miércoles, febrero 08, 2006

Rigoberta Menchu responde a El Diablo de Hoy

Para Rigoberta Menchú, Enrique Altamirano es un racista- La premio Nóbel de la Paz, Rigoberta Menchú, responde ante el racismo del dueño de El Diario de Hoy de El Salvador.

En El Diario de Hoy, del 10 de enero del corriente año, fue publicado el editorial "Con suéter y tontería paseando por Europa", referido al periplo del presidente de la República de Bolivia, señor Evo Morales, su atuendo y sus modos de comportarse, reflejando-según sugiere la nota aludida- su desconocimiento "...de lo que separa al hombre civilizado del palurdo".


El editorialista, en su inaceptable deseo de descalificar al Presidente constitucional boliviano, señala: "Pero por allí anda Evo paseando por las cancillerías y los palacios de gobierno europeos, con el disfraz puesto como anda la Menchú ataviada de india aunque en su vida normal viste la normal ropa de cualquier señora burguesa de Guatemala".










Esta parte, como en su conjunto, representa una reprobable e inmerecida agresión y ofensa, no sólo al presidente Morales y a "la Menchú", sino a los pueblos indígenas de Bolivia, de Guatemala y del continente.

El triunfo del hoy Presidente constitucional Morales, así como el papel que desempeñó en Guatemala y en escenarios internacionales, en mi calidad de Premio Nóbel de la Paz, han desatado sentimientos y actitudes innobles en personas que se habían guardado su racismo y la discriminación contra los pueblos indígenas. ¿Cuál es la explicación del fenómeno del racismo? ¿Qué problemas sociales, económicos y políticos se esconden bajo esta superficie epifenoménica del rechazo "al otro"? El racismo no es un hecho aislado, un brote accidental, sino un continuum de una trama hilvanada en tiempos, espacios y grupos recurrentes que lo constituyen en una categoría, fenómeno social y conflicto interétnico.

Al echar una mirada al mundo contemporáneo, observamos una serie de fenómenos contradictorios e inconexos. Formamos parte de toda la humanidad, interrelacionados por los medios de comunicación, la integración, el universalismo y la globalización, ruptura de fronteras étnicas y culturales. Esta situación universalista, integradora y globalizadora, produce dialécticamente otros efectos, socialmente necesarios, como la desintegración social, las resistencias nacionalistas y los baluartes étnicos particularistas. Los pueblos indígenas del Istmo y de otras partes del mundo, hacen esfuerzos por validar y legitimar una valoración igualitaria, de respeto de las diversas manifestaciones lingüísticas, culturales y espirituales. Desde esa perspectiva, el pueblo boliviano eligió a un dirigente social, consciente de su identidad étnico-cultural y de los problemas económicos, políticos y sociales de los sectores marginados de su país. Esa decisión soberana demanda respeto, admiración y solidaridad, pues denota la firmeza de un pueblo que confía en su institucionalidad y que ansía la construcción de realidades nuevas, transformadoras, que orienten al bien común, la paz y la democracia.

Constituye también una invitación y un reto hacia personas como la responsable del editorial de El Diario de Hoy, de El Salvador, para superar la historia de sometimiento, discriminación, racismo, explotación, marginación e injusticia.

No hay comentarios: