Radio Maya Visión
www.radioguanaca.net
Uno de los planteamientos de los funcionarios responsables de la seguridad pública es que para cumplir con su obligación de garantizar los derechos de las personas requiere de más policías, más equipos, más laboratorios y para algunos hasta más cárceles lo que implica más asignación de recursos financieros.
Por ahora el sistema de seguridad pública que incluye al órgano judicial, al ministerio público al de gobernación y a la Academia de Seguridad Pública, le cuesta al país al menos $1 millón de dólares diarios que salen de los impuestos que pagan los ciudadanos.
A este costo que le podríamos llamar el costo directo de la seguridad pública hay que agregarle el costo indirecto que tiene que ver con los gastos colaterales que deben pagar los particulares y el mismo estado para recuperar la salud de las victimas, hay que agregar las perdidas de patrimonio por causas de hurtos y robos, hay que considerar las perdidas por las utilidades que se dejan de percibir debido a la inmovilización que produce la violencia y finalmente hay que agregar lo que se paga en concepto de seguridad privada. Lo que en su conjunto se estima en otros $2 millones de dólares.
En síntesis sin considerar lo que invierte el ejercito en materia de seguridad la violencia viene a constituirse en un negocio que le cuesta al pueblo cerca de $3 millones de dólares diarios, que para un país pobre como El Salvador significa un enorme sangramiento a su economía por cuanto estamos hablando de más de $1,000 millones de dólares anuales que el pueblo paga por un servicio que no solo es de mala calidad sino tambien falto de garantía.
Puede ser que en el ámbito policial sea necesario un mayor aporte del estado, pero este apoyo debe fundarse en un mayor aporte del gran capital reduciendo su alto margen de utilidades en una mejor y eficaz distribución y administración del presupuesto nacional pero nunca en la imposición de nuevas cargas al pueblo salvadoreño, que ya esta pagando muy caro el fracaso de ARENA para controlar la violencia.
Radio Maya Visión, Comunicación Total.
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Uno de los planteamientos de los funcionarios responsables de la seguridad pública es que para cumplir con su obligación de garantizar los derechos de las personas requiere de más policías, más equipos, más laboratorios y para algunos hasta más cárceles lo que implica más asignación de recursos financieros.
Por ahora el sistema de seguridad pública que incluye al órgano judicial, al ministerio público al de gobernación y a la Academia de Seguridad Pública, le cuesta al país al menos $1 millón de dólares diarios que salen de los impuestos que pagan los ciudadanos.
A este costo que le podríamos llamar el costo directo de la seguridad pública hay que agregarle el costo indirecto que tiene que ver con los gastos colaterales que deben pagar los particulares y el mismo estado para recuperar la salud de las victimas, hay que agregar las perdidas de patrimonio por causas de hurtos y robos, hay que considerar las perdidas por las utilidades que se dejan de percibir debido a la inmovilización que produce la violencia y finalmente hay que agregar lo que se paga en concepto de seguridad privada. Lo que en su conjunto se estima en otros $2 millones de dólares.
En síntesis sin considerar lo que invierte el ejercito en materia de seguridad la violencia viene a constituirse en un negocio que le cuesta al pueblo cerca de $3 millones de dólares diarios, que para un país pobre como El Salvador significa un enorme sangramiento a su economía por cuanto estamos hablando de más de $1,000 millones de dólares anuales que el pueblo paga por un servicio que no solo es de mala calidad sino tambien falto de garantía.
Puede ser que en el ámbito policial sea necesario un mayor aporte del estado, pero este apoyo debe fundarse en un mayor aporte del gran capital reduciendo su alto margen de utilidades en una mejor y eficaz distribución y administración del presupuesto nacional pero nunca en la imposición de nuevas cargas al pueblo salvadoreño, que ya esta pagando muy caro el fracaso de ARENA para controlar la violencia.
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