viernes, abril 28, 2006

Servilismo a Washington, inmadurez política promueven injerencismo

El regreso de Walker

Pastor Valle-Garay • Toronto
Senior Scholar, Universidad de York
Publicado en: www.lajiribilla.cu

Paul Trivelli, Embajador de los Estados Unidos en Managua, se inyecta en la política nicaragüense como si estuviese en casa. Simplemente se adjudica la prerrogativa de implementar el Destino Manifiesto. A su antojo. Lo descabellado del injerencismo es que Trivelli se desenvuelve en el viciado círculo de la burguesía criolla como cualquier hijo de vecino invitado al festín del barrio.

En el siglo pasado los Estados Unidos irrumpía en nuestros países a sus anchas. Por lo general, lo envalentonaba la fuerza bruta. Allanaba y se entrometía impune en los asuntos internos de la región. Se apoderaba de las riquezas naturales dispensando migajas al anfitrión que le facilitaba la ocupación. Respondiendo a los intereses creados del gringo, algunos gobernantes eran más complacientes que otros. Ahora no. En Cuba, en Venezuela y en Bolivia la práctica ha dejado de existir. En Nicaragua, con honrosas interrupciones, ocurre desde tiempos inmemoriales. Hoy no da señales de abatir.


Por más de 150 años Washington ha utilizado a la nación como el centro de entrenamiento por excelencia en la América latina. Aprendices a diplomáticos, funcionarios gubernamentales de menor rango, militares y aventureros se fogueaban en la nación centroamericana para mejores y más desafiantes retos en el futuro. Ahí recibió su bautismo de fuego William Walker, el filibustero de Tennessee. Ahí lo recibe ahora el embajador Trivelli.

Para muestra un reciente botón. En la década de los ´80 Washington envió de Embajador a Honduras (1981-1985) al oscuro burócrata John Negroponte. Entronizado en Tegucigalpa, Negroponte coordinaría la guerra de la Contra, auspiciada por la Casa Blanca, para derrocar al gobierno sandinista. Más de 50 mil nicaragüenses murieron como resultado de las nefastas maniobras de Negroponte y de la contrarrevolución.

Al concluir su sangrienta misión Negroponte fue premiado con Embajadas en México (1989-1993), en las Filipinas (1993-1996), en Iraq (2001) y ante las Naciones Unidas en 2004. En febrero del 2005 el Presidente George W. Bush dio por concluido el entrenamiento terrorista de Negroponte. Le nombró Director Nacional de Inteligencia asignándole la coordinación de 15 agencias de inteligencia en la lucha contra el terrorismo internacional. ¿Quién mejor que un acreditado terrorista internacional para desempeñar el nefasto cargo? Fogueado en Centroamérica e Iraq nada menos. Ahora Trivelli le sigue sus maquiavélicos pasos. Ambos cortados con la misma tijera de Bush.

Si bien la dolorosa y humillante experiencia de acatar los dictados gringos enfurece al nicaragüense común y corriente, la culpa de ello no recae exclusivamente en el Departamento de Estado. Con pocas y honrosas excepciones -entre las que cabe mencionar al ejército centroamericano que expulsó de Nicaragua al filibustero, al ejército del General de Hombres Libres Augusto César Sandino que derrotó y expulsó a los Infantes de Marina y la revolución popular que echó del poder a Somoza, el tirano egresado de West Point y protegido de Washington- la burguesía criolla tradicionalmente sucumbe a la seducción gringa. Igual que Somoza traiciona al pueblo.

Esta práctica ha degenerado en el virtual servilismo e inmadurez política que se manifiesta hoy en el proceso electoral. Con el tiempo los descendientes de la oligarquía desarrollaron y perfeccionaron un complejo de inferioridad tan agudo que les rinde incapaces de iniciar ideas, germinar plataformas originales o de gobernar independientes de la Casa Blanca. Tanto el presidente Enrique Bolaños como el Canciller Norman Caldera y los candidatos presidenciales de la derecha son productos naturales de los lacayos de antaño. Consultan cada paso que dan con el Trivelli de turno porque sencillamente están desprovistos de iniciativa y de originalidad para conducir asuntos de estado. La pregunta retórica sería ¿no es humillante que el próximo presidente ascienda al poder simplemente por acreditación gringa?

Lo confirman las romerías de los candidatos derechistas a la Embajada de los Estados Unidos. Como quien va al Vaticano ahí reciben la bendición de Trivelli, computadoras, Coca Cola e instrucciones y fondos para la campaña electoral de noviembre. Son tan ineptos, tan incompetentes, tan artificiales que no conciben llegar al poder sin el tío Sam. Son tan estúpidos y tan inseguros de sí mismo que así lo reconocen ante la prensa como jactándose de la indispensable asociación con el imperialismo.

De triunfar uno de estos títeres, el próximo presidente de Nicaragua se perfila como un gobierno proxy creado a imagen y semejanza de Bolaños. Peor aún, descendiente ilegítimo de Bush. En términos reales, Nicaragua habrá alcanzado la ignominia internacional de elegir a otro mandatario mediocre gobernando al paternalista placer de Washington. En otras palabras, somocismo sin Somoza.

A Washington le importa un bledo lo que piense el nicaragüense. Su interés radica en contrarrestar el brote de movimientos populistas en el Hemisferio y particularmente en impedir el triunfo sandinista en Nicaragua. La democrática Casa Blanca prefiere una Nicaragua sumergida en el fango político y económico que nos mantiene en el nivel de la segunda nación más empobrecida de América con tal negarle la presidencia a cualquier partido de izquierda. Bush intentará evitar a toda costa que Nicaragua se incorpore al oleaje de naciones progresistas en oposición a la hegemonía de Washington. De ahí que continúe apoyando a candidatos que prometen seguirle en calidad de dóciles lame botas.

En estas circunstancias es inconcebible que se conduzcan elecciones democráticas. Más bien se trata de arreglos similares a los trucos conque Bush se robara la presidencia hace cinco años en las urnas de Miami. Para Nicaragua las elecciones representan otro vergonzoso nudo más en la garganta. Se lo aprieta el intervencionismo de Trivelli, de Washington y la prepotencia del servilismo criollo.

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