lunes, diciembre 25, 2006

Deportaciones: El lobo siempre se come al cordero

Tania Peña Aguado

Redacción Central, 25 dic (PL) "Mientras El Salvador manda tropas a Iraq, Estados Unidos duplica las deportaciones", así comenta un diario salvadoreño el incremento en 2006 del 95 por ciento de coterráneos expulsados sin contemplaciones de la nación norteña.

El lobo siempre se come al cordero, por mucha docilidad que pueda mostrar la víctima. Sencillamente, no puede escapar a su naturaleza.


El símil bien serviría para entender lo que sucede con los migrantes centroamericanos, cuyos gobiernos han sido más apegados a Washington que sus homólogos del Sur del continente, con excepciones y matices, claro.

El Ejecutivo de Antonio Saca se ha distinguido por su adhesión a la Casa Blanca, prueba de lo cual fue la reciente decisión de mantener tropas en la nación árabe, a pesar de la derrota que están sufriendo las fuerzas de ocupación.

Sin embargo, como advierte el diario Colatino, los nacionales también recibieron el impacto del endurecimiento de la política migratoria estadounidense.

Hasta la primera quincena de diciembre, indica el rotativo, el total de deportaciones aumentó de unas siete mil en 2005 a más de 13 mil 500 en 2006.

Lo más notable es el incremento de deportados sin antecedentes penales, declaró el director de Migración de El Salvador, Rafael Alvarez.

Al respecto, Nora Sándigo, directora de American Fraternity, una organización de defensa de los inmigrantes en Miami, aseveró en entrevista a la BBC que las estadísticas dejan ver una gran brecha entre la retórica y la práctica del gobierno de Bush.

En ese sentido, el director del Servicio de Inmigración y Ciudadanía de Estados Unidos, Emilio González, aseguró que solamente se deportarían aquellas personas con problemas con la justicia, pero no ha sido así, lo que indica que están mintiendo", subrayó Sándigo.

Otro tanto ocurre con los migrantes guatemaltecos, asediados por las redadas en ciudades norteamericanas.

"Lo que está ocurriendo es una violación criminal de los derechos humanos", afirmó Arturo Mendoza, un ciudadano de Guatemala en un foro abierto en la edición digital de La Prensa Libre.

Un compatriota suyo, Juan Abularach, expresó que "el imperio de Bush, en la soberbia de su poderío, está haciendo hasta lo imposible por ser odiado por el resto del mundo y lo está haciendo bien".

Al comenzar la semana, trascendió a la opinión pública la acusación de fuentes diplomáticas guatemaltecas, las cuales enfatizaron que los connacionales viven aterrorizados en Estados Unidos ante la posibilidad de ser deportados.
"Están creando un Estado de terror. La gente está encerrada en su casa y ni abre la puerta para salir a comprar los alimentos por miedo a la policía, recalcó José Barillas, cónsul de Guatemala en Houston.

Washington deportó en estos 12 meses 17 mil guatemaltecos, muchos de los cuales tenían más de una década de radicar en la "promisoria tierra", donde se calcula vive más de un millón, el 60 por ciento de ellos en condición de indocumentados.

Ante tal escenario, la Liga de Ciudadanos Latinoamericanos Unidos en EE.UU. llamó al menos a hacer un alto en las redadas con motivo de las fiestas navideñas y a no separar a las familias porque uno o los dos padres no tienen documentos.

"Pedimos una moratoria. Suficiente daño ha sido causado, lamentó Rosa Rosales, presidenta de la entidad.

Rosales comparó lo que está sucediendo con la Alemania nazi, cuando acorralaban a los judíos y los encerraban en campos de concentración".

Pese a la demagogia del embajador norteamericano en San Salvador de pasar la Navidad con sus ahijados salvadoreños en Iraq como "prueba de gratitud", el gobierno de Saca ya recibe su tajada de la política xenófoba y discriminatoria de Washington.

El lobo siempre es lobo.

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