Carmen Moreno*, E-Mail: serviex@prensa-latina.cu
Redacción Central (PL).- Latinoamérica, el centro por excelencia de los experimentos neoliberales, muestra en estos tiempos una corriente de pensamiento popular que se aleja de ese modelo: Bachelet, Tabaré, Kirchner, Chávez, Ortega, Lula, Evo...
La reelección de Luiz Inacio Lula da Silva en Brasil evitó lo que algunos politólogos pronosticaron como "el inicio del retroceso de las izquierdas en América Latina", estimulados por resultados electorales en México, Colombia y Perú.
Ejemplos son todos de la llamada "nueva izquierda", de la que renace después del reacomodo de las cargas tras el derrumbe de la Unión Soviética y el campo socialista, la izquierda que fue aplastada por ese desplome.
Ineludiblemente, esa tendencia, que comenzó a rearmarse física y conceptualmente, continúa siendo bandera para muchas organizaciones, grupos y movimientos, cada uno con su propia filosofía, pero interesados en erradicar la pobreza y la exclusión social.
Izquierda o izquierdas, porque sin duda desapareció el modelo único de esa postura política, se hicieron notar en 10 plebiscitos de 2006.
Chile, Nicaragua, México, Perú, Brasil, Colombia, Costa Rica y Haití tuvieron representantes, aunque por razones diversas no siempre se llevaran el triunfo.
Los últimos acontecimientos políticos dan seguimiento a los sucesos registrados antes de finalizar 2005: en tres de cuatro elecciones celebradas entonces triunfaron candidatos progresistas.
Excepto en Honduras, donde el 27 de noviembre ganó el derechista José M. Zelaya; en Chile arrasó el 11 de diciembre la socialista Bachelet; en Bolivia siete días después Evo Morales, mientras en Venezuela Chávez conquistó total poder en el Parlamento.
Las últimas elecciones del año serán en Venezuela, el 3 de diciembre, donde los expertos auguran la victoria de Hugo Chávez; y en Ecuador (el día 26, segunda vuelta), que lleva a la Alianza País(AP) con un discurso antineoliberal.
Se medirán en el balotaje ecuatoriano el magnate bananero Alvaro Noboa, multimillonario pronorteamericano y líder del partido Renovador Institucional, y el candidato de AP, Rafael Correa, quien denunció fraude electoral en las justas de octubre.
Noboa impulsó su campaña con derroche de regalos, promesas y dinero en efectivo a cambio de votos, considerado ilegal, y anunció que, de ganar, su país rompería relaciones con Cuba y Venezuela.
Entre los que ya concluyeron el proceso sobresale Uruguay, con la ratificación del Frente Amplio, que agrupa a 28 organizaciones, partidos y grupos de izquierda con diferentes proyecciones.
Todos se unen como fuerza frente a la derecha, que se mantiene fuerte, quizás más que antes, aunque no esté libre de grietas.
Lo cierto es que en América Latina -hoy el mayor centro de resistencia al neoliberalismo del planeta- hay 220 millones de pobres que no vieron mejoría con las políticas conservadoras.
Aquí se ha creado una cultura de la supervivencia y se ha desarrollado una comprensión de la necesidad de subsistir frente a proyectos y figuras que incumplen con sus ofrecimientos de campaña.
El surgimiento de los gobiernos de izquierda constituye en esta zona algo más que un hecho fortuito. El programa en el que se ha sostenido la estrategia de las agencias multilaterales como el Fondo Monetario Internacional y el Banco Mundial, fracasó en su diseño.
En estos tiempos, los mandatarios de Brasil, Argentina, Uruguay, Venezuela y Bolivia mantienen contra las cuerdas el Area de Libre Comercio de las Américas que Washington diseñó para enero 2005, y que tiene otro disfraz.
Ahora, las posibilidades del Mercado Común del Sur (MERCOSUR) y de integración política, económica y social, saltan a la vista.
