Prensa Latina. A medida que se acerca la reanudación del debate migratorio en el Senado estadounidense, crecen las expectativas sobre si este año se aprobará una reforma o se requerirá de los esfuerzos de otro presidente, estiman hoy analistas.
El tema centró la atención de los estadounidenses en las últimas semanas luego de intensas negociaciones que terminaron en el estancamiento, luego de fracasar la aprobación de varias iniciativas.
También las marchas y manifestaciones parecen jugar un papel influyente en las decisiones de los responsables de formular las políticas.
La marcha multitudinaria de 500 mil personas en Los Angeles antecedió la aprobación en el Comité Judicial de una propuesta que tuvo como basamento los enunciados de la iniciativa de los senadores John McCain y Edward Kennedy.
Demócratas y republicanos se unieron para proponer la legalización de los cerca de 12 millones de indocumentados que viven y trabajan en este país.
El paquete propuesto incluía además otras opciones para evitar que los inmigrantes se vean forzados a poner en riesgo sus vidas en el desierto, pagarles a los coyotes, depender de documentos falsos y vivir con el miedo constante de llegar a ser descubiertos.
Antes de tomar el receso de Semana Santa, un grupo de Senadores de ambos partidos anunció haber llegado a un acuerdo.
El paquete básico aprobado por el Comité Jurídico del Senado quedó intacto, con algunos cambios cosméticos sobre cómo proporcionar una vía a la residencia permanente para aquellos que llegaron antes de enero 2004 en la propuesta Hagel-Martinez.
Pero el temor de la extrema derecha republicana a una amnistía abortó la aprobación de esta moción.
Según recientes declaraciones del senador McCain, aún hay posibilidades de que la iniciativa se apruebe. Sin embargo, en caso que la gestión resulte positiva, deberá ser conciliada con el proyecto de ley Sensenbrenner.
Analistas consideran que aun si el acuerdo es aceptable, puede empeorar si la Cámara y el Senado se reúnen para conciliar los diferentes proyectos de ley.
En la actualidad existen serias discrepancias entre los partidos alrededor de quien es el responsable del estancamiento del debate.
Los líderes demócratas del Senado afirman que, sin garantías de la Casa Blanca y de los republicanos, el acuerdo sobre el proyecto de ley puede regresar del Comité de Conferencia pareciéndose más al proyecto Sensenbrenner.
La propuesta de la Cámara se centra en medidas de seguridad nacional y criminaliza a los indocumentados.
El tema continuará aflorando en los próximos días, mientras en el país se mantienen las manifestaciones como un anticipo del paro convocado por los hispanos para el 1 de mayo para apoyar una reforma global y abarcadora.
El tema centró la atención de los estadounidenses en las últimas semanas luego de intensas negociaciones que terminaron en el estancamiento, luego de fracasar la aprobación de varias iniciativas.
También las marchas y manifestaciones parecen jugar un papel influyente en las decisiones de los responsables de formular las políticas.
La marcha multitudinaria de 500 mil personas en Los Angeles antecedió la aprobación en el Comité Judicial de una propuesta que tuvo como basamento los enunciados de la iniciativa de los senadores John McCain y Edward Kennedy.
Demócratas y republicanos se unieron para proponer la legalización de los cerca de 12 millones de indocumentados que viven y trabajan en este país.
El paquete propuesto incluía además otras opciones para evitar que los inmigrantes se vean forzados a poner en riesgo sus vidas en el desierto, pagarles a los coyotes, depender de documentos falsos y vivir con el miedo constante de llegar a ser descubiertos.
Antes de tomar el receso de Semana Santa, un grupo de Senadores de ambos partidos anunció haber llegado a un acuerdo.
El paquete básico aprobado por el Comité Jurídico del Senado quedó intacto, con algunos cambios cosméticos sobre cómo proporcionar una vía a la residencia permanente para aquellos que llegaron antes de enero 2004 en la propuesta Hagel-Martinez.
Pero el temor de la extrema derecha republicana a una amnistía abortó la aprobación de esta moción.
Según recientes declaraciones del senador McCain, aún hay posibilidades de que la iniciativa se apruebe. Sin embargo, en caso que la gestión resulte positiva, deberá ser conciliada con el proyecto de ley Sensenbrenner.
Analistas consideran que aun si el acuerdo es aceptable, puede empeorar si la Cámara y el Senado se reúnen para conciliar los diferentes proyectos de ley.
En la actualidad existen serias discrepancias entre los partidos alrededor de quien es el responsable del estancamiento del debate.
Los líderes demócratas del Senado afirman que, sin garantías de la Casa Blanca y de los republicanos, el acuerdo sobre el proyecto de ley puede regresar del Comité de Conferencia pareciéndose más al proyecto Sensenbrenner.
La propuesta de la Cámara se centra en medidas de seguridad nacional y criminaliza a los indocumentados.
El tema continuará aflorando en los próximos días, mientras en el país se mantienen las manifestaciones como un anticipo del paro convocado por los hispanos para el 1 de mayo para apoyar una reforma global y abarcadora.
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