miércoles, agosto 01, 2007

Noventa años

Oscar Manuel Doñas

El 15 de agosto de 1917, como se sabe, nació en Ciudad Barrios, departamento de San Miguel, un niño llamado Oscar Arnulfo Romero, quien si aún viviera, este próximo 15 de agosto hubiera cumplido noventa años. Tuve la dicha de entrar al preseminario de San Miguel, por las inmediaciones de la iglesia de Santo Domingo, en 1949.

Me llevaba el entonces muy joven Padre Romero, que dirigía ese centro junto con el Padre Rafael Valladares, después Obispo Auxiliar de San Salvador (por 1956), cuando el Arzobispo era Mons. Chávez y González. Los dos, el Padre Valladares y el Padre Romero, excelentes latinistas, nos empezaron a enseñar el latín de los seminaristas, lengua que actualmente está volviendo a revivir después de más de cuarenta años de estar en desuso.


El año siguiente, 1950 es memorable a nivel mundial, porque en esa fecha, 15 de agosto, el Papa Pío XII proclamó el dogma de la Asunción de María al cielo.

En medio de la algarabía que provocó en San Miguel esa proclamación, la ciudad no se olvidó que su muy querido Padre Romero estaba de manteles largos, y como todos los años, le llovieron regalos y los seminaristas nos dimos cuenta de algo muy curioso.

Al escribir su nombre y su firma, él siempre ponía Oscar A. Romero y como en esa fecha desde siempre se había celebrado la Virgen de la Asunción, en las tarjetas de la mayoría de los regalos decía, más o menos: para el P. Oscar Asunción Romero, porque creían que la A de Arnulfo era de Asunción, por la festividad religiosa. Recuerdo que después le comenté ese detalle a doña Lupita, la mamá, y ella me dijo que allí, en Ciudad Barrios, también se dio esa confusión desde que él era muy pequeño.

Pues bien; sigo con mis recuerdos. En 1951, uno de los últimos días de enero, el P. Romero, a bordo de una “rápida” de las que entonces hacían el recorrido entre San Miguel y la capital, nos trajo a los seminaristas que “académicamente” estábamos preparados para continuar los estudios en el Seminario San José de la Montaña.

Allí venían entre otros, Andrés Argueta y Carlos Luis Villacorta, actualmente sacerdotes de la diócesis de San Miguel. También venía David Bonilla, de Berlín, Usulután, a quien me gustaría volver a ver. Ya en San José de la Montaña fuimos compañeros de banca de Rodrigo Orlando Cabrera, hoy Obispo con sede en Santiago de María; de Jesús Delgado, hoy Vicario General de la Arquidiócesis y un montón de etcéteras.

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