Por Alberto Corona
Caracas, 4 dic (PL) Tras una contundente victoria, el presidente reelecto de Venezuela, Hugo Chávez, tiene hoy ante sí el desafío de encaminar el destino del país hacia un nuevo modelo social incluyente de desarrollo.
El amplio apoyo popular al mandatario se basa en el reconocimiento de la mayoría del pueblo venezolano a la política social impulsada por el jefe de Estado.
Esta se sustenta en el propósito de alcanzar una mejor distribución de la renta petrolera de la nación, quinto exportador de hidrocarburos a nivel mundial.
Para este nuevo período de su mandato, Chávez -según ha expresado en reiteradas ocasiones- se propone profundizar el carácter socialista, a partir del criterio de que el sistema capitalista no resolverá los problemas del país.
En las nuevas líneas estratégicas que plantea la proyección socialista y la profundización del proyecto revolucionario, constituye un desafío fundamental la superación de las viejas estructuras heredadas de la IV República.
Esto, según Chávez, no se limita a un cambio profundo en la institucionalidad del Estado, donde todavía predomina el elemento representativo y burocrático, sino implica la necesidad de un cambio cultural y de paradigmas político-teóricos en el movimiento popular.
La concepción de un partido único que aglutine a las fuerzas del proceso revolucionario, concentrará también el debate de los venezolanos en un congreso ideológico previsto para el próximo año.
Ello es visto como un instrumento fundamental en el próximo período para avanzar en la radicalización de un nuevo modelo social.
En tanto, la amenaza de agresión exterior no ha desaparecido del todo. El gobierno de Estados Unidos continúa con sus miras puestas sobre la nación sudamericana y pendiente de cualquier oportunidad para lanzar su estocada.
En tal sentido, cobra relieve una nueva doctrina de defensa fundamentada en la guerra del pueblo, que recoge experiencias internacionales como la resistencia en Iraq y Líbano.
Mientras, gana espacio la conformación de un sólido bloque antimperialista del Sur para contrarrestar las permanentes amenazas de la Casa Blanca.
Por otra parte, la estrategia internacional de Venezuela, centrada en la adquisición de un papel relevante dentro de la Organización de Países Exportadores de Petróleo (OPEP), toma ahora mayor vigencia.
Asimismo, Caracas ha optado por una inserción internacional que se sustenta en el respeto a la soberanía, con una marcada inclinación hacia la integración regional expresada en disímiles acuerdos, como la Alternativa Bolivariana para las Américas.
De esa manera, Venezuela se encamina -no sin encontrar obstáculos por parte de Washington- hacia una posición de gran relieve internacional como nunca antes alcanzó en su historia.
En ese contexto, resulta significativo que la nación sudamericana logró recuperar el control de sus reservas de petróleo, lo cual le abre grandes perspectivas de desarrollo y llevar a cabo abarcadores proyectos de transformación social.
A su vez, Venezuela tiene ante sí el reto de diversificar su comercio externo, por lo cual consolida y estrecha sus relaciones con países como China y Rusia, y fortalece sus vínculos con el Mercado Común del Sur (MERCOSUR).
Chávez invita de esa manera a todos los sectores de la vida nacional de distintas ideas y enfoques "a construir esa Venezuela socialista".
Que nadie le tenga miedo al socialismo, que es fundamentalmente humano, subrayó en su primera alocución ante miles de seguidores tras ser reelecto como presidente de Venezuela.
Caracas, 4 dic (PL) Tras una contundente victoria, el presidente reelecto de Venezuela, Hugo Chávez, tiene hoy ante sí el desafío de encaminar el destino del país hacia un nuevo modelo social incluyente de desarrollo.
El amplio apoyo popular al mandatario se basa en el reconocimiento de la mayoría del pueblo venezolano a la política social impulsada por el jefe de Estado.
Esta se sustenta en el propósito de alcanzar una mejor distribución de la renta petrolera de la nación, quinto exportador de hidrocarburos a nivel mundial.
Para este nuevo período de su mandato, Chávez -según ha expresado en reiteradas ocasiones- se propone profundizar el carácter socialista, a partir del criterio de que el sistema capitalista no resolverá los problemas del país.
En las nuevas líneas estratégicas que plantea la proyección socialista y la profundización del proyecto revolucionario, constituye un desafío fundamental la superación de las viejas estructuras heredadas de la IV República.
Esto, según Chávez, no se limita a un cambio profundo en la institucionalidad del Estado, donde todavía predomina el elemento representativo y burocrático, sino implica la necesidad de un cambio cultural y de paradigmas político-teóricos en el movimiento popular.
La concepción de un partido único que aglutine a las fuerzas del proceso revolucionario, concentrará también el debate de los venezolanos en un congreso ideológico previsto para el próximo año.
Ello es visto como un instrumento fundamental en el próximo período para avanzar en la radicalización de un nuevo modelo social.
En tanto, la amenaza de agresión exterior no ha desaparecido del todo. El gobierno de Estados Unidos continúa con sus miras puestas sobre la nación sudamericana y pendiente de cualquier oportunidad para lanzar su estocada.
En tal sentido, cobra relieve una nueva doctrina de defensa fundamentada en la guerra del pueblo, que recoge experiencias internacionales como la resistencia en Iraq y Líbano.
Mientras, gana espacio la conformación de un sólido bloque antimperialista del Sur para contrarrestar las permanentes amenazas de la Casa Blanca.
Por otra parte, la estrategia internacional de Venezuela, centrada en la adquisición de un papel relevante dentro de la Organización de Países Exportadores de Petróleo (OPEP), toma ahora mayor vigencia.
Asimismo, Caracas ha optado por una inserción internacional que se sustenta en el respeto a la soberanía, con una marcada inclinación hacia la integración regional expresada en disímiles acuerdos, como la Alternativa Bolivariana para las Américas.
De esa manera, Venezuela se encamina -no sin encontrar obstáculos por parte de Washington- hacia una posición de gran relieve internacional como nunca antes alcanzó en su historia.
En ese contexto, resulta significativo que la nación sudamericana logró recuperar el control de sus reservas de petróleo, lo cual le abre grandes perspectivas de desarrollo y llevar a cabo abarcadores proyectos de transformación social.
A su vez, Venezuela tiene ante sí el reto de diversificar su comercio externo, por lo cual consolida y estrecha sus relaciones con países como China y Rusia, y fortalece sus vínculos con el Mercado Común del Sur (MERCOSUR).
Chávez invita de esa manera a todos los sectores de la vida nacional de distintas ideas y enfoques "a construir esa Venezuela socialista".
Que nadie le tenga miedo al socialismo, que es fundamentalmente humano, subrayó en su primera alocución ante miles de seguidores tras ser reelecto como presidente de Venezuela.
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