Licda. Norma Guevara de Ramirios
A las emigrantes y los emigrantes salvadoreños en el mundo se dedican este año las festividades patronales del 1 al 6 de Agosto.
Esta dedicación del Concejo Municipal de San Salvador y su Comité de Festejos expresa el reconocimiento y cariño de la población capitalina y su gobierno a nuestros compatriotas en el extranjero.
Las fiestas agostinas son las más abarcadoras del país, las que celebramos en honor a nuestro patrono nacional, El Divino Salvador del Mundo, y por eso es justo que este año pongan en el centro uno de los rasgos más destacados de nuestra salvadoreñidad; el sentimiento de unidad existente entre seres humanos que vivimos aquí con el de nuestros familiares que emigraron a otras latitudes en procura de mejores oportunidades y que mantienen presente su identidad, su pertenencia, su participación en la vida social, cultural y económica en nuestra patria.
A ellas y ellos, nuestro saludo, nuestro deseo de que encuentren la forma de estar y sentirse unidos a su tierra, a su patria, a su capital, a sus tradiciones.
Ahora el censo nacional nos indica que vivimos en nuestro territorio unos cinco millones novecientas mil personas, pero cerca de tres millones están en otras latitudes, mayoritariamente en Estados Unidos, Canadá, Australia, Suecia, México y otros, que con su apoyo a las familias aportan a la economía un monto superior al presupuesto general de la nación.
La unidad a la familia y a la patria que expresan nuestros emigrantes es parte de la fuerza de nuestra nacionalidad, por eso son capaces de crear mecanismos de convivencia con identidad como ocurre en las celebraciones del 6 de Agosto que realizan en Los Angeles, New York, en otras ciudades estadounidenses y canadienses en las que se replica la alegría y manifestaciones culturales de nuestras fiestas agostinas.
Nuestros compatriotas emigrantes expresan su identidad y la defienden en la relación que crean con autoridades municipales y nacionales desde la perspectiva de comunidad salvadoreña, esto permite reconocimientos valiosos como la declaración del Congreso estadounidense del DÍA DEL SALVADOREÑO AMERICANO, logro que merece nuestro reconocimiento, nuestra felicitación.
En los granos calientes del elote loco, los dulces típicos, el desfile de correo con sus Viejos de Agosto, sus carrozas y con la Reina de las Fiestas, Cecilia Menjívar, en la tradicional bajada del Salvador del Mundo y demás actividades religiosas; en las emocionantes vueltas de ruedas en el campo de la feria, en el circo, en la carrera de cinta, en el algodón de azúcar, las presentaciones de la Marimba Alma India, la Orquesta Metropolitana, los carnavales, en las presentaciones de todos los grupos artísticos en un rico espacio cultural, recreativo y deportivo, decenas de miles de salvadoreños estaremos diciendo desde San Salvador: Hermano salvadoreño emigrante en el mundo, en cualquier parte que te encuentres, San Salvador sigue siendo TU CAPITAL, nuestra patria se encamina a cambios importantes y en ellos es necesaria tu presencia.
Antes Roque Dalton describió y resaltó el sentimiento más profundo acerca de nosotros, del nosotros que trabaja fuera del terruño sin perder su amor al suelo que le vio nacer, ahora comúnmente designada como emigrante, Roque les describe como "los mejores artesanos del mundo… los hácelotodo, los véndelotodo, los cómelotodo, los tristes más tristes del mundo, …mis compatriotas, mis hermanos".
Desde nuestros hogares, en el reposo laboral que las fiestas de agostos nos proveen, o desde la febril actividad comercial de temporada, vivamos las fiestas de agosto con alegría, con esperanza, acompañados de quienes desde el exterior nos visitan y a la orilla de la Calle Rubén Darío, disfrutan el paso de la primera Alcaldesa de nuestra capital para leer el bando que nos anuncia y nos invita a participar de un programa festivo, ahora dedicado a nuestros familiares emigrantes, los que van y vienen, quienes están allá con legalidad o sin ella.
Vivir este agosto pensando en aquél paisaje del camino que transitan para alcanzar una meta, pensando en los esfuerzos nuestros para salir adelante cada día venciendo las dificultades, ese luchar y sentir que se unen en uno solo; vivamos estas festividades recordando aquél mensaje que afirma que si la tierra es una creación de Dios, nadie en el mundo es ilegal. ¡Disfrutemos sabiendo que en San Salvador, vamos avanzando!
