueden ser aprobadas y ello sería grave, la población organizada, la sociedad civil tiene una palabra que decir a este respecto, esta manera de expresar la soberanía popular es mucho más importante y trascendental, pero este pronunciamiento sobre las reglas de nuestro sistema electoral debe hacerse ahora si queremos mejorar nuestra democracia.
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