Editorial de Mauricio Funes
Publicado en Co-Latino
¿Qué libertad es esa de la que hacen gala el Presidente Saca y su gobierno que no nos permite a los ciudadanos del común expresar con libertad nuestros puntos de vista?
Este miércoles por la tarde participé de una jornada cultural organizada por la alcaldía de Aguilares en coordinación con algunas instituciones educativas de ese municipio.
Con ocasión de conmemorarse el mes cívico y en el entendido que la semana resulta propicia para evaluar el carácter de nuestra independencia, los organizadores de la jornada me invitaron a exponer mis ideas en torno al tema de la libertad.
Así como diferentes personalidades invitadas a lo largo de la semana han debido exponer sus ideas sobre otros temas de interés público, como la seguridad y los derechos humanos, en esta oportunidad decidí abordar el tema de la libertad en nuestro país desde la perspectiva de las oportunidades que deberían tener los ciudadanos para gozar de los supuestos beneficios del crecimiento económico y el desarrollo social.
Según el Presidente Saca, en las elecciones del 2009 estará en juego la decisión de los salvadoreños entre la continuación de un régimen de amplias libertades o la instauración del comunismo.
En el esquema del mandatario, ARENA y su permanencia en el ejecutivo es sinónimo de democracia y libertad, en cambio el FMLN y la posibilidad de que llegue al poder acarrearía la pérdida de estas libertades y el establecimiento de un régimen autoritario, en el que el Estado desplazaría a las fuerzas del mercado.
Sin embargo, la realidad contradice el discurso oficial.
Justamente, lo que los salvadoreños hemos vivido en 18 años de gobiernos de ARENA y seguramente viviremos en los dos que faltan para el fin del mandato Saca es un déficit de democracia y libertad.
En todo este tiempo, el estado ha sido secuestrado por las élites económicas, en lugar de haberse puesto al servicio de la población.
El aparato público ha sido deliberadamente desarticulado con el propósito de reducir a su mínima expresión su papel vigilante y fiscalizador.
Los abusos cometidos desde la función pública están a la orden del día, permitiéndose el surgimiento de una cultura de la tolerancia excesiva hacia las arbitrariedades y las transgresiones de la ley de algunos actores del sector privado.
A la vista esta el caso de Baterías de El Salvador y la contaminación que esta empresa ha venido provocando en las comunidades aledañas a la fábrica ubicada en Sitio del Niño, municipio de San Juan Opico, departamento de La Libertad.
A mediados del 2005, los miembros del comité ambiental de este municipio denunciaron que aproximadamente 7,250 lugareños estaban siendo afectados por la contaminación de plomo generada por los hornos de la fabrica de baterías record ubicados en la zona.
Dos años atrás, una misión técnica de Estados Unidos, con sede en Atlanta, había detectado presencia de plomo en la sangre de los trabajadores de la empresa, lo que venía a confirmar una alarma que ya había sido advertida por algunas comunidades que enfrentaban padecimientos inexplicables en niños y jóvenes del lugar.
El año pasado, una publicación de un periódico local volvió a llamar la atención sobre el problema y provocó que la Asamblea Legislativa solicitara la intervención de la Fiscalía General de la República en lo que comenzaba a tomar forma como un caso evidente de contaminación ambiental y daños a la salud pública.
Fue hasta mediados de este año que el Ministerio de Salud realizó 88 pruebas de sangre tomadas al azar entre los habitantes de Sitio del Niño.
El resultado arrojado demostraba una vez más que había presencia de plomo en el cuerpo de niños y niñas del lugar en niveles superiores a los aceptados por la Organización Mundial de la Salud (OMS).
Este envenenamiento es el responsable de afecciones en el organismo humano relacionadas con retardo en el crecimiento, falta de memoria, desequilibrio emocional y problemas cerebrales.
Los habitantes del municipio creen incluso que algunas muertes recientes por Leucemia están directamente relacionadas con la contaminación provocada por la empresa de baterías.