El más reciente triunfo lo cobró la izquierda en Nicaragua, donde el líder del Frente Sandinista de Liberación Nacional recuperó la presidencia con cerca de 40 por ciento de los votos, y dejó fuera a los dos partidos de la derecha.
El fracaso de los partidos Liberal Constitucionalista y Alianza Liberal Nicaragüense son parte de la derrota de la política exterior norteamericana en Latinoamérica, dijo la escritora y periodista argentina Stella Calloni al término de la contienda.
Trascendió que la Casa Blanca invirtió más de 13 millones de dólares para incidir en los comicios a favor de sus políticos afines.
En ese mismo contexto, el destacado intelectual brasileño Emir Sader aseveró que el actual cuadro político latinoamericano es muestra de que aquí el proyecto de integración tiene relativa autonomía respecto a Estados Unidos.
"Aquí, Estados Unidos está mucho más aislado", alegó.
Si antes era sólo Cuba, hoy son muchas las naciones que luchan y avanzan en procesos antineoliberales, por generar un nuevo consenso global, diferente al de Washington, con programas efectivos de integración y capaces de producir reformas sociales significativas.
Haití también experimenta cambios profundos. A partir de febrero, cuando elecciones democráticas llevaron a la presidencia del país a René Preval, se diseñan proyectos urgentes para enfrentar las fracturas sociales, el colapso económico y la violencia.
Ya son un hecho los programas de Pacificación Social, Desarme, Desmovilización y Reinserción para responder a demandas sociales como la miseria, la marginalización y la inseguridad.
En un balance por los 100 días de gobierno, el primer ministro Edouard Alexis señaló entre los primeros resultados de su equipo el adoquinamiento de calles y barrios capitalinos y de Cabo Haitiano, y la construcción y reparación de mercados públicos y escuelas.
También se han creado restaurantes comunitarios y programas de inserción social en zonas marginadas, en tanto se estima en cinco mil las personas empleadas en la colecta de basura en 23 ciudades.
Otros esfuerzos se realizan en los sectores educacionales, de salud pública, el medioambiente y la comunicación.
*La autora es periodista de la Redacción de América Latina y el Caribe de Prensa Latina.
Redacción Central (PL).- Latinoamérica, el centro por excelencia de los experimentos neoliberales, muestra en estos tiempos una corriente de pensamiento popular que se aleja de ese modelo: Bachelet, Tabaré, Kirchner, Chávez, Ortega, Lula, Evo...
La reelección de Luiz Inacio Lula da Silva en Brasil evitó lo que algunos politólogos pronosticaron como "el inicio del retroceso de las izquierdas en América Latina", estimulados por resultados electorales en México, Colombia y Perú.
Ejemplos son todos de la llamada "nueva izquierda", de la que renace después del reacomodo de las cargas tras el derrumbe de la Unión Soviética y el campo socialista, la izquierda que fue aplastada por ese desplome.
Ineludiblemente, esa tendencia, que comenzó a rearmarse física y conceptualmente, continúa siendo bandera para muchas organizaciones, grupos y movimientos, cada uno con su propia filosofía, pero interesados en erradicar la pobreza y la exclusión social.
Izquierda o izquierdas, porque sin duda desapareció el modelo único de esa postura política, se hicieron notar en 10 plebiscitos de 2006.
Chile, Nicaragua, México, Perú, Brasil, Colombia, Costa Rica y Haití tuvieron representantes, aunque por razones diversas no siempre se llevaran el triunfo.
Los últimos acontecimientos políticos dan seguimiento a los sucesos registrados antes de finalizar 2005: en tres de cuatro elecciones celebradas entonces triunfaron candidatos progresistas.
Excepto en Honduras, donde el 27 de noviembre ganó el derechista José M. Zelaya; en Chile arrasó el 11 de diciembre la socialista Bachelet; en Bolivia siete días después Evo Morales, mientras en Venezuela Chávez conquistó total poder en el Parlamento.
Las últimas elecciones del año serán en Venezuela, el 3 de diciembre, donde los expertos auguran la victoria de Hugo Chávez; y en Ecuador (el día 26, segunda vuelta), que lleva a la Alianza País(AP) con un discurso antineoliberal.
