San Salvador, 2 abr (PL) El Festival Verdad concluyó hoy con la participación de miles de salvadoreños, quienes recordaron los asesinatos cometidos por paramilitares en la década de los años 1980 y denunciaron la impunidad existente en el país.
La X edición del certamen se realizó en la Universidad Centroamericana (UCA) y constituyó un tributo a María Julia Hernández, quien al morir el viernes último dirigía la oficina de Tutela Legal del Arzobispado en El Salvador.
"Hernández derramó su vida en esta tierra, dignificó a las víctimas de los escuadrones de la muerte y trató de revertir la historia de la maldad", exclamó el director del Instituto de Derechos Humanos de la UCA, Benjamín Cuéllar.
Pese al término de la guerra en El Salvador, que duró 12 años y culminó hace 15, los crímenes siguen impunes bajo una ley de amnistía, aprobada por el Congreso en 1993, añadió.
Cuellar recordó que Hernández desatendió las amenazas de muerte recibidas y reveló las atrocidades cometidas por militares y escuadrones de la muerte.
El activista aseguró que ya se cumplen 10 años de insistir en buscar la verdad para recobrar la justicia y la paz en El Salvador.
Dedicó un espacio de su breve discurso a Rufina Amaya, única sobreviviente de la masacre de El Mozote (1981), en la cual más de mil campesinos perecieron a manos de militares, adiestrado en Estados Unidos.
José María Tojeira, rector de la UCA, puntualizó su actitud de continuar la batalla por cambiar las políticas actuales de encubrimiento a fin de aclarar hechos semejantes.
Violeta Manjívar, alcaldesa de San Salvador, destacó que el Festival Verdad se convirtió en una institución en defensa de la imparcialidad, la veracidad y la armonía social.
La delincuencia y la violencia dejan a diario en esta nación un promedio de 10 homicidios, en su mayoría sin resolver ante el temor de los testigos de correr la misma suerte.
La X edición del certamen se realizó en la Universidad Centroamericana (UCA) y constituyó un tributo a María Julia Hernández, quien al morir el viernes último dirigía la oficina de Tutela Legal del Arzobispado en El Salvador.
"Hernández derramó su vida en esta tierra, dignificó a las víctimas de los escuadrones de la muerte y trató de revertir la historia de la maldad", exclamó el director del Instituto de Derechos Humanos de la UCA, Benjamín Cuéllar.
Pese al término de la guerra en El Salvador, que duró 12 años y culminó hace 15, los crímenes siguen impunes bajo una ley de amnistía, aprobada por el Congreso en 1993, añadió.
Cuellar recordó que Hernández desatendió las amenazas de muerte recibidas y reveló las atrocidades cometidas por militares y escuadrones de la muerte.
El activista aseguró que ya se cumplen 10 años de insistir en buscar la verdad para recobrar la justicia y la paz en El Salvador.
Dedicó un espacio de su breve discurso a Rufina Amaya, única sobreviviente de la masacre de El Mozote (1981), en la cual más de mil campesinos perecieron a manos de militares, adiestrado en Estados Unidos.
José María Tojeira, rector de la UCA, puntualizó su actitud de continuar la batalla por cambiar las políticas actuales de encubrimiento a fin de aclarar hechos semejantes.
Violeta Manjívar, alcaldesa de San Salvador, destacó que el Festival Verdad se convirtió en una institución en defensa de la imparcialidad, la veracidad y la armonía social.
La delincuencia y la violencia dejan a diario en esta nación un promedio de 10 homicidios, en su mayoría sin resolver ante el temor de los testigos de correr la misma suerte.
No hay comentarios:
Publicar un comentario