A las emigrantes y los emigrantes salvadoreños en el mundo se dedican este año las festividades patronales del 1 al 6 de Agosto.
Esta dedicación del Concejo Municipal de San Salvador y su Comité de Festejos expresa el reconocimiento y cariño de la población capitalina y su gobierno a nuestros compatriotas en el extranjero.
Las fiestas agostinas son las más abarcadoras del país, las que celebramos en honor a nuestro patrono nacional, El Divino Salvador del Mundo, y por eso es justo que este año pongan en el centro uno de los rasgos más destacados de nuestra salvadoreñidad; el sentimiento de unidad existente entre seres humanos que vivimos aquí con el de nuestros familiares que emigraron a otras latitudes en procura de mejores oportunidades y que mantienen presente su identidad, su pertenencia, su participación en la vida social, cultural y económica en nuestra patria.
A ellas y ellos, nuestro saludo, nuestro deseo de que encuentren la forma de estar y sentirse unidos a su tierra, a su patria, a su capital, a sus tradiciones.
Ahora el censo nacional nos indica que vivimos en nuestro territorio unos cinco millones novecientas mil personas, pero cerca de tres millones están en otras latitudes, mayoritariamente en Estados Unidos, Canadá, Australia, Suecia, México y otros, que con su apoyo a las familias aportan a la economía un monto superior al presupuesto general de la nación.
La unidad a la familia y a la patria que expresan nuestros emigrantes es parte de la fuerza de nuestra nacionalidad, por eso son capaces de crear mecanismos de convivencia con identidad como ocurre en las celebraciones del 6 de Agosto que realizan en Los Angeles, New York, en otras ciudades estadounidenses y canadienses en las que se replica la alegría y manifestaciones culturales de nuestras fiestas agostinas.
Nuestros compatriotas emigrantes expresan su identidad y la defienden en la relación que crean con autoridades municipales y nacionales desde la perspectiva de comunidad salvadoreña, esto permite reconocimientos valiosos como la declaración del Congreso estadounidense del DÍA DEL SALVADOREÑO AMERICANO, logro que merece nuestro reconocimiento, nuestra felicitación.
En los granos calientes del elote loco, los dulces típicos, el desfile de correo con sus Viejos de Agosto, sus carrozas y con la Reina de las Fiestas, Cecilia Menjívar, en la tradicional bajada del Salvador del Mundo y demás actividades religiosas; en las emocionantes vueltas de ruedas en el campo de la feria, en el circo, en la carrera de cinta, en el algodón de azúcar, las presentaciones de la Marimba Alma India, la Orquesta Metropolitana, los carnavales, en las presentaciones de todos los grupos artísticos en un rico espacio cultural, recreativo y deportivo, decenas de miles de salvadoreños estaremos diciendo desde San Salvador: Hermano salvadoreño emigrante en el mundo, en cualquier parte que te encuentres, San Salvador sigue siendo TU CAPITAL, nuestra patria se encamina a cambios importantes y en ellos es necesaria tu presencia.
Antes Roque Dalton describió y resaltó el sentimiento más profundo acerca de nosotros, del nosotros que trabaja fuera del terruño sin perder su amor al suelo que le vio nacer, ahora comúnmente designada como emigrante, Roque les describe como "los mejores artesanos del mundo… los hácelotodo, los véndelotodo, los cómelotodo, los tristes más tristes del mundo, …mis compatriotas, mis hermanos".
Desde nuestros hogares, en el reposo laboral que las fiestas de agostos nos proveen, o desde la febril actividad comercial de temporada, vivamos las fiestas de agosto con alegría, con esperanza, acompañados de quienes desde el exterior nos visitan y a la orilla de la Calle Rubén Darío, disfrutan el paso de la primera Alcaldesa de nuestra capital para leer el bando que nos anuncia y nos invita a participar de un programa festivo, ahora dedicado a nuestros familiares emigrantes, los que van y vienen, quienes están allá con legalidad o sin ella.
Vivir este agosto pensando en aquél paisaje del camino que transitan para alcanzar una meta, pensando en los esfuerzos nuestros para salir adelante cada día venciendo las dificultades, ese luchar y sentir que se unen en uno solo; vivamos estas festividades recordando aquél mensaje que afirma que si la tierra es una creación de Dios, nadie en el mundo es ilegal. ¡Disfrutemos sabiendo que en San Salvador, vamos avanzando!
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