jueves, agosto 02, 2007

Sucesos del 30 de Julio 1975

Roberto Pineda

Podemos decir junto al pueblo salvadoreño, junto a las comunidades universitarias, voy a mencionar los nombres de aquellos compañeros que fueron desaparecidos, que fueron asesinados por la dictadura militar, para que la memoria siga viva e la conciencia del pueblo salvadoreño: Carlos Fonseca, presente ahora y siempre; Balmore Cortéz Vásquez, presente ahora y siempre; Reynaldo Adbum, presente ahora y siempre; Ever Gómez Mendoza, presente ahora y siempre, Roberto Antonio Miranda presente ahora y siempre, Roberto Antonio Miranda presente ahora y siempre, Napoleón Orlando Calderón Grande presente ahora y siempre, Sergio Antonio Cabrera presente ahora y siempre, Carlos Humberto Hernández presente ahora y siempre, María Miranda presente ahora y siempre, José Domingo Aldana presente ahora y siempre.

Hermanos y hermanas, esta sangre que fue derramada, estos jóvenes que fueron secuestrados y desaparecidos, están presentes en la memoria del pueblo salvadoreño, y son esa semilla que han originado esa conciencia, esa dignidad en nuestro pueblo ¿Que paso hace 32 años? Hace 32 años existía la dictadura militar, estaba el presidente Coronel Arturo Armando Molina que para, atenerse en el poder, hacia uso (ojo) de la mentira y la represión, ya habían habido masacres de campesinos como en las 3 Calles, Chinamequita, pero no se habían golpeado los sectores urbanos. Sucede que en las fiestas patronales de Santa Ana, los estudiantes universitarios deciden realizar un Desfile Buso, y el desfile Buso era una crítica mordaz a la represión, a la demagogia del Coronel Arturo Armando Molina, y es fuertemente reprimido y penetran en el Centro Universitario de Occidente, violando la autonomía universitaria, oigan bien, violando la autonomía universitaria como lo hizo el presidente Saca recientemente que disparó hacia estudiante universitarios, entonces en aquella época aquí en San Salvador, se organiza una presecta, una denuncia de esa violación que se había dado a la autonomía universitaria, y los estudiantes se organizan, se crean el Comité de Organizaciones Populares, para organizar una grandiosa marcha en protesta a la violación de la Autonomía Universitaria del Centro de Occidente de Santa Ana, y esa marcha se organiza el 30 de Julio, hay una convocatoria de organizaciones de secundarias y organizaciones universitarias, y centenares de jóvenes de secundarias y de universitarios salen marchado desde la Universidad. Había una época de mucha represión pero también había una época de mucha militancia revolucionaria, de mucho sueño, de mucha utopía de que se podía cambiar la sociedad. Me acuerdo que un participante fue a dar testimonio de esa marcha y que una de las consignas que más se cantaban en aquella marcha era una consigna internacionalista que decía así: ¿Que le sucedió a Supermán? que le dieron duro en el Viet-Nam, acababa de suceder la gran victoria del pueblo vietnamita sobre el intervención norteamericana, entonces había un entusiasmo por esa derrota. Viet-Nam había derrotado a la agresión, a la intervención norteamericana y se entonaban así consignas y consignas en contra de la represión y también..... había toda una crítica al gobierno de Molina, un gobierno demagógico, un gobierno que trataba de ocultar con publicidad todas las políticas represivas que desarrollaba.

La marcha sale de la universidad de la entrada frente al IVU y la entrada de ciencias y humanidades...y salen todos estos jóvenes marchando, exigiendo respeto a la autonomía universitaria. Era un día bastante nublado, amenazado con tormentas, y más la tormenta social, la tormenta de protesta que se iba a generar, cuando la marcha se fue dentro de la 25 Av. y cuando llega a las inmediación del Seguro Social, era una marcha donde había el temor de que podría ser reprimida porque estaba todo un ambiente de mucha represión, y al llegar ahí observamos las tropas del ejército, columnas del ejército, tanquetas, que fueron montadas contra una Manifestación Estudiantil al llegar ahí al Seguro Social, al patio de dos niveles, empiezan a disparar, empiezan a disparar los soldados de la dictadura, contra una manifestación pacífica, y nos percatamos del rostro asesino de esta dictadura, que emplaza metralletas contra estudiantes universitarios y de secundaria, y empezamos a ver como iban cayendo compañeros, como otros saltaban el puente, como otros buscaban donde protegerse ahí en ese ambiente de mucha represión. Fue una experiencia muy significativa, fue una experiencia que desentrañó que la dictadura militar estaba dispuesta a todo para silenciar al pueblo salvadoreño, pero la experiencia importante fue que el pueblo salvadoreño no fue silenciado.

Después de ese 30 de Julio, al día siguiente se convocó otra manifestación de protesta, se convocó una marcha de silencio de mujeres protestando contra el asesinato de compañeros, ya que la dictadura capturó, asesinó, desapareció, golpeó a compañeros, porque la dictadura militar golpeó fuertemente al movimiento estudiantil, pero el movimiento estudiantil, no fue silenciado, y como les dije, al día siguiente de nuevo San Salvador era inundada con la protesta estudiantil popular diciendo -Gobierno asesino- gritando a los soldados de la dictadura militar, y sabiendo que esto era el principio y fin de la dictadura, posteriormente se ocupó catedral metropolitana, por las organizaciones populares, y catedral metropolitana se convirtió en un símbolo de la lucha del pueblo salvadoreño.

