jueves, abril 19, 2007

FMLN: una década en municipios grandes

Licda. Norma Guevara de Ramirios

El 1 de Mayo se cumplirán 10 años de presencia del FMLN en Municipios importantes, especialmente de la región metropolitana. San Salvador, Soyapango, Apopa, Ilopango, Ayutuxtepeque, San Marcos; Santa Tecla; en verdad fue en 1997 que la presencia del FMLN en los gobiernos municipales aumentó significativamente y con ello surgirían nuevas tendencias en el quehacer municipalista salvadoreño.

En 1994, el dominio arenero en los gobiernos locales era casi absoluto, sobrepasaba los 200 municipios y las alcaldías ganadas en esa primera participación electoral del FMLN apenas alcanzó 15 municipios en todo el país y en el Departamento de San Salvador apenas dos, El Paisnal y de Nejapa. El dominio de la derecha la Corporación de Municipalidades de El Salvador (COMURES) requería de contrapeso de ideas y desde aquélla minoría, alcaldes del FMLN, de la democracia cristiana y algunos del PCN situaban en el horizonte de la agenda municipalista problemas importantes como la situación fiscal precaria de los gobiernos locales que deben responder en primera instancia a las necesidades de la población.

Por eso el turno iniciado hace una década marcará en la historia salvadoreña la virtud del pluralismo político y de los empeños por un gobierno local democrático, participativo y eficaz; fue la tanda de alcaldías de 1997 la que logra por ejemplo que se modificara la ley del FODES y se asignara un 6% de los ingresos tributarios corrientes del Estado distribuido entre todos los gobiernos locales para invertir en obras. Muchas casas comunales, puentes, aulas o escuelas, sitios para la educación pre escolar, procesos para formación de líderes juveniles o feministas, acceso de jóvenes a la educación mediante becas; jamás habrían existido sin la batalla articulada entre gobiernos locales y la Asamblea Legislativa.

El FMLN había ganado apenas 54 alcaldías, sólo o en coaliciones, pero su incidencia en estas batallas cruciales y decisivas para darle sentido concreto al quehacer municipalista fue determinante, pues con alianzas bien llevadas y concertación política entre líderes partidarios se logró un paso muy importante como proveer de fondos a municipios que de otro modo jamás recibirían beneficio alguno del presupuesto general de la nación como lo reconoció la Fundación Guillermo Manuel Ungo al analizar el impacto del FODES en la economía y el desarrollo local.

En el plano metropolitano los gobiernos ganados por el FMLN iniciaron procesos para la solución a problemas acuciantes en aquél momento como era el de la inexistencia de botaderos de basura; podrán ahora juzgarse como erróneas algunas medidas como la forma contractual con MIDES, pero nadie podrá ignorar que el impulso a esas soluciones la dieron gobiernos ganados por el FMLN.

La participación ciudadana, la defensa del medio ambiente, las acciones afirmativas para las mujeres, el espacio para la participación de organismos no gubernamentales, la búsqueda y obtención de importante cooperación financiera y técnica internacional que ahora se cuentan como recursos de muchos gobiernos locales es también un fruto de esa sabia decisión popular de la ciudadanía de dar al FMLN importantes espacios en el plano local.

Algunas alcaldías como Suchitoto, Tecoluca, El Paisnal, Arcatao, celebrarán sin duda este primero de mayo con alegría su determinación de ser gobernadas por un partido comprometido a fondo con el verdadero poder soberano de la ciudadanía; otras 13 alcaldías celebrarán una década de ser gobernadas por el FMLN, y todas las que cuentan con presencia efemelenista (59), debemos celebrar nuestra contribución a la democracia y el desarrollo local, logrado en medio de hostilidades frecuentes de las fuerzas de derecha que, a veces, en vez de cooperar como manda la Constitución política ponen retrancas especialmente a las capacidades financieras de los gobiernos locales.

Ahora que está fresca la circunstancia de que el gobierno central pedía votos al FMLN para préstamos es bueno recordar que hace cuatro años el gobierno central dio un golpe duro a las finanzas municipales al ordenar a través de la SIGET y la DPC que se separara el cobro de las tasas municipales que se realiza mediante contrato entre alcaldías y empresas distribuidoras de energía eléctrica, una medida que por el bien del país pudieran corregir pero que mantienen para causar daño a alcaldías con mayor población como San Salvador.

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