El punto a hacer notar en este caso no solo es la irresponsabilidad empresarial, que raya en el delito, cometido por la fábrica en cuestión, sino la negligencia de las autoridades que con todas estas evidencias siguen sin intervenir.
Ni Salud Pública, ni Medio Ambiente han hecho algo al respecto.
Lejos de ello, han alimentado la tolerancia hacia la empresa y han pasado por alto una recomendación de la Procuraduría de los Derechos Humanos en la que exhorta al gobierno a proceder al cierre inmediato de la fabrica y a implementar el tratamiento médico adecuado para las víctimas de la intoxicación.
¿Dónde están las autoridades para vigilar el funcionamiento de las empresas y evitar que ocurran este tipo de transgresiones a la ley?
¿Por qué en El Salvador una empresa puede dañar el medio ambiente, afectar la salud de la población, provocar daños irreversibles en algunos ciudadanos, y nadie acaba siendo juzgado y sancionado por este acto criminal?
La respuesta esta a la luz del día: las instituciones han sido desarticuladas y no intervienen cuando deben hacerlo para garantizar el cumplimiento de la ley.
El estado no es más un aparato público al servicio de la gente.
El estado ha sido convertido en un instrumento ineficaz para satisfacer las necesidades de la población pero eficiente para permitir los negocios oscuros de unos cuantos empresarios.
¿De qué libertad o de que régimen de libertades en peligro habla entonces el Presidente Saca?
Lo que está en riesgo no es la libertad sino la continuidad de un sistema de privilegios y de una práctica inescrupulosa del ejercicio del poder que riñe con la ley.
La elección que deberán tomar los ciudadanos en el 2009 no es entre la libertad y el comunismo, sino entre la continuidad del estado autoritario y excluyente y la construcción de un estado social de derecho.
De esa libertad de elección es de la que decidí hablar en el evento organizado por la municipalidad de Aguilares y a esa libertad es a la que le tienen miedo una parte de la derecha y los Medios de Comunicación que le son afines…
Publicado en Co-Latino
¿Qué libertad es esa de la que hacen gala el Presidente Saca y su gobierno que no nos permite a los ciudadanos del común expresar con libertad nuestros puntos de vista?
Este miércoles por la tarde participé de una jornada cultural organizada por la alcaldía de Aguilares en coordinación con algunas instituciones educativas de ese municipio.
Con ocasión de conmemorarse el mes cívico y en el entendido que la semana resulta propicia para evaluar el carácter de nuestra independencia, los organizadores de la jornada me invitaron a exponer mis ideas en torno al tema de la libertad.
Así como diferentes personalidades invitadas a lo largo de la semana han debido exponer sus ideas sobre otros temas de interés público, como la seguridad y los derechos humanos, en esta oportunidad decidí abordar el tema de la libertad en nuestro país desde la perspectiva de las oportunidades que deberían tener los ciudadanos para gozar de los supuestos beneficios del crecimiento económico y el desarrollo social.
Según el Presidente Saca, en las elecciones del 2009 estará en juego la decisión de los salvadoreños entre la continuación de un régimen de amplias libertades o la instauración del comunismo.
En el esquema del mandatario, ARENA y su permanencia en el ejecutivo es sinónimo de democracia y libertad, en cambio el FMLN y la posibilidad de que llegue al poder acarrearía la pérdida de estas libertades y el establecimiento de un régimen autoritario, en el que el Estado desplazaría a las fuerzas del mercado.
Sin embargo, la realidad contradice el discurso oficial.
Justamente, lo que los salvadoreños hemos vivido en 18 años de gobiernos de ARENA y seguramente viviremos en los dos que faltan para el fin del mandato Saca es un déficit de democracia y libertad.
En todo este tiempo, el estado ha sido secuestrado por las élites económicas, en lugar de haberse puesto al servicio de la población.
El aparato público ha sido deliberadamente desarticulado con el propósito de reducir a su mínima expresión su papel vigilante y fiscalizador.
