San Salvador, 30 oct (PL) La muerte de otro soldado salvadoreño en Iraq mantiene hoy conmocionada a gran parte de la sociedad salvadoreña, donde se acentúa el reclamo por el retorno de las tropas nacionales enviadas al país mesopotámico.
El capitán de 39 años José Argelio Soto Ochoa murió días atrás como consecuencia de una bomba casera que destruyó el vehículo blindado que conducía.
Medios de prensa internacionales filmaron la tragedia, lo que impregnó de tintes aún más dramáticos el hecho.
Durante la acción de marras de las fuerzas de resistencia del país invadido resultaron heridos otros cuatro militares de la nación centroamericana
El ingente pedido de retirada inmediata al gobierno del presidente Antonio Saca parte ya no sólo de las fuerzas de la oposición, sino incluso de aliados del ejecutivo.
Aún permanecen 380 efectivos nacionales, como parte de la coalición liderada por Estados Unidos que ocupa suelo iraquí desde marzo de 2003.
La decisión de enviar tropas al país árabe partió del ex presidente Francisco Flores, quien a lo largo de su mandato hizo todo lo posible por mostrar su incondicionalidad y servilismo a Washington.
El actual gobierno persistió en mantener el compromiso contraído con la Casa Blanca, pese a la negativa manifiesta por diversos sectores.
La última semana la polémica sobre la presencia de militares salvadoreños en Iraq subió de tono, luego que el ministro de Defensa, Otto Alejandro Romero, revelara la decisión de mantener los uniformados más allá de lo previsto.
Romero declaró que "ante la petición del gobierno iraquí a la ONU para que las fuerzas de la coalición se mantengan por más tiempo", podría continuar el envío de nacionales.
A finales de este año, tras vencer el permiso concedido por la Asamblea Legislativa, las tropas salvadoreños deberían regresar al país.
Pese a la "no-letalidad" con que se pretende disfrazar la permanencia, hasta el momento suman cinco los muertos y más de 20 los heridos salvadoreños que ha cobrado la guerra de ocupación.
Recientemente, el arzobispo de San Salvador, Fernando Saenz Lacalle, instó al ejecutivo a revisar la conveniencia de insistir en tal signo de lealtad con Estados Unidos.
Asimismo, el Frente Farabundo Martí para la Liberación Nacional, el Centro Democrático y el Frente Democrático Revolucionario también urgieron al retiro inmediato de las tropas.
De acuerdo con sondeos públicos, el 70 por ciento de los salvadoreños se oponen a la presencia del país en Iraq.
El capitán de 39 años José Argelio Soto Ochoa murió días atrás como consecuencia de una bomba casera que destruyó el vehículo blindado que conducía.
Medios de prensa internacionales filmaron la tragedia, lo que impregnó de tintes aún más dramáticos el hecho.
Durante la acción de marras de las fuerzas de resistencia del país invadido resultaron heridos otros cuatro militares de la nación centroamericana
El ingente pedido de retirada inmediata al gobierno del presidente Antonio Saca parte ya no sólo de las fuerzas de la oposición, sino incluso de aliados del ejecutivo.
Aún permanecen 380 efectivos nacionales, como parte de la coalición liderada por Estados Unidos que ocupa suelo iraquí desde marzo de 2003.
La decisión de enviar tropas al país árabe partió del ex presidente Francisco Flores, quien a lo largo de su mandato hizo todo lo posible por mostrar su incondicionalidad y servilismo a Washington.
El actual gobierno persistió en mantener el compromiso contraído con la Casa Blanca, pese a la negativa manifiesta por diversos sectores.
La última semana la polémica sobre la presencia de militares salvadoreños en Iraq subió de tono, luego que el ministro de Defensa, Otto Alejandro Romero, revelara la decisión de mantener los uniformados más allá de lo previsto.
Romero declaró que "ante la petición del gobierno iraquí a la ONU para que las fuerzas de la coalición se mantengan por más tiempo", podría continuar el envío de nacionales.
A finales de este año, tras vencer el permiso concedido por la Asamblea Legislativa, las tropas salvadoreños deberían regresar al país.
Pese a la "no-letalidad" con que se pretende disfrazar la permanencia, hasta el momento suman cinco los muertos y más de 20 los heridos salvadoreños que ha cobrado la guerra de ocupación.
Recientemente, el arzobispo de San Salvador, Fernando Saenz Lacalle, instó al ejecutivo a revisar la conveniencia de insistir en tal signo de lealtad con Estados Unidos.
Asimismo, el Frente Farabundo Martí para la Liberación Nacional, el Centro Democrático y el Frente Democrático Revolucionario también urgieron al retiro inmediato de las tropas.
De acuerdo con sondeos públicos, el 70 por ciento de los salvadoreños se oponen a la presencia del país en Iraq.
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