San Salvador, 16 ago (PL) Ecologistas, opuestos a la construcción de represas con impactos negativos en las comunidades, preparan hoy acciones y estrategias para evitar el avance de tales proyectos en Centroamérica.
Los planes se definirán próximamente durante un encuentro a realizarse entre los días 17 y 19 del presente mes en el departamento salvadoreño San Miguel, el cual limita al norte con Honduras.
Según precisó el Comité Organizador, en esa zona la administración del presidente Elías Antonio Saca pretende construir una presa hidroeléctrica con financiamiento del gobierno japonés.
Cifras proporcionadas por la Coalición Nacional Antirrepresas indican que la Comisión Ejecutiva del Río Lempa pretende desalojar unas 18 mil personas para llevar adelante la obra, que lleva por nombre El Chaparral y cubrirá 8,5 kilómetros cuadrados.
El rechazo social a estos proyectos se debe a la amenaza de desplazamiento de varios miles de pobladores de las localidades Chalatenango, San Miguel y la zona fronteriza con Honduras, alertan medios periodísticos.
Precisamente en esta región San Salvador y Honduras pretenden construir la represa binacional El Tigre, con 72 kilómetros cuadrados, desplazando a una cantidad enorme de pobladores, asegura Ricardo Navarro, del Centro de Tecnología Apropiada (CESTA), una de las impulsoras de la lucha antirrepresas.
El dirigente ecologista criticó a ambos gobiernos por ocultar información sobre los impactos socioambientales de esas obras y reiteró su reclamo por la falta de políticas y proyectos de energías alternativas.
Por su parte, Juan Rojas y Mauricio Vanegas, líderes del movimiento contra las presas hidroeléctricas, confirmaron que más de 500 ambientalistas participarán en el foro de San Miguel.
Denunciaron que el propósito del Ejecutivo salvadoreño no es proporcionar energía a las comunidades pobres, sino satisfacer la demanda de las grandes empresas, especialmente las corporaciones transnacionales.
En el encuentro, los miembros de las organizaciones sociales y de las comunidades afectadas de El Salvador y Honduras esperan establecer las acciones de lucha que implementarán en conjunto en ambos países.
Afirman que "la lucha social en defensa de la vida ya abolió las fronteras".
También participarán activistas sociales de Guatemala, Nicaragua y Costa Rica, donde también está proyectada la construcción de varias represas.
El director de CESTA asegura que en Centroamérica se planea construir más de 300 embalses en alrededor de 170 ríos.
Los planes se definirán próximamente durante un encuentro a realizarse entre los días 17 y 19 del presente mes en el departamento salvadoreño San Miguel, el cual limita al norte con Honduras.
Según precisó el Comité Organizador, en esa zona la administración del presidente Elías Antonio Saca pretende construir una presa hidroeléctrica con financiamiento del gobierno japonés.
Cifras proporcionadas por la Coalición Nacional Antirrepresas indican que la Comisión Ejecutiva del Río Lempa pretende desalojar unas 18 mil personas para llevar adelante la obra, que lleva por nombre El Chaparral y cubrirá 8,5 kilómetros cuadrados.
El rechazo social a estos proyectos se debe a la amenaza de desplazamiento de varios miles de pobladores de las localidades Chalatenango, San Miguel y la zona fronteriza con Honduras, alertan medios periodísticos.
Precisamente en esta región San Salvador y Honduras pretenden construir la represa binacional El Tigre, con 72 kilómetros cuadrados, desplazando a una cantidad enorme de pobladores, asegura Ricardo Navarro, del Centro de Tecnología Apropiada (CESTA), una de las impulsoras de la lucha antirrepresas.
El dirigente ecologista criticó a ambos gobiernos por ocultar información sobre los impactos socioambientales de esas obras y reiteró su reclamo por la falta de políticas y proyectos de energías alternativas.
Por su parte, Juan Rojas y Mauricio Vanegas, líderes del movimiento contra las presas hidroeléctricas, confirmaron que más de 500 ambientalistas participarán en el foro de San Miguel.
Denunciaron que el propósito del Ejecutivo salvadoreño no es proporcionar energía a las comunidades pobres, sino satisfacer la demanda de las grandes empresas, especialmente las corporaciones transnacionales.
En el encuentro, los miembros de las organizaciones sociales y de las comunidades afectadas de El Salvador y Honduras esperan establecer las acciones de lucha que implementarán en conjunto en ambos países.
Afirman que "la lucha social en defensa de la vida ya abolió las fronteras".
También participarán activistas sociales de Guatemala, Nicaragua y Costa Rica, donde también está proyectada la construcción de varias represas.
El director de CESTA asegura que en Centroamérica se planea construir más de 300 embalses en alrededor de 170 ríos.
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