Desde catedral metropolitana se organizaron los entierros y se organizó la denuncia, y la denuncia de este gobierno asesino, la del Coronel Arturo Armando Molina, y eran miles de salvadoreños los que se concentraban frente a catedral metropolitana para expresar su descontento, para expresar su protesta, esta jornada de Julio a Agosto de 1975, fue la jornada que fue creando las condiciones para la organización popular, para la toma conciencia, para comprender que en los procesos de este país pueden reprimir, pero no silenciar al pueblo salvadoreño, el pueblo no fue silenciado y se organizó y salió a las calles, y surgieron muchas organizaciones, muchas coaliciones de fuerzas, surgió el BPR, posteriormente las LP-28, ya existía el FAPU, el MLN, el Partido Unión Democrática Nacionalista, que finalmente son los cinco dedos que se convierten en un puño del pueblo salvadoreño en la Coordinadora Revolucionaria de Masas, y que libraron heroicas batallas por la liberación de este pueblo.

Esos estudiantes universitarios que fueron desaparecidos, viven en la conciencia del pueblo salvadoreño, y como pueblo salvadoreño debemos hacernos la promesa, comprometernos a que esto no puede volver a suceder, y es por eso que como Iglesia Popular Luterana estamos muy preocupados por la desaparición de José Omar Chávez.

32 años después y ya desaparecida la dictadura militar de este orden, empiezan nuevamente los asesinatos, 32 años después en los que transcurrió una guerra, 32 años después en los que trascurrió un acuerdo de paz, y estamos regresando a lo mismo, a una situación muy crítica, esos Héroes, esos Mártires, nuestros héroes nuestros mártires, esa sangre derramada nos convoca, nos compromete a seguir luchando por una verdadera democracia en este país, a seguir luchando por la liberación de este país, los sueños de esos héroes, por una patria nueva siguen vigentes, seguimos luchando por eso, esa bandera que ellos nos entregaron de luchadores populares de una nueva sociedad salvadoreña, ese es nuestro compromiso.

(Se actualizó de 30 a 32 años, ya que pertenece a nuestro archivo de hace 2 años)

32 AÑOS DESPUES Y LAS FUERZAS ARMADAS NO HAN PEDIDO DISCULPAS

Cientos de estudiantes universitarios conmemoraron con una marcha el 32 aniversario de la muerte de 25 jóvenes a manos de las fuerzas militares salvadoreñas. Los estudiantes, marcharon desde las instalaciones de la estatal Universidad de El Salvador (UES) hasta el paso a desnivel de la Alameda Juan Pablo II, en San Salvador.

No eran ladrones, criminales o asesinos, ni mucho menos terroristas, pero las fuerzas militares de la época los atacaron como tal. Su valentía y convicción quedó plasmada en toda una nación, así como su sangre y sacrificio sobre el pavimento de la 25 avenida norte de San Salvador, ahora denominada “Mártires Estudiantes del 30 de julio”, y no remonta a aquel 30 de julio de 1975.

El 30 de julio de 1975 centenares de estudiantes universitarios y de secundaria marcharon por las calles de San Salvador para protestar por la intervención militar en la sede de la UES en la ciudad occidental de Santa Ana. El gobierno del General Arturo Armando Molina ordenó que la manifestación fuera reprimida a unas 10 cuadras de la Universidad por fuerzas militares, dejando como resultado unos 25 muertos y decenas de heridos.

En el lugar donde la marcha fue interceptada por los militares, los estudiantes quemaron una figura de Molina, un helicóptero y banderas de arena.

Una pequeña pero significativa placa de cemento en relieve se encontraba antes en el lugar exacto donde fueron asesinados 25 estudiantes; hoy, sólo una pancarta con colores rojo, negro y blanco de las Brigadas Revolucionarias Estudiantiles Salvadoreñas (BRES) adorna el lugar.

Los estudiantes fueron reprimidos por protestar contra la intervención gubernamental en la Facultad Multidisciplinaria de Occidente, ubicada en la ciudad de Santa Ana. Cuando el reloj marca las 5:20 de la tarde, la marcha estudiantil fue reprimida por tanquetas y ametralladoras. Cuando los efectivos militares disparan para detener la manifestación, las balas causan la muerte de 25 estudiantes, hieren a varias decenas y otros resultan lastimados al intentar escapar. En aquella tarde violenta sólo se logran recuperar dos cuerpos y la mayoría de asesinados desaparecen “como por arte de magia”. Algunos testigos aseguran que momentos después, los bomberos limpiaron la sangre derramada sobre el negro pavimento.

Hoy, a 32 años de aquella fecha que tiñó de rojo a la comunidad estudiantil de la Universidad de El Salvador (UES) el Movimiento por la Defensa del Carácter Público de la máximo centro de estudios superiores del país (MDCP-UES) asegura que se debe de fortalecer la autonomía universitaria para que no se repita este tipo de hechos.

“Llamamos a la comunidad universitaria y al pueblo salvadoreño a reivindicar la memoria histórica de la lucha estudiantil y popular, conmemorando con actos patrióticos de reafirmación de la conciencia cívica que provocó, aquella tragedia que dejó profundas y dolorosas heridas en la sensibilidad de miles de centenares de madres, hijos, hermanos, padres, amigos y compañeros de los estudiantes asesinados y desaparecidos”

En la historia de El Salvador, no sólo se registra esta matanza por parte de fuerzas militares o grupos afines. Durante el conflicto armado se realizaron muchas en cantones del interior del país. El Mozote, la del río Sumpul, la Quesera y la de los padres Jesuitas de la UCA son, por decirlo, las más conocidas. Hasta la fecha, familiares, amigos, ONG’s de derechos humanos y organizaciones sociales piden justicia por la sangre derramada de esos crímenes de lesa humanidad.

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