viernes, abril 28, 2006

Inmigrantes llaman a paro total en EE.UU. el 1 de mayo

Co-Latino. Faltar al trabajo o a la escuela, abstenerse de comprar y vender es la consigna de quienes organizan "Un día sin inmigrantes" el 1 de mayo, pero grupos menos radicales temen que el boicot provoque despidos masivos y rechazo en medio del debate de la reforma migratoria en el Senado.

Las organizaciones que apoyan el paro del lunes -Día de los Trabajadores en muchos países pero no en Estados Unidos, donde el día del trabajo se celebra en setiembre- aseguran que llegó la hora de profundizar las tácticas para protestar contra un proyecto de ley que criminalizaría a los indocumentados, y reclamar su legalización.


"El pueblo norteamericano respeta a los que luchan, no a los que agachamos la cabeza, y el pueblo latinoamericano en los Estados Unidos ha dicho '¡Basta! Ya no vamos a ser esclavos", afirmó Juan José Gutiérrez, director del Movimiento Latino USA de Los Angeles, California, uno de los impulsores del paro.

"No podemos seguir marchando para hacernos escuchar", sostuvo Gutiérrez en una conferencia de prensa, en referencia a las marchas que movilizaron a millones de inmigrantes y sus defensores en todo el país en las últimas semanas. "Hay que pensar en otras maneras creativas para dejar claro al Congreso y al presidente George W. Bush que esperamos que actúen con responsabilidad", explicó.

La reforma migratoria ha dividido al oficialismo republicano, al Congreso y a los estadounidenses en general.

La Cámara de Representantes aprobó un proyecto de ley en 2005 que torna a los indocumentados en criminales y prevé construir un muro de más de 1.000 km en la frontera con México.

El Senado, en tanto, discute una propuesta más moderada, apoyada por Bush, que prevé aumentar la seguridad fronteriza, legalizar a parte de los 12 millones de indocumentados y otorgar visas temporarias de trabajo a extranjeros para empleos poco calificados.

Según Gutiérrez, el anuncio de que el boicot tendrá lugar ya está teniendo consecuencias negativas para la comunidad hispana en Estados Unidos, pero señaló que esta minoría no se dejará intimidar.

El Departamento de Seguridad Interior anunció la semana pasada la detención de más de 1.100 indocumentados en 25 Estados del país y muchos inmigrantes fueron despedidos por faltar al trabajo para participar en las marchas del 9 y 10 de abril.

"Las redadas masivas (...) tienen el claro objetivo de amedrentar y reprimir a nuestra comunidad, de inyectarle miedo para que no participe" en el boicot del 1 de mayo, indicó Gutiérrez. "Pero no cesaremos, no vamos a ser intimidados, el pueblo está en efervescencia. (...) Hay disponibilidad de pagar el precio que sea para lograr una legalización amplia, permanente y la eventual ciudadanía en este país", acotó.

Gutiérrez negó que haya divisiones entre diferentes grupos de defensa de los inmigrantes sobre el boicot, aunque reconoció que hay "diferencias tácticas" sobre cómo movilizar a los inmigrantes en las próximas semanas. Sin embargo, no ocultó su enojo con quienes les acusan de "irresponsables" por exponer a trabajadores a un posible despido.

"Ese paternalismo es patético. (...) Se debería expresar una solidaridad absoluta con esta táctica nueva de lucha. Esta es una lucha auténtica, y como tal, habrá consecuencias, pero es la prerrogativa del pueblo decidir qué riesgos asume", sostuvo. "Va a haber miles de millones de dólares que todos vamos a perder, las empresas y los trabajadores, pero es el precio que se va a tener que pagar", estimó Gutiérrez.

Grupos como el Consejo Nacional de La Raza, la mayor coalición de defensa de los hispanos del país, no se oponen directamente al boicot pero sugirieron en su lugar participar en marchas y vigilias después de ir al trabajo o a la escuela, o llevar a cabo jornadas cívicas para registrar e informar a inmigrantes legales sobre sus derechos.

El boicot del 1 de mayo está teniendo ecos también al sur de la frontera con México. Activistas mexicanos defienden un boicot de los negocios y mercaderías estadounidenses el próximo lunes bajo la consigna "Nada gringo", con el fin de presionar al Congreso estadounidense para que legalice a todos los indocumentados.

Sindicatos de trabajadores en El Salvador convocaron asimismo a sus afiliados a marchar el lunes para rechazar el tratado de libre comercio firmado por ese país centroamericano con Estados Unidos y repudiar el duro proyecto de reforma migratoria aprobado por la Cámara baja estadounidense.

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