Tomado de Cuba Siglo XXI
Franck Gaudichaud
Para Schafik Handal, ex guerrillero y candidato derrotado en las elecciones a la presidencia de El Salvador del pasado marzo, el debate actual tampoco es el de la oposición entre lucha armada y vía pacífica, sino más bien el de saber si los procesos electorales pueden realmente «constituir una vía para la accesión de las fuerzas revolucionarias al gobierno» y, con ello, para una verdadera transformación social del capitalismo neoliberal [10].
Franck Gaudichaud
Para Schafik Handal, ex guerrillero y candidato derrotado en las elecciones a la presidencia de El Salvador del pasado marzo, el debate actual tampoco es el de la oposición entre lucha armada y vía pacífica, sino más bien el de saber si los procesos electorales pueden realmente «constituir una vía para la accesión de las fuerzas revolucionarias al gobierno» y, con ello, para una verdadera transformación social del capitalismo neoliberal [10].
Desde el final de la guerra fría, algunos intelectuales y hombres políticos no cesan de proclamar que el ideal revolucionario es una rémora del pasado. Sin embargo, los latinoamericanos nos recuerdan con insistencia que el fin de la historia no está al caer [1] y en los últimos tiempos estamos asistiendo a una auténtica revalorización de las izquierdas. En primer lugar las izquierdas políticas, con la conquista electoral de varios gobiernos nacionales, entre ellos el de Hugo Chávez en Venezuela, el del presidente «Lula» (Luis Inacio da Silva) en Brasil y, recientemente, el del líder del Frente Amplio uruguayo, Tabaré Vásquez. Pero también, y sobre todo, lo que inquieta a las elites locales y por extensión a Washington es la nueva radicalidad de las izquierdas sociales. Los grandes levantamientos populares de Argentina, Ecuador, Bolivia y Panamá, la inestabilidad crónica de los gobiernos, las luchas de todo tipo contra las privatizaciones, el proceso participativo de la revolución bolivariana en Venezuela, etc. hacen que la hegemonía neoliberal se vea cuestionada por la creciente ola de una multitud de resistencias. Y todo ello con el telón de fondo de una situación catastrófica, marcada por el aumento de las desigualdades, la presencia de más de 225 millones de pobres y una creciente pérdida de legitimidad de los sistemas políticos establecidos.
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