Co-Latino
FUSADES presentó recientemente su estudio “Respondiendo a los desafíos fiscales en El Salvador”, que aborda cuatro aspectos de la política fiscal: Medidas tributarias y evolución de la recaudación, Trayectoria del gasto público, Reforma y financiamiento previsional, y Sostenibilidad de la deuda estatal.
En dicho informe, este tanque de pensamiento –ratificándose como intelectual orgánico de la derecha gobernante– trata de desmentir las siete críticas fundamentales de la izquierda a la estrategia fiscal del Ejecutivo: las cargas tributarias más bajas del continente, los impuestos son regresivos, la evasión y elusión son altas, la inversión en educación y salud ha disminuido, el déficit de pensiones llevará a una crisis fiscal, el nivel de deuda pública es elevado y, de no hacer cambios, el país irá a una crisis económica.
En su intento de sostener que la política fiscal del gobierno ha dado buenos resultados y que el país no se dirige a una crisis, FUSADES hace una serie de omisiones, manipula algunas cifras y plantea varias medias verdades.
Para buscar desmentir que la recaudación tributaria es de las más bajas en la región, asegura que con el incremento logrado con la reforma fiscal de la administración del presidente Elías Antonio Saca, El Salvador ahora se ubica en el promedio latinoamericano, con una recaudación equivalente al 11.5% del PIB.
¿Cómo va a estar el país en el promedio, si sólo supera al más bajo, Haití, que tiene 8.8%, con apenas 2.7% y está muy abajo del mayor, Argentina, que tiene 20.6%, es decir, una diferencia de 9.1%?
Al intentar argumentar contra el carácter regresivo del sistema tributario, este centro de investigación conservador destaca que “existen avances”, pues la participación de los impuestos directos pasó de 27.7%, en 1990, a 32.5%, en 2006. ¡Vaya avance!: 4.8% en dieciséis años. Pero no dice que ese leve incremento se debe al aumento de la renta proveniente de los salarios y no de los ingresos de las empresas. En todo caso, sigue siendo la contribución del IVA –pagado por los consumidores– el mayor aporte al fisco: más del 55%.
¿Cómo se ha reducido el carácter regresivo del sistema, si las medidas impositivas no han cambiado la estructura tributaria injusta, en la que son los sectores mayoritarios de la población –consumidores y asalariados– los que más tributan, mientras los sectores económicos más pudientes no sólo no pagan los impuestos que deberían –tributos a la ganancia, al patrimonio, por daños ambientales, etc.–, sino que evaden mucho de lo poco que les cobra el Estado y se quedan con buena parte del IVA que paga la gente. ¿Indagó FUSADES, durante la realización de su estudio, si los banqueros pagaron o no alrededor de $600 millones en impuestos por la venta de sus acciones a la banca transnacional?
Cuando intenta demostrar que la evasión y elusión de impuestos no es alta, este centro de pensamiento de derecha menciona que entre 2004 y 2007 se han recaudado cerca de $1,000 millones adicionales, que representan básicamente una reducción de la evasión.
¿Olvida FUSADES que el mismo ministro de Hacienda reconoció que la evasión es de unos $600 millones al año –aunque la izquierda parlamentaria dice que son más de $900 millones–? Si lo que afirma el reporte en cuestión es cierto, ¿por qué el exembajador estadounidense en el país, Douglas Barclay, a finales del año pasado, exhortó: “los empresarios, deben pagar los impuestos que deben, ahora”, en un foro, por cierto, organizado por FUSADES?
¿O es que el propósito del estudio es sólo alabar la política fiscal del gobierno y así sumarse a la anticipada campaña electoral de ARENA? FUSADES tiene la respuesta. No, el pueblo tiene la respuesta.
FUSADES presentó recientemente su estudio “Respondiendo a los desafíos fiscales en El Salvador”, que aborda cuatro aspectos de la política fiscal: Medidas tributarias y evolución de la recaudación, Trayectoria del gasto público, Reforma y financiamiento previsional, y Sostenibilidad de la deuda estatal.
En dicho informe, este tanque de pensamiento –ratificándose como intelectual orgánico de la derecha gobernante– trata de desmentir las siete críticas fundamentales de la izquierda a la estrategia fiscal del Ejecutivo: las cargas tributarias más bajas del continente, los impuestos son regresivos, la evasión y elusión son altas, la inversión en educación y salud ha disminuido, el déficit de pensiones llevará a una crisis fiscal, el nivel de deuda pública es elevado y, de no hacer cambios, el país irá a una crisis económica.
En su intento de sostener que la política fiscal del gobierno ha dado buenos resultados y que el país no se dirige a una crisis, FUSADES hace una serie de omisiones, manipula algunas cifras y plantea varias medias verdades.
Para buscar desmentir que la recaudación tributaria es de las más bajas en la región, asegura que con el incremento logrado con la reforma fiscal de la administración del presidente Elías Antonio Saca, El Salvador ahora se ubica en el promedio latinoamericano, con una recaudación equivalente al 11.5% del PIB.
¿Cómo va a estar el país en el promedio, si sólo supera al más bajo, Haití, que tiene 8.8%, con apenas 2.7% y está muy abajo del mayor, Argentina, que tiene 20.6%, es decir, una diferencia de 9.1%?
Al intentar argumentar contra el carácter regresivo del sistema tributario, este centro de investigación conservador destaca que “existen avances”, pues la participación de los impuestos directos pasó de 27.7%, en 1990, a 32.5%, en 2006. ¡Vaya avance!: 4.8% en dieciséis años. Pero no dice que ese leve incremento se debe al aumento de la renta proveniente de los salarios y no de los ingresos de las empresas. En todo caso, sigue siendo la contribución del IVA –pagado por los consumidores– el mayor aporte al fisco: más del 55%.
¿Cómo se ha reducido el carácter regresivo del sistema, si las medidas impositivas no han cambiado la estructura tributaria injusta, en la que son los sectores mayoritarios de la población –consumidores y asalariados– los que más tributan, mientras los sectores económicos más pudientes no sólo no pagan los impuestos que deberían –tributos a la ganancia, al patrimonio, por daños ambientales, etc.–, sino que evaden mucho de lo poco que les cobra el Estado y se quedan con buena parte del IVA que paga la gente. ¿Indagó FUSADES, durante la realización de su estudio, si los banqueros pagaron o no alrededor de $600 millones en impuestos por la venta de sus acciones a la banca transnacional?
Cuando intenta demostrar que la evasión y elusión de impuestos no es alta, este centro de pensamiento de derecha menciona que entre 2004 y 2007 se han recaudado cerca de $1,000 millones adicionales, que representan básicamente una reducción de la evasión.
¿Olvida FUSADES que el mismo ministro de Hacienda reconoció que la evasión es de unos $600 millones al año –aunque la izquierda parlamentaria dice que son más de $900 millones–? Si lo que afirma el reporte en cuestión es cierto, ¿por qué el exembajador estadounidense en el país, Douglas Barclay, a finales del año pasado, exhortó: “los empresarios, deben pagar los impuestos que deben, ahora”, en un foro, por cierto, organizado por FUSADES?
¿O es que el propósito del estudio es sólo alabar la política fiscal del gobierno y así sumarse a la anticipada campaña electoral de ARENA? FUSADES tiene la respuesta. No, el pueblo tiene la respuesta.
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