Los abusos cometidos desde la función pública están a la orden del día, permitiéndose el surgimiento de una cultura de la tolerancia excesiva hacia las arbitrariedades y las transgresiones de la ley de algunos actores del sector privado.
A la vista esta el caso de Baterías de El Salvador y la contaminación que esta empresa ha venido provocando en las comunidades aledañas a la fábrica ubicada en Sitio del Niño, municipio de San Juan Opico, departamento de La Libertad.
A mediados del 2005, los miembros del comité ambiental de este municipio denunciaron que aproximadamente 7,250 lugareños estaban siendo afectados por la contaminación de plomo generada por los hornos de la fabrica de baterías record ubicados en la zona.
Dos años atrás, una misión técnica de Estados Unidos, con sede en Atlanta, había detectado presencia de plomo en la sangre de los trabajadores de la empresa, lo que venía a confirmar una alarma que ya había sido advertida por algunas comunidades que enfrentaban padecimientos inexplicables en niños y jóvenes del lugar.
El año pasado, una publicación de un periódico local volvió a llamar la atención sobre el problema y provocó que la Asamblea Legislativa solicitara la intervención de la Fiscalía General de la República en lo que comenzaba a tomar forma como un caso evidente de contaminación ambiental y daños a la salud pública.
Fue hasta mediados de este año que el Ministerio de Salud realizó 88 pruebas de sangre tomadas al azar entre los habitantes de Sitio del Niño.
El resultado arrojado demostraba una vez más que había presencia de plomo en el cuerpo de niños y niñas del lugar en niveles superiores a los aceptados por la Organización Mundial de la Salud (OMS).
Este envenenamiento es el responsable de afecciones en el organismo humano relacionadas con retardo en el crecimiento, falta de memoria, desequilibrio emocional y problemas cerebrales.
Los habitantes del municipio creen incluso que algunas muertes recientes por Leucemia están directamente relacionadas con la contaminación provocada por la empresa de baterías.
El punto a hacer notar en este caso no solo es la irresponsabilidad empresarial, que raya en el delito, cometido por la fábrica en cuestión, sino la negligencia de las autoridades que con todas estas evidencias siguen sin intervenir.
Ni Salud Pública, ni Medio Ambiente han hecho algo al respecto.
Lejos de ello, han alimentado la tolerancia hacia la empresa y han pasado por alto una recomendación de la Procuraduría de los Derechos Humanos en la que exhorta al gobierno a proceder al cierre inmediato de la fabrica y a implementar el tratamiento médico adecuado para las víctimas de la intoxicación.
¿Dónde están las autoridades para vigilar el funcionamiento de las empresas y evitar que ocurran este tipo de transgresiones a la ley?
¿Por qué en El Salvador una empresa puede dañar el medio ambiente, afectar la salud de la población, provocar daños irreversibles en algunos ciudadanos, y nadie acaba siendo juzgado y sancionado por este acto criminal?
La respuesta esta a la luz del día: las instituciones han sido desarticuladas y no intervienen cuando deben hacerlo para garantizar el cumplimiento de la ley.
El estado no es más un aparato público al servicio de la gente.
El estado ha sido convertido en un instrumento ineficaz para satisfacer las necesidades de la población pero eficiente para permitir los negocios oscuros de unos cuantos empresarios.
¿De qué libertad o de que régimen de libertades en peligro habla entonces el Presidente Saca?
Lo que está en riesgo no es la libertad sino la continuidad de un sistema de privilegios y de una práctica inescrupulosa del ejercicio del poder que riñe con la ley.
La elección que deberán tomar los ciudadanos en el 2009 no es entre la libertad y el comunismo, sino entre la continuidad del estado autoritario y excluyente y la construcción de un estado social de derecho.
De esa libertad de elección es de la que decidí hablar en el evento organizado por la municipalidad de Aguilares y a esa libertad es a la que le tienen miedo una parte de la derecha y los Medios de Comunicación que le son afines…
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