miércoles, octubre 31, 2007

Prima Ballerina Assoluta dirige Ballet Nacional de Cuba en Canadá

Alicia Alonso en Hamilton

Por Pastor Valle-Garay
Senior Scholar, Universidad de York


Toronto, Canadá – Cada vez y cuando desfilan por Canadá importantes personajes internacionales de la política, de las artes, de los deportes. En nuestro mundo virtual nada es imposible. Algunos personajes son más conocidos que otros. A todos se les acoge cordialmente. A cambio de ello, el canadiense recibe incalculables beneficios del visitante. En la medida y ritmo en que nos visitan íconos internacionales madura la nación. Nos sobreponemos a las limitaciones del reducido multiculturalismo provinciano que nos caracteriza. Crece Canadá. Se enriquece su nivel de sofisticación.

De vez en cuando también el calibre del distinguido visitante nos sorprende y nos sobrecoge. En el caso de luminarias del arte, su presencia sobrepasa las expectativas del público más sediento de cultura. Cuando ello ocurre anticipamos su llegada prácticamente identificándonos con el entusiasmo de inquietos chiquillos a la espera del ídolo pop. Esto ocurre precisamente con la gira a Canadá de la fenomenal Alicia Alonso, Prima Ballerina Assoluta de Cuba, honor conque el mundo del ballet reconoce universalmente a la mejor exponente de la danza clásica.

Y es que Alicia Alonso, en sus 85 primaveras y casi ciega, no solamente es una legítima leyenda, una deidad de la danza sino que el entusiasmo por el arte que ha perfeccionado a trueque de no permitirle descansar en merecidos laureles la inspira y la recompensa con triunfos apoteósicos donde quiera que se encuentre.

Su indomable espíritu de fundadora y de directora artística del Ballet Nacional de Cuba la ha llevado a presentarse en más de 60 países, jornada cultural con la que desde en sus primeros triunfos alcanzó en vida la inmortalidad. Y es que así es de grande la prima ballerina assoluta de Cuba.

Aclamada en los escenarios más exigentes del mundo Alicia Alonso, desde sus primeros pasos en 1940 se convirtió en la máxima expresión cultural de una nación ya riquísima en cultura. Su trayectoria deja huellas permanentes, imborrables en La Habana, en Nueva York, en Moscú, en Monte Carlo, en París, en Brasil, en Madrid, en Boston, en San Francisco, en San Diego, en México y en tantas otras capitales que mencionarlas individualmente equivaldría a nombrar a los estados miembros de las Naciones Unidas, cuya organización UNESCO la designara su Embajadora de Buena Voluntad en junio del 2002. En décadas de travesía por tantos países Alicia Alonso se ha hecho acreedora de cientos de premios, Doctorados Honoris Causa y del reconocimiento universal generalmente reservado para establecidos Tesoros Nacionales. Se lo merece. En Cuba Alicia Alonso es un Tesoro Nacional. En el resto del mundo es un viviente Patrimonio de la Humanidad.

¡Y qué monumento! Según los grandes críticos del arte ninguna ballerina se acerca a la extraordinaria, única interpretación del dificilísimo ballet Giselle lograda por Alonso. Hizo suyo el papel principal. Nadie la repondrá. En 1970, a los 72 años, se despidió del escenario interpretando La Mariposa. Sería su último ballet. Sería su última vez en zapatillas de seda. “Fue mi última actuación en público,” recuerda Alonso. Gesticulando suavemente, sus delicadas manos imitan las alas de la mariposa y añade “después cogí vuelo pero todavía bailo ..., en mis adentros.” Y ésa es su precioso legajo al público de hoy. . .

En esta oportunidad le toca el turno a Hamilton, Ontario. Se vestirá de gala el teatro. Se colmará de aplausos y ovaciones a la consagrada ballerina. En esa ocasión la magistral Alicia Alonso dirigirá al Ballet Nacional de Cuba en su renombrada interpretación del Cascanueces (Nutcracker Suite) de Peter Illych Tchaikovsky, obra conque el mundo del ballet tradicionalmente celebra las festividades de la Navidad. Las actuaciones están programadas para el 14, 15 y 16 de diciembre. ¡Tremendo regalo de Pascuas!

Como ya es costumbre de la eximia ballerina, cuya dedicación a la formación de niños entregados a la danza clásica en Cuba ya es legendario, Alicia Alonso visitará centros de ballet clásico para niños en Hamilton así como la afamada Escuela Nacional de Ballet en Toronto.

Sin lugar a duda la ciudad será la envidia de los canadienses amantes del ballet que no puedan acudir a Hamilton en esta ocasión. Es una lástima. No es cualquier día que destella tanto fulgor una estrella del firmamento artístico. Es justo apenas que con la llegada del otoño la mariposa de Cuba vuele al Canadá y se pose en Hamilton. El elenco del Ballet Nacional de Cuba, se transformará en las delicadas alas de Alicia y la acarreará consigo en cada paso, en cada movimiento, en cada ejecución del Cascanueces. En sus adentros bailará de nuevo el espíritu de la divina leyenda. Su generoso obsequio navideño colmará de gratitud al público. A su vez, la mera presencia de la inmortal Prima Ballerina Assoluta profundiza los lazos culturales y la entrañable amistad entre Cuba y Canadá. Perfecto cierre del año en curso. No se lo pierdan. Un evento de esta naturaleza ocurre entre milenios.

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