María Isabel Linares, junto a su hijo Adrián Eduardo Linares, de ocho años de edad, quien fue operado de cataratas, en la República Bolivariana de Venezuela, como parte de la “Operación Milagro”.
Nohemy Brisuela, de 36 años de edad, proveniente de Chalatenango, primer plano, es una de las beneficiadas con la “Operación Milagro”.
Co Latino
El suelo bolivariano de Venezuela fue el lugar donde alrededor de 61 salvadoreños dejaron de ver las tinieblas y oscuridad en la que permanecían, producto de enfermedades en los órganos visuales.
Los médicos venezolanos les han permitido ver la luz y las imágenes mágicas de la realidad cotidiana.
El programa de cooperación “Misión Milagro”, iniciado por el gobierno de Cuba, se desarrolla en 24 países de Latinoamérica y el Caribe. Venezuela forma parte de esta labor humanitaria.
Entre los problemas oculares que son tratados en las salas de operaciones venezolanas están el pterigión y las cataratas que pueden ser de tipo congénita y adquiridas.
El pterigión es un tipo de degeneración conjuntival que aparece sobre todo en el lado interno de la córnea; las cataratas congénitas son producidas por la existencia de una lesión hereditaria o una agresión sobre el embrión durante su desarrollo (rubéola).
Las catarata adquiridas son el tipo más frecuente y es la principal motivo de pérdida de visión, entre los mayores de 55 años, la causa se debe a la acumulación de células muertas en las lentes naturales de los ojos.
El programa beneficia a personas de escasos recursos económicos. Entre los pacientes se encontraban dos menores de edad, de 2 y 8 años. Los beneficiarios de la nueva misión provenían de los departamentos de Usulután, Santa Ana, San Salvador, La Libertad, y Cuscatlán, entre otros.
Una de los familiares de un paciente beneficiado con el programa manifestó su satisfacción con el proyecto: “Gracias a Dios y al Gobierno de Hugo Chávez, mi nieta puede ver completamente”.
Ciriaco Baires, originario de Jucuarán, departamento de Usulután, dijo estar agradecido con el Presidente Hugo Chávez. “Estas son oportunidades que aquí en nuestro país nunca se han dado. Si no fuera por estos países, la visión de muchos salvadoreños seguiría en penumbras” concluyó.
Nohemy Brisuela, de 36 años de edad, proveniente de Chalatenango, primer plano, es una de las beneficiadas con la “Operación Milagro”.
Co Latino
El suelo bolivariano de Venezuela fue el lugar donde alrededor de 61 salvadoreños dejaron de ver las tinieblas y oscuridad en la que permanecían, producto de enfermedades en los órganos visuales.
Los médicos venezolanos les han permitido ver la luz y las imágenes mágicas de la realidad cotidiana.
El programa de cooperación “Misión Milagro”, iniciado por el gobierno de Cuba, se desarrolla en 24 países de Latinoamérica y el Caribe. Venezuela forma parte de esta labor humanitaria.
Entre los problemas oculares que son tratados en las salas de operaciones venezolanas están el pterigión y las cataratas que pueden ser de tipo congénita y adquiridas.
El pterigión es un tipo de degeneración conjuntival que aparece sobre todo en el lado interno de la córnea; las cataratas congénitas son producidas por la existencia de una lesión hereditaria o una agresión sobre el embrión durante su desarrollo (rubéola).
Las catarata adquiridas son el tipo más frecuente y es la principal motivo de pérdida de visión, entre los mayores de 55 años, la causa se debe a la acumulación de células muertas en las lentes naturales de los ojos.
El programa beneficia a personas de escasos recursos económicos. Entre los pacientes se encontraban dos menores de edad, de 2 y 8 años. Los beneficiarios de la nueva misión provenían de los departamentos de Usulután, Santa Ana, San Salvador, La Libertad, y Cuscatlán, entre otros.
Una de los familiares de un paciente beneficiado con el programa manifestó su satisfacción con el proyecto: “Gracias a Dios y al Gobierno de Hugo Chávez, mi nieta puede ver completamente”.
Ciriaco Baires, originario de Jucuarán, departamento de Usulután, dijo estar agradecido con el Presidente Hugo Chávez. “Estas son oportunidades que aquí en nuestro país nunca se han dado. Si no fuera por estos países, la visión de muchos salvadoreños seguiría en penumbras” concluyó.
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