Se medirán en el balotaje ecuatoriano el magnate bananero Alvaro Noboa, multimillonario pronorteamericano y líder del partido Renovador Institucional, y el candidato de AP, Rafael Correa, quien denunció fraude electoral en las justas de octubre.
Noboa impulsó su campaña con derroche de regalos, promesas y dinero en efectivo a cambio de votos, considerado ilegal, y anunció que, de ganar, su país rompería relaciones con Cuba y Venezuela.
Entre los que ya concluyeron el proceso sobresale Uruguay, con la ratificación del Frente Amplio, que agrupa a 28 organizaciones, partidos y grupos de izquierda con diferentes proyecciones.
Todos se unen como fuerza frente a la derecha, que se mantiene fuerte, quizás más que antes, aunque no esté libre de grietas.
Lo cierto es que en América Latina -hoy el mayor centro de resistencia al neoliberalismo del planeta- hay 220 millones de pobres que no vieron mejoría con las políticas conservadoras.
Aquí se ha creado una cultura de la supervivencia y se ha desarrollado una comprensión de la necesidad de subsistir frente a proyectos y figuras que incumplen con sus ofrecimientos de campaña.
El surgimiento de los gobiernos de izquierda constituye en esta zona algo más que un hecho fortuito. El programa en el que se ha sostenido la estrategia de las agencias multilaterales como el Fondo Monetario Internacional y el Banco Mundial, fracasó en su diseño.
En estos tiempos, los mandatarios de Brasil, Argentina, Uruguay, Venezuela y Bolivia mantienen contra las cuerdas el Area de Libre Comercio de las Américas que Washington diseñó para enero 2005, y que tiene otro disfraz.
Ahora, las posibilidades del Mercado Común del Sur (MERCOSUR) y de integración política, económica y social, saltan a la vista.
El más reciente triunfo lo cobró la izquierda en Nicaragua, donde el líder del Frente Sandinista de Liberación Nacional recuperó la presidencia con cerca de 40 por ciento de los votos, y dejó fuera a los dos partidos de la derecha.
El fracaso de los partidos Liberal Constitucionalista y Alianza Liberal Nicaragüense son parte de la derrota de la política exterior norteamericana en Latinoamérica, dijo la escritora y periodista argentina Stella Calloni al término de la contienda.
Trascendió que la Casa Blanca invirtió más de 13 millones de dólares para incidir en los comicios a favor de sus políticos afines.
En ese mismo contexto, el destacado intelectual brasileño Emir Sader aseveró que el actual cuadro político latinoamericano es muestra de que aquí el proyecto de integración tiene relativa autonomía respecto a Estados Unidos.
"Aquí, Estados Unidos está mucho más aislado", alegó.
Si antes era sólo Cuba, hoy son muchas las naciones que luchan y avanzan en procesos antineoliberales, por generar un nuevo consenso global, diferente al de Washington, con programas efectivos de integración y capaces de producir reformas sociales significativas.
Haití también experimenta cambios profundos. A partir de febrero, cuando elecciones democráticas llevaron a la presidencia del país a René Preval, se diseñan proyectos urgentes para enfrentar las fracturas sociales, el colapso económico y la violencia.
Ya son un hecho los programas de Pacificación Social, Desarme, Desmovilización y Reinserción para responder a demandas sociales como la miseria, la marginalización y la inseguridad.
En un balance por los 100 días de gobierno, el primer ministro Edouard Alexis señaló entre los primeros resultados de su equipo el adoquinamiento de calles y barrios capitalinos y de Cabo Haitiano, y la construcción y reparación de mercados públicos y escuelas.
También se han creado restaurantes comunitarios y programas de inserción social en zonas marginadas, en tanto se estima en cinco mil las personas empleadas en la colecta de basura en 23 ciudades.
Otros esfuerzos se realizan en los sectores educacionales, de salud pública, el medioambiente y la comunicación.
*La autora es periodista de la Redacción de América Latina y el Caribe de Prensa Latina.
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