lunes, octubre 30, 2006

Lula da Silva, de nuevo con la fuerza del pueblo

Por Leonel Nodal*

Redacción Central, 30 oct (PL) Luiz Inacio Lula da Silva consiguió probar que el obrero metalúrgico electo presidente hace cuatro años podía gobernar hoy mejor Brasil que las tradicionales élites dueñas del poder en el gigante sudamericano.

La aplastante victoria obtenida en las urnas por el líder del Partido de los Trabajadores (PT) se explica por el cumplimiento de un amplio programa de beneficios socioeconómicos para la gran mayoría de la población, desfavorecida y excluida a lo largo de cinco siglos.


En pocas palabras, "los números muestran que en los últimos cuatro años los más pobres tuvieron un aumento sobresaliente de sus ingresos", reconoció este domingo el columnista Gilberto Dimenstein, en el influyente diario Folha de Sao Paulo.

A pesar de una multimillonaria campaña de descrédito montada por la derecha neoliberal, representada por Geraldo Alckmin, candidato de la Socialdemocria Brasileña (PSDB) y el Frente Liberal (PFL), Lula se ratificó como presidente de todos los brasileños.

El resultado es "Lula de nuevo con la Fuerza del Pueblo" como proclamó el lema de la coalición de centro izquierda lidereada por el PT, en la que se incluye al Partido Comunista do Brasil y otras fuerzas progresistas.

Un ejemplo sorprendente de esa extensa corriente de opinión a favor de Lula la dió el escritor Paulo Coelho, el autor brasileño que más libros vende en el mundo, al convocar a sus compatriotas a votar "por cuatro años de fe, esperanza y realizaciones".

En el primer mandato de Lula, Brasil pasó por pruebas necesarias y salió fortalecido, proclamó Coelho el viernes último, en un mensaje televisado a todo el país.

El triunfo de este domingo ratifica los méritos de una trayectoria política y personal única en este país de casi 170 millones de habitantes y ocho millones de kilómetros cuadrados, iniciada en un remoto poblado llamado Garanhuns, en Pernambuco.

Desde allí su madre cargó con él y otros seis hermanos a bordo de un camión de carga en un viaje de 13 días hacia la rica Sao Paulo, el mismo recorrido de miles de nordestinos que huyen del hambre.

Trabajó desde niño para sobrevivir y ayudar a su progenitora, Eurídice Ferreira de Mello, Doña Lindú, para él un símbolo de resistencia heroica ante la vida, por quien sentía admiración y amor.

Limpiabotas, vendedor ambulante, mensajero de tintorería, aprendió a leer y escribir a los 10 años, sólo llegó hasta el quinto grado y a los 19 años consiguió un empleo de tornero mecánico, después de capacitarse en una escuela técnica.

En 1972 ya era un destacado dirigente del Sindicato Metalúrgico de Sao Paulo, en el que asumió la presidencia en 1975, año decisivo en su vida, cuando uno de sus hermanos es preso y torturado, lo que abre sus ojos y su conciencia para luchar contra la dictadura militar.

Líder del "nuevo sindicalismo" alcanza dimensión nacional, cae preso, es liberado bajo presión popular, encabeza grandes marchas por el retorno de la democracia.

En 1986 es electo el diputado más votado a la Asamblea Constituyente con 650 mil 134 sufragios.

Luego de tres fallidos intentos en la carrera presidencial, en los que acumuló fuerzas y experiencias, en 2002 se alzó con una rotunda victoria que se extiende ahora por otros cuatro años, con la fuerza de más de 55 millones de votos.

No hay secretos en su triunfo. "Lo que cuenta para las personas es el día a día y Brasil nunca estuvo tan bien", explicó el analista Carlos Augusto Montenegro, director del Ibope, uno de los más respetados institutos de opinión.

Quien no comía, ahora tiene una ración. Quien tenía una pasó a tener dos y quien tenía dos, ahora come tres veces al día, añadió.

Las cifras oficiales, avaladas por organismos internaciones y no gubernamentales, reconocen que Lula creó millones de nuevos empleos, triplicó el salario mínimo y su poder de compra, aumentó la escolaridad, redujo la pobreza y creó nuevas esperanzas.

*El autor ex corresponsal de Prensa Latina en Brasil lac ln ocs PL-4

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