viernes, marzo 23, 2007

Pandillas sirven de chivos expiatorios en Mesoamérica

San Salvador, 23 mar (PL) Las maras o pandillas son utilizadas como chivos expiatorios por las autoridades mesoamericanas, que las culpan de todos los males sociales y las fuerzan a reorganizarse, reflejó una investigación divulgada hoy.

El estudio, realizado por analistas de El Salvador, México, Guatemala, Honduras, Nicaragua, Colombia y Estados Unidos, demistificó varias de las acusaciones contra estos grupos, como que conforman una red transnacional y que están integrados al narcotráfico.


La temática cobró difusión desde 2003, cuando las autoridades reforzaron el ataque a esas bandas, apoyados por los medios de comunicación, ante el ascenso de las protestas sociales y la urgencia de atribuir a alguien problemas como la violencia, coincidieron.

Janet Aguilar, de la Universidad Centroamericana, recordó que a partir de entonces cadenas televisivas, radiales, periódicos y otros, unieron esfuerzos en la intención de hacerle creer a la gente la necesidad de las políticas de mano dura en el área.

Pero estos más bien contribuyeron a criminalizar a los jóvenes y redundaron en la captura de miles de ellos simplemente por su apariencia, denunció la académica salvadoreña.

Sólo en 2003 y 2004 fueron detenidos 40 mil menores de 23 años acusados de pertenecer a las maras, pero apenas el cinco por ciento terminó procesado por encontrársele algún indicio de participación en delitos, detalló Aguilar.

El efecto perverso es que los jóvenes definieron nuevos mecanismos de sobrevivencia frente a la embestida policial: procuraron más armas, distintas formas de organización y apelaron a la clandestinidad.

Rafael Fernández, del Instituto Tecnológico Autónomo de México, coincidió en que las maras funcionan a veces como cortinas de humo y ejemplificó el caso de su país, donde en 2004 el gobierno empezó a alertar sobre la infiltración de estos grupos.

Ello coincidió con el fortalecimiento de las medidas antiemigrantes, recordó y añadió que, el exagerar el fenómeno de las pandillas ayudó a las autoridades mexicanas a recrudecer la vigilancia en la frontera sur sin mayores cuestionamientos.

El informe Pandillas juveniles transnacionales en Centroamérica, México y Estados Unidos, denunció a su vez la manipulación de que son objeto las cifras por parte de las autoridades para justificar la implementación de políticas coercitivas.

Con ese fin, precisaron sus autores, afirman que las maras son responsables del 70-80 por ciento de los delitos y homicidios, pero nunca facilitan las estadísticas probatorias de la responsabilidad de sus miembros.

En cambio, el incremento de las muertes por cada 100 mil habitantes en El Salvador de 33 a 57 entre 2002 y 2006, y en Guatemala, de 26,2 en 2000 a 57 en 2006, probaron el fracaso de tales políticas, consideraron los analistas.

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