Co-Latino
Ayer se cumplió un año de los lamentables y condenables incidentes violentos del cinco de julio, en el que murieron dos agentes de la UMO y en el que resultaron, además, cinco agentes heridos. En el mismo hecho resultó con herida de bala, un funcionario de la UES, que hasta la fecha autoridad alguna no ha determinado la procedencia del proyectil, tampoco ha sido del interés mediático.
En el marco del primer aniversario también se dio la captura de Mario Belloso, quien hasta ese momento era el hombre más buscado por la justicia, nacional e internacional, por cuanto es el principal sospechoso de la muerte de los agentes de la UMO: Miguel Ángel Rubí Argueta y José Pedro Misael Rivas Navarrete.
La captura de Belloso se da en momentos de un gran cuestionamiento de los procesos policiales y fiscales que terminan en impunidad, y de todo un preparativo mediático traducido en sendos reportajes de los dos matutinos principales, cargados de ingredientes políticos y propagandísticos más que periodísticos reflexivos.
La semana ha continuado en la misma tónica, con sendas historias, producto de filtraciones policiales o fiscales, más para llenar el morbo informativo de unos, o concretar propósitos políticos electorales de otros. De ahí la queja del FMLN contra los medios, en cuanto a que están manipulando la información, con la ayuda de la Policía y/o la Fiscalía, para meter en la coyuntura actual un juicio político más que un juicio judicial contra el principal sospechoso. Es decir, acentuar en el imaginario colectivo, la responsabilidad de la izquierda en los sucesos del 5 de julio, como se le ha dado en llamar.
Y es que, hasta antes de la captura del señor Belloso, los medios lo consideraban el “más grande terrorista” de El Salvador, casi comparado a Osama bin Laden. Hoy, es un presidiario más, a quien se le puede sacar información de cualquier forma, para seguir en el espectáculo y cumplir la agenda de la campaña electoral que tiene en desarrollo el partido oficial, gracias a la apertura de los medios y a la disposición policial. Hasta este día, sin lugar a dudas, la captura de Mario Belloso deja más dudas que claridad en el caso.
Ayer se cumplió un año de los lamentables y condenables incidentes violentos del cinco de julio, en el que murieron dos agentes de la UMO y en el que resultaron, además, cinco agentes heridos. En el mismo hecho resultó con herida de bala, un funcionario de la UES, que hasta la fecha autoridad alguna no ha determinado la procedencia del proyectil, tampoco ha sido del interés mediático.
En el marco del primer aniversario también se dio la captura de Mario Belloso, quien hasta ese momento era el hombre más buscado por la justicia, nacional e internacional, por cuanto es el principal sospechoso de la muerte de los agentes de la UMO: Miguel Ángel Rubí Argueta y José Pedro Misael Rivas Navarrete.
La captura de Belloso se da en momentos de un gran cuestionamiento de los procesos policiales y fiscales que terminan en impunidad, y de todo un preparativo mediático traducido en sendos reportajes de los dos matutinos principales, cargados de ingredientes políticos y propagandísticos más que periodísticos reflexivos.
La semana ha continuado en la misma tónica, con sendas historias, producto de filtraciones policiales o fiscales, más para llenar el morbo informativo de unos, o concretar propósitos políticos electorales de otros. De ahí la queja del FMLN contra los medios, en cuanto a que están manipulando la información, con la ayuda de la Policía y/o la Fiscalía, para meter en la coyuntura actual un juicio político más que un juicio judicial contra el principal sospechoso. Es decir, acentuar en el imaginario colectivo, la responsabilidad de la izquierda en los sucesos del 5 de julio, como se le ha dado en llamar.
Y es que, hasta antes de la captura del señor Belloso, los medios lo consideraban el “más grande terrorista” de El Salvador, casi comparado a Osama bin Laden. Hoy, es un presidiario más, a quien se le puede sacar información de cualquier forma, para seguir en el espectáculo y cumplir la agenda de la campaña electoral que tiene en desarrollo el partido oficial, gracias a la apertura de los medios y a la disposición policial. Hasta este día, sin lugar a dudas, la captura de Mario Belloso deja más dudas que claridad en el caso.
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