San Salvador, 25 sep (PL) Los medicamentos en El Salvador resultan inaccesibles por sus elevados precios y la escasez que con frecuencia presentan, demostró hoy un estudio del Observatorio de Políticas Públicas y Salud de este país.
Eduardo Espinoza, director de la referida entidad, aseveró que en ocasiones los salvadoreños dedican el salario de cuatro días para comprar el tratamiento de las enfermedades que padecen, situación mucho más grave en las zonas rurales.
El especialista subrayó la urgencia de crear una política nacional que regule el costo de los medicamentos y evite los abusos en la cadena de comercialización, medida rechazada por el sector privado bajo el argumento del libre mercado.
A su costosa adquisición en las farmacias privadas se une el pobre abastecimiento de medicinas en las redes públicas, el cual no llega a cubrir el 50 por ciento de las necesidades, agregó.
La investigación, avalada por la Organización Mundial de la Salud, tomó como muestra 43 productos médicos básicos para comparar los importes de sus compras al fabricante con los de las ventas a la población.
Espinoza explicó que hay precios que oscilan entre las 270 y 600 veces superiores a los estándares internacionales y citó el ejemplo de un frasco de ranitidina (para tratar la úlcera gástrica), el cual cuesta un dólar a los farmacéuticos y luego venden a 29.
Eduardo Espinoza, director de la referida entidad, aseveró que en ocasiones los salvadoreños dedican el salario de cuatro días para comprar el tratamiento de las enfermedades que padecen, situación mucho más grave en las zonas rurales.
El especialista subrayó la urgencia de crear una política nacional que regule el costo de los medicamentos y evite los abusos en la cadena de comercialización, medida rechazada por el sector privado bajo el argumento del libre mercado.
A su costosa adquisición en las farmacias privadas se une el pobre abastecimiento de medicinas en las redes públicas, el cual no llega a cubrir el 50 por ciento de las necesidades, agregó.
La investigación, avalada por la Organización Mundial de la Salud, tomó como muestra 43 productos médicos básicos para comparar los importes de sus compras al fabricante con los de las ventas a la población.
Espinoza explicó que hay precios que oscilan entre las 270 y 600 veces superiores a los estándares internacionales y citó el ejemplo de un frasco de ranitidina (para tratar la úlcera gástrica), el cual cuesta un dólar a los farmacéuticos y luego venden a